Hay noches en las que los coristas, ¡Uy!, perdón, los cronistas –lapsus lingue provocado por la piel de borrego con la que tantas veces nos vestimos los que nos dedicamos a jugar a cocinillas literarios- gastronómicos estamos ávidos por escribir, pero visto el esperpento, la ópera buffa que esta noche nos ha brindado la lista –sí, en minúsculas, pues año tras año los “amigos” de The Diners Club World’s 50 Best Restaurants Academy se esfuerzan por ser una sombra de lo que podrían haber sido- de los mejores restaurantes del mundo, hoy mi pluma se quedará, no en el armario, sino en tintero y con cuatro aullidos sentenciaré –en amplio espectro- a estos académicos indigentes, o tendenciosos –lo que es peor- gastronómicos.
¡Enhorabuena familia Roca!
¿No estáis hartos, René, Andoni -y tantos otros-, de que jueguen con vosotros?
¡Mejor malo conocido (Guía Michelin) que buenos por conocer (OAD o los esponsorizados por S. Pellegrino y Acqua Panna)!
¡Anda y que les den!
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