jueves, 4 de febrero de 2016

Informal

12, 5, 10, 2, 3, 1…

¿Cuenta atrás algo disléxica? No.

¿Combinación ganadora del próximo sorteo de la Primitiva? Tampoco, pero podéis probar -eso sí, si os forráis mientras a un servidor se le queda cara de tonto, una invitación a comer no estaría de más y será muy bienvenida-.

¿Y, entonces?

Pues los números de los que tiraré para poner en contexto el restaurante Informal.

12 meses ahora se cumplen desde que el restaurante Informal y el hotel de lujo que le da cobijo se presentaron en sociedad.

5 Estrellas son las que, merecidamente -en buena parte por un bello interiorismo firmado por Eva Martínez y que conjuga a la perfección lo colonial y lo moderno- luce el Hotel The Serras.

En el Top 10 mundial de restaurantes nacidos en 2015 acaba de situar la prestigiosa CNN al restaurante Informal.

Dos comidas son las que he hecho al restaurante Informal (la primera, a los pocos días de abrir, y la segunda, y en la que trae causa esta crónica, no hace ni una semana).

Tres -salvo que mucho, mucho, mucho cambien las cosas- no creo las haya.

Y primera crónica sobre el restaurante Informal en la que, además de reseñar lo comido, trataré de explicar -en un suspiro, os doy mi palabra- el porqué de la anterior sentencia.

Valor -el que ponéis los que me leéis creyendo que las palabras, en ocasiones, arrojan más verdad que las imágenes- y… ¡Al toro!

Que Els Tinars es un gran restaurante y que su chef, Marc Gascons, es un cocinero como la copa de un pino nadie puede ponerlo en tela de juicio, pero de aquí a decir que el restaurante al que apostilla (Informal by Marc Gascons) es uno de los diez mejores nuevos restaurantes del mundo se me antoja como un viaje más alucinante que los Mundos de Yupi y que solo puede responder al hecho que el crítico gastronómico de la CNN que así lo afirma no ha sido invitado a comer a más de una decena de nuevos restaurantes del planeta.

Sin duda, el restaurante Informal by Marc Gascons tiene muchas cosas buenas -ya las iremos viendo-, pero detalles como un servicio de sala de hostal -la que ahora capitanea Ludmila está a años luz de la que disfruté en mi primera visita y que comandaba el bueno de Rubén-, unos panes de motel, una bodega en la que el truco está en no morirse al ver sus precios, o ciertos platos de lo más vulgares, me permiten afirmar con toda rotundidad que, el restaurante Informal by Marc Gascons ni es la mejor incorporación de 2015 al panorama gastronómico de Barcelona -pensad en los Alvart, Céleri o Louis 1856-, ni está -tampoco se le espera- entre los diez mejores restaurantes de la ciudad.

Y ya yendo al grano, los HECHOS y FUNDAMENTOS GASTRONÓMICOS de mi ÚLTIMA experiencia en el restaurante Informal fueron:

Una copa de albariño (Zios de Lusco 2014) disfrutada, a pesar de su precio (con el PVP de la copa se paga una botella y media), en su magnífica -de las mejores de Barcelona- azotea.

Un pésimo servicio de panes -más culpa tiene su mala cocción y su corte temprano que su origen (Délifrance)- acompañado por la buena arbequina de Riudoms (Tarragona) de Olis Mallafré.

Un impecable garum (pasta de aceitunas, anchoas y hierbas).

Una vulgar, por su quebradizo rebozado, excesiva sazón y cierta ranciedad, croqueta de rustido.

Unas magníficas -de las mejores que he comido- patatas fritas (bastones de milhojas de patata fritos) que como “Bravas” (así las bautizan) son un 8 pues la salsa brava “tomatea” en exceso, pero que como “Mixtas” son un 10.

Una composición de tártar de salmón, crema de aguacate y espuma de erizo que, en boca, se erige como una gran deconstrucción de un pastel de pescado.

Una mediocre ensalada de alcachofas (escasas), jamón ibérico (de serie B), crema de queso Idiazábal, mezclum (de serie Z), patata hervida (pasada de cocción), aceite de jamón, huevo poché de codorniz (completamente cuajado) y queso Idiazábal rallado. Si las ensaladas han sido siempre lo mejor de la cocina hotelera (e.g. Waldorf, César), ésta encarna lo peor del restaurante Informal.

Unos magníficos ñoquis -por su cremosidad, más parecían deliciosos mini-bocados de panna cotta- con mantequilla y trufa negra, a los que solo -aunque mucho- afeaba el aceite de trufa -no solo innecesario dada la presencia de trufa fresca, sino pernicioso dado su artificial sabor- que también los aderezaba.

Un irregular arroz seco (terminado al horno) de pescado, gambitas rojas, mejillones y calamar. Lo mejor: la textura suelta y firme del arroz y los puntos de cocción del rodaballo y del calamar. Lo peor: el punto de cocción de las gambitas (pasadísimas) y de los mejillones (chiclosos) y, sobre todo, el exceso de sal y ciertas notas reductivas que aportaba un fondo de pescado demasiado reducido.

Un notable pichón de Araiz asado en su jugo y acompañado con su paté y un ligero y delicado parmentier.

Un buen trío de helados (yogur, canela y caramelo).

Y una mejorable torrija de briox (algo quemada y poco empapada) acompañada por una buena crema de café, tierra de cacao y helado de caramelo -la carta lo presentaba como helado de mantequilla salada pero, por desgracia, no era así, y mi paladar y el anterior postre dan fe de ello-.

