Llega el buen tiempo y las paellas pasadas, los fritos refritos y los helados escarchados acechan a la vuelta de la esquina, mejor dicho, en tantos y tantos chiringuitos sin oficio –como mínimo, no la restauración- pero con mucho beneficio –¿Para cuándo cremas protectoras solares para paladares? ¡Buena falta nos hace!, pues son muchos los que parece que allí sufren las primeras insolaciones de la temporada-.
Afortunadamente, los Denver (Cambrils), Ca la Nuri Platja (Barcelona) o el restaurante que hoy nos ocupa se empeñan en demostrarnos que las vistas al mar no tienen porqué ser el único argumento para sentarse a comer en un chiringuito.
En este sentido, el Xiringuito Escribà es una de las casas de comidas playeras -¿O sería más propio decir casa playera de comidas? Yo apuesto por el sí- más célebres –sin duda, el postín del apellido que le da nombre tiene mucha culpa de ello- y celebradas –dicen que dicen, y yo lo digo pero no lo suscribo, que preparan los mejores arroces del mundo- del litoral barcelonés y, por este motivo, no debería extrañaros que, de haber sido coetáneos, uno de los trabajos de Hércules hubiese sido encontrar mesa para almorzar en el Xiringuito Escribà un sábado o un domingo de verano.
Yo no desfallecí –no lo hagáis vosotros tampoco, merece la pena- y así, el pasado sábado pude regalarme una comida en el Xiringuito de Escribà -aunque aquí hay tanta trampa como cartón, pues no era almuerzo, sino cena y, tirada la Liga, perderme el Barça-Espanyol me pareció un mal menor-.
Lo dicho, sábado noche, el mar como telón de fondo, la luna más grande del año iluminando un horizonte que no parecía tan lejano, un chiringuito de cuidado interiorismo y un atento servicio –también la despistada y no especialmente buena fisonomista camarera que me confundió con un guiri, aunque, en su descargo, habría que decir que mi acompañante y un servidor hacíamos de nuestra mesa una pequeña Galia idiomática en medio de un batiburrillo de lenguas, algunas, muy poco reconocibles- para dibujar el marco de una satisfactoria velada gastronómica protagonizada por:
El Pica-Pica del Xiringuito Escribà, encarnado por unas mejorables (algo blandas y faltas de punch) patatas bravas, unas muy buenas croquetas de bacalao, unos igualmente buenísimos chipirones a la andaluza y unos ¿Correctos o buenos? –venga… lo segundo, pero a los puntos- berberechos al vapor.
Un, sin duda, no el mejor del planeta, pero sí el más bueno que puede degustarse en Barcelona a tan escasos metros del mar, arroz (perfectos tanto su punto de cocción como su intensidad gustativa) mar y montaña (gambas, conejo, butifarra, alcachofas, judías verdes…).
Y un dúo de postres DO Escribà -¿Cabía otra?- para rematar la faena –el momento más crítico para la mayoría de los chiringuitos gastronómicos- más que correctamente, encarnados por un buen brazo de gitano de nata y un mejor pastel de queso y chocolate blanco.
En definitiva, un chiringuito que demuestra dos cosas: (i) que los Escribà no solo hacen pasteles; y (ii) que lo que hacen lo hacen muy bien.
Bodega: Inspiración 2010 (Tempranillo blanco). Bodegas Valdemar. DO Rioja
Precio: 85 €/dos personas
En pocas palabras: Un chiringuito que ennoblece a los chiringuitos.
Indicado: Para los que el sol solo les nubla la vista y no el paladar.
Contraindicado: Para los que Frigo, Matutano y Coca-Cola son su abecé gastronómico llegado el calor.
Ronda del Litoral 42, Barcelona.
932 210 729
Pues