jueves, 19 de noviembre de 2009

Mifanera

En este acogedor restaurante barcelonés, su chef Roger nos ofrece un viaje alrededor del mudo sin movernos de la mesa y sin otros aliados que el arroz, la creatividad y una muy buena mano para la cocina de la que ya quedó constancia durante su paso por el Comerç 24.

Así, un ágape en la Mifanera da comienzo con Victor, el siempre atento jefe de sala, sirviéndonos unas muy correctas tapas como entrantes (especialmente recomendables las bravas, el guacamole con quicos y la ensaladilla trufada), aunque, como ya he dicho, lo realmente interesante que deparan sus fogones son los arroces, sin despreciar a los postres, a los que en adelante también me referiré.

Arroces (hasta con 12 variedades se trabaja en su cocina) en forma de paella, risotto, caldoso, guisado, al horno, salteado... preparados con ingredientes de todos los rincones del mundo, y que, a mi parecer, constituyen la mejor y más variada oferta gastronómica, entorno al blanco cereal, que hasta el momento he conocido.

En este sentido, y aunque casi todos merecen un aplauso del comensal, a excepción, tal vez, de la paella valenciana y el mar y montaña (simplemente correctos), me gustaría referirme a los arroces que en mis incontables visitas a la Mifanera más me han impresionado.

El arroz etíope con pollo, cebolla y especies. Aroma y sabores africanos en estado puro.

El arroz chino salteado con verduras y sésamo (tanto el cereal, como, y aquí está el secreto del plato, un toque de su aceite). Matices tostados y de gran potencia aromática. De mis favoritos.

El risotto rural (fantástico e intensísimo risotto al vino tinto con “rossinyols”), y el risotto con alcachofas y café (complementariedad de sabores perfecta).

Como arroz tradicional, el arroz negro con sepionetes (nada que envidiar al de Can Bosch de Cambrils,que es, para mí, el mejor arroz negro que he probado).

En cuanto a los postres, merecen una mención especial la ganache de chocolate (diría que del 65%) con aceite, sal y una finísima lámina de pan tostado (de las mejores propuestas de la merienda de toda una generación que he probado), y su excelente versión del tiramisú (crema ligera de mascarpone sobre un suave bizcocho y acompañado por un muy buen helado de café).

En definitiva, un restaurante para disfrutar del arroz en todas sus expresiones, y al que en su cocina se rinde un merecido tributo.

Precio: 35 € + vino
Calificación: 12,5/20

1 comentario:

  1. A mi gusto, de Mifanera me sorprendió la decoración (escueta i correcta), las bravas (originales y sorprendentes), y los arroces...quizá el mejor restaurante en tratar y trabajar el arroz en todas sus vertientes.

    Buena puntuación

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