En definitiva, un interesante restaurante de hotel que, no obstante, no consigue superar los listones, propios (algunas decisiones mejorables en la concepción, malas en las compras y peores en la ejecución) y ajenos (expectativas), puestos.

Bodega: Conformada por un centenar de interesantísimas referencias a las que sus precios restan demasiado valor. Mi elección: Predicador 2013 (Tempranillo, Garnacha, Viura), Bodega Contador, D.O. Rioja; y la ya mencionada copa de Zios de Lusco 2014 (Albariño), Adega Pazos de Lusco (Dominio de Tares), D.O. Rías Baixas.

Precio: 75€. Precio medio: 35€-50€ + bebidas.

En pocas palabras: Arrancada de caballo, parada de burro.

Indicado: Para disfrutar de un resultón almuerzo a caballo del encanto del Gótico y de la luz de la Barceloneta.

Contraindicado: Para los que esperen encontrar en el Hotel The Serras la alma gemela del restaurante Els Tinars.

Passeig Colom 9, Barcelona (Hotel The Serras).
931 691 868

13 comentarios:

  1. Muy buena crónica. Te sigo desde hace tiempo de forma silenciosa, pero la redacción de esta crónica me ha gustado mucho.

    Suelo obviar algunas de tus introducciones al considerarlas demasiado profusas en adjetivación y frases subordinadas, pero en este caso el uso de la enumeración hace que el mensaje llegue de forma mucho más claro. La calificación de los platos, como siempre, impecable y fácil de entender.

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    1. Muchas gracias, de verdad. Por cierto, mi mujer suscribe enteramente tus palabras.

      Espero que este comentario sea el primero de muchos, aunque sean para denunciar mi farragosa prosa.

      Un saludo,

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    2. Muy apreciados,
      Vaya por delante que soy compañero de batallas de Anderauer.
      Uno de nuestros hobbies consiste en despotricar de tus crónicas cuando ya vamos por la segunda botella. Nada absolutamente en contra de tu persona, máximo respeto por supuesto. Pero macho, esa prosa barroca y alambicada sólo aporta grasa al escrito. Cero valor añadido, al revés, lo desvirtúa y pones el foco el continente en lugar de en el contenido. Y la verdad, el veredicto suele ser siempre el mismo: a los tiburones.
      Yo hacía esas cosas en el colegio, a la tierna edad de 15 años. Pero tienes 33 Brillat!!
      Ahora que hemos exteriorizado nuestros sentimientos, te animamos a seguir escribiendo de forma más concisa. Sigue opinando por favor, si únicamente describes los platos y dices que todo es muy guay corres el riesgo de convertirte en Qué se cuece en BCN?, y eso no nos gusta.
      Pero por Dios! Haz caso a tu mujer y contrólate. Siempre es bueno hacer caso a las mujeres.
      No me despido sin antes decir que esperamos, Anderauer y yo, compartir mesa y mantel contigo un día de estos. Pero frases cortas ¿eh?
      Un abrazo

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    4. Celebro que habléis, aunque sea mal, de mi ya en la segunda botella, pues es cuando se dicen las cosas más interesantes.

      Sé que cargo bastante mis crónicas, no obstante, no creo que lo barroco esté falto de contenido -simplemente no obvia el valor y la belleza del continente-.

      Seguiré escribiendo, opinando y, puede que, haciendo más caso a mi mujer.

      Cuando queráis cenamos con intervenciones limitadas a twits, aunque si llegamos a la tercera botella no os puedo prometer nada.

      Un abrazo,

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    5. Nos agrada que te hayas tomado tan bien nuestros punzantes comentarios. Sólo una puntualización : no quería decir que pones el foco en el continente, para nada. Me he expresado fatal. Quería decir que obligas al lector a poner el foco en el continente en lugar de en el contenido. ¡Qué incongruencia después de haber lanzado semejantes ataques a tu narrativa!
      Podemos ir fraguando esa cena, cuando Anderauer se pronuncie.
      Ojo que te llevarás sorpresas...tal vez conozcas a uno de los dos...

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    6. ¡Me tenéis en ascuas!

      Se aceptan "spoilers", y sitios y fechas.




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  2. CNN lo ha mencionado como uno de los 10 mejores NUEVOS restaurantes del mundo, así lo indica el título del artículo, "Where to dine in 2016: 10 of the world's best new restaurants". No es un top 10 absoluto de los mejores del mundo.

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    1. Dado que tienes toda la razón del mundo, he incluido un enlace a la noticia en la crónica para que no quede ninguna duda. Acepta mis disculpas por haber incurrido, nada maliciosamente, en esa fea costumbre periodística de "no dejes que la verdad te estropee una buena noticia".

      Un saludo,

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  3. Muy buena entrada, sí señor. De hecho, todas las que he leído tuyas (te sigo desde hace poco) me han gustado. Se agradecen opiniones radicalmente sinceras como la tuya, algo que se echa mucho en falta en un panorama bloguero en el que, lamentablemente, abunda la tontería y el instagrameo indiscriminado.

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  4. Gracias (por tan generoso comentario sobre la entrada), gracias (por seguirme) y más gracias (por verme como una rara, pero honesta, avis).

    Un saludo y, espero, hasta pronto.

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  5. Excelente Eduard. Es una gozada leer tus opiniones. Son de gran ayuda y un continuo descubrimiento de la escena gastronómica. Tener criterio y la valentía de divulgarlo es siempre un mérito. Un saludo

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    1. ¡Gracias, gracias y más gracias!

      Escribo para mi pero, sobre todo, por vosotros.

      Un saludo,

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