Por méritos propios (suyos y de sus casas de comidas) Juanjo López (La Tasquita de Enfrente) abrirá y cerrará la media docena de crónicas gastronómicas que de mis tres días por Madrid me he traído bajo el brazo.
Entre medias: una impecable barra que lleva lo mejor de Galicia a Madrid (Barra Atlántica), una tasca 2.0. (Sala de Despiece), tres hermanos, un cochinillo y dos Estrellas algo generosas (Coque) y uno de los ágapes más decepcionantes que me he regalado en mucho tiempo (Freixa Madrid). Pero dejémonos de “spoilers” y prestemos la atención debida a la bocatería canalla de Juanjo.
El Porrón Canalla, una bocatería situada puerta con puerta con el restaurante La Tasquita de Enfrente y que nada tiene que envidiar a las mejores casas de entrepanes de Barcelona (Argot, Carrot Café, Entrepanes Díaz, La Caputxeta o Sagàs). O puede que sí, pues será muy canalla, muy transgresor, muy “trendy”… pero creo que los grandes bocatas de Juanjo merecen mejor acompañamiento que porrones de tinto o blanco peleones, de tinto de verano o de cerveza. Pero si la bodega es el Talón de Aquiles del restaurante El Porrón Canalla, sin duda, es imposible no hacer, además de con sus bocatas, buenas migas con el espacio y el servicio -suma de la que resulta un gran ambiente- y buenísimas con algunos grandes chefs que periódicamente irán haciendo sus cameos, por supuesto, en forma de entrepanes (hasta hace poco podía disfrutarse de un bocata D.O. Aduriz y, en breve, la alternativa la dará Paco Morales).
Y de la oferta del restaurante El Porrón Canalla, distribuida entre molletes, barritas y bastones (barritas XL) rellenos de embutidos (lomo, jamón…), latas (bonito, sardinillas…), guisos (carrillera…), clásicos (calamares, pepitos…) y composiciones más modernas, disfruté, a mordiscos, de:
Un aperitivo (mejillones en escabeche y patatas fritas) al que le quedaba magnífico el traje de mollete en el que se había enfundado. Eso sí, y pues aún vestido de bocata, en aperitivo se queda, sugiero que, aunque sea en porrón, se permita acompañarlo con un buen vermut.
Un buen bocata de calamares con ralladura de limón y pimienta al que la ortodoxia madrileña no permitía brillar más. Mejoraría, pues lo haría su equilibrio de texturas, de servirse en pan de mollete y acompañado por una mayonesa cítrica.
Una Merkel para comérsela -fuera del contexto gastronómico, esta sentencia merecería unas cuantas horas de diván-. Sin duda, la barrita de pan blanco rellena de cabeza de jabalí, pepinillo, cebolla y mayonesa de mostaza fue, con el bocado dulce, lo mejor del almuerzo.
Bocado, bocata “dulce” protagonizado por una perfecta versión de esa clásica merienda (pan con chocolate, aceite y sal) que lleva ya muchos años colonizando las cartas de postres: mollete planchado relleno de chocolate, abundante aceite y sal.
En definitiva, una bocatería que a nadie defraudará y que a los más avispados les hará llamar a la contigua puerta de la genuina casa de comidas de Juanjo.
Bodega: Porrón de Rioja tinto. ¿Alternativas? Lo dicho, muy pocas: porrones de vino blanco, de tinto de verano o de cerveza.
Precio: 20€. Precio medio (bocatas entre 4€ y 10€): 12€-20€.
En pocas palabras: BBBBocatas (Buenos, Bonitos y Baratos Bocatas).
Indicado: Para los que nunca comemos solo para alimentarnos, esto es, para los que hasta al almuerzo más frugal le exigimos que también alimente nuestro espíritu.
Contraindicado: Para los que no ven nada de pornografía gastronómica en los bocatas.
Ballesta 2, Madrid.
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