miércoles, 1 de julio de 2015

Bodeguita Casablanca

¡A por la segunda!

Y de un restaurante tradicional que coquetea –con mayor o menor fortuna- con la cocina creativa, a otro que practica un sabroso inmovilismo de la cocina andaluza con más solera.

¡Bienvenidos a la Bodeguita Casablanca!

Bodeguita Casablanca: la casa de comidas de los primos hermanos Tomás y Antonio Casablanca que se erige como el único bastión de la cocina con fundamento del centro (la encontraréis a escasos metros de la Catedral) de Sevilla. Y dan fe de ello tanto el hecho que es el único restaurante de la zona en el que los guiris no campan a sus anchas, como sus horarios (cerrado los sábados por la noche, los domingos y las fiestas de guardar) -¿Opulencia o cuidado a su personal?-.

Bodeguita Casablanca: un restaurante dotado de una bella terraza y de una castiza sala –eso sí, no apta para los que la tauromaquia les provoca urticaria-, atendido por un risueño personal, que practica una cocina genuinamente tradicional que no defrauda (a excepción de su partida de postres), pero que tampoco levanta grandes pasiones (salvo alguna de sus frituras o guisos) y del que disfruté de la mano de:

Unos picos y un pan más que mejorables -¡Tiene delito!-.

Unas frituras -que no las fritangas a las que tantos, tantísimos restaurantes nos tienen acostumbrados- de: boquerones (excelente) y ortiguillas (de matrícula). Y las ortiguillas a la andaluza eran de matrícula pues, además de una fritura precisa, éstas eran frescas, lo que es una auténtica rara avis (el 99,9% de las que se sirven son ultracongeladas). Frescura que les confiere una textura más cremosa y un sabor mucho más intenso, en definitiva, que las convierte en un coulant de mar. Si podéis, probadlas, eso sí, desde ese día la mayoría de las que degustéis os parecerán anodinas -avisados estáis-.

Un notable plato de chanquetes –de fritura perfecta- con huevo frito. Algo más de huevo –¿Por qué llamarlo huevo cuando quiero decir yema?- mediante sería un plato perfecto.

Unos buenos riñones de cordero a la plancha acompañados por unas excelentes patatas fritas. ¿Ya os había comentado que en el restaurante Bodeguita Casablanca las frituras las tienen por la mano, verdad?-

Unas interesantes mollejas de cordero guisadas al Jerez. Sin duda, lo mejor, el guiso a base de verduras, fondo de carne y vino de Jerez.

Un sabrosísimo, aunque demasiado pesado, rabo de buey a la andaluza, esto es, guisado con verduras (sobre todo tomate, zanahoria y cebolla), un buen vino tinto, caldo de carne y alegremente sazonado con pimienta negra y pimentón.

Y de unos dulzones, y con complejo de flan, tocinillo y leche frita –debería haber pedido el flan-.

En definitiva, un oasis de tradición sin complejos y sin pretensiones en el corazón de la estepa turística sevillana.

Bodega: Corta, clásica –de Ribera a Rioja, y tiro porque me toca- pero de precios moderados, carta de vinos. Mi elección: Muga 2011 (Tempranillo, Garnacha, Mazuelo y Graciano); Bodegas Muga; D.O. Rioja.

Precio: 40€. Precio medio a la carta: 25€-35€ + bebidas. Precio medio en la barra o en la terraza: 15€-25€ + bebidas.

En pocas palabras: Tradición y buen rollo por montera.

Indicado: Para los que no nos resignamos a concebir el centro de nuestras ciudades como territorio comanche.

Contraindicado: Para los que la operación biquini es un estado civil.

Adolfo Rodríguez Jurado 12, Sevilla
954 224 114

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