Hace muy poco tuve la ocasión de perderme durante unos días por esa maravillosa tierra que es Galicia, dónde descubrí dos muy interesentes propuestas gastronómicas que nada tienen a envidiar a mesas gallegas consagradas como Casa Marcelo, Domus, Solla o Yayo Daporta, que, no obstante, merecen igualmente una visita.
Así, mis dos felices descubrimientos fueron los restaurantes As Garzas (Malpica, A Coruña) y Pandemonium (Cambados, Pontevedra).
As Garzas
Esta casa restaurante privilegiadamente situada en Porto Barizo, pues se encuentra a escasos metros de la rocosa costa coruñesa regalando a los comensales una panorámica de gran belleza, ofrece una cocina en la que prima la calidad del producto, técnicamente muy bien tratado, y la autenticidad de su sabor.
Así se desprende de unas muy buenas ostras de ría, de unas más que correctas croquetas caseras de centolla y de pulpo, y de un todavía mejor pastel de centolla.
Mas, sin duda, lo mejor de la comida fueron los platos principales, pues aunque el huevo a baja temperatura sobre crema ligera de patata y lascas de trufa negra no pueda considerarse un prodigio de novedad, su ejecución resultaba perfecta. Asimismo, el pulpo a la brasa (con la que adquiere unos toques ahumados que complementan magníficamente al cefalópodo), sobre su arroz, era de una intensidad de sabor tal, que al escribir esta crónica siento como si de nuevo lo estuviese paladeando.
En cambio, con los postres llegó una pequeña decepción, pues, vista la solvencia con la que se había resuelto los platos anteriores, me decanté por el soufflé de chocolate, que, sin embargo, no mantuvo el nivel hasta ese momento mostrado (demasiado hecho y acompañado de una extremadamente dulce crema inglesa).
En definitiva, un restaurante que, por el marco y su notable cocina, merece el esfuerzo de encontrarlo.
Vino: Guitian sobre lías
Precio: 50 €
Calificación: 13/20
Pandemonium
La visita a este restaurante de la bonita Cambados, de ambiente un poco frío a pesar de los colores cálidos que dominan la sala (especialmente anaranjados), queda justificada por el hecho de poder saborear alguno de sus arroces, de los mejores que me han servido.
En cambio, el plato con el que se inició la comida, un huevo poché sobre migas y panceta, a pesar de idoneidad de la combinación de sabores que ofrecía, era simplemente correcto, pues la textura del huevo poché, estando ya al alcance de casi todas las cocinas profesionales prepararlo a baja temperatura, dota de muy poca melosidad a una migas que la requieren (la preparación de un muy buen huevo con migas, y “cap i pota”, la encontraréis en Libentia).
No obstante, todo rastro de una posible decepción se disipó cuando llegaron los arroces. Excelente el arroz cremoso de centollo, y summa cum laude el arroz codium con berberechos.
El primero, un arroz en su punto (el mío, casi al dente), meloso, y dotado de la intensidad de sabor del mejor cangrejo.
El segundo, el mar en la mesa. En su punto, meloso aunque dotado de mayor ligereza que el de centollo, acompañado de unos berberechos gigantes al natural y casi crudos, pero sobre todo, con sabor a mar. Sabor que, como me revelaron desde la cocina, le conferían las algas con las que se ligaba el arroz. Excepcional!
El postre, un pastel denso de chocolate con helado de galletas María, era bueno, pero venía precedido de tal alarde de sabor que difícilmente lo juzgué con justicia.
Vino: Contra a parede
Precio: 40 €
Calificación: 12/20
Hola Eduard, muy buenos comentarios de la Terra Galega...el norte ibérico, desde Iruña hasta Galicia es rico de sorprendentes tesoros...
ResponderEliminarPara cuando tengas tiempo, te aconsejo perderte por Asturias y Cantabria, las gratas sorpresas que te encontraras en el camino deleitaran tus cinco sentidos...