lunes, 9 de noviembre de 2009

Vivanda

Por fin el barrio de Sarriá (Barcelona) cuenta con una propuesta gastronómica interesante, pues Jordi Vilà (Alkimia, Dopo, Saltimboca) ha incorporado su sapiencia gastronómica a los fogones del restaurante de la calle Mayor de Sarriá.

A continuación, no voy a relatar una única experiencia en el restaurante Vivanda, sino que me dispongo a reseñar sus tapas y platillos, tal vez, más interesantes o, al menos, los que en más ocasiones he degustado en mis varias visitas a una de las terrazas interiores más acogedoras de Barcelona.

Sin lugar a dudas, sus platos estrella son:

Las croquetas de jamón (un rebozado atípico que las dota de mayor ligereza, y una bechamel de sabor intensísimo), y la tortilla (con o sin cebolla) babosa de patatas (2cm de grosor, patatas al punto, huevo semi-crudo... ¿qué más se le puede pedir a una tortilla?)


Merecen destacarse igualmente:

El canelón de “rostit”, casi como el que Jordi sirve en Alkimia, aunque el corte de la carne a máquina se nota e, igualmente, resulta un poco seco debido a la ausencia del jugo de “rostit” y bechamel que en Alkimia lo acompañan.

El tártar de atún. Producto de altísima calidad, acompañado de tres potenciadores de su sabor: piñones tostados, wasabi y soja. Un plato excelente.

Huevo poché con panceta. Lo mejor del plato, la panceta, pues se nota que el huevo es poché y no cocido a baja temperatura (pared de clara demasiado gruesa).

Huevo frito con puré de patata, membrillo y sobrasada. Una gran combinación de sabores que resultaría un fijo en todas mis visitas si no fuese porque normalmente la yema está demasiado hecha.

Steak tártar. Tal vez el plato menos lucido, pues resulta un handicap demasiado alto para un Steak que esté cortado a máquina.

Macarrones. Esencia de abuela, sabor tradicional, excelentes.

Suquet de rap. Suquet blanco de rape, muy ligero pero muy sabroso. Altamente recomendable para aquellos días en que apetece un plato ligero sin querer renunciar al sabor.

Parpadelle con mantequilla de trufa. Cocción y calidad de la pasta excelente, auque servida siempre con un exceso de mantequilla.

Los postres son, tal vez, lo más flojo del restaurante.

Una torrija que, si bien la torrija en sentido estricto es muy buena (bizcocho empapado y caramelizado a soplete, estilo Mugaritz), el plato en su conjunto resulta demasiado dulce (exceso de vainilla).

Coulant que no pasará a la historia. Sirva este punto para denunciar la vulgarización del Coulant de Michel Bras.

Ganache de chocolate con naranja. Seguramente el mejor postre, aunque como en el restaurante Dopo, resulta discutible si la sal y el aceite casan con la naranja.

En definitiva, un restaurante cuya cocina tradicional con toques creativos, calidad del producto, excelente ambiente y vinos con escasos márgenes, obligan a hacerle una visita.

Precio: 25/30 € + Vino
Calificación: 13/20

1 comentario:

  1. La sal y el aceite combinan a la perfección, tienes ejemplo de ellos en una ensalada que se pasea en numerosos restaurantes y que toma origen en un plato del sur a base de bacalao asado y naranja aliñado con aceite de oliva.

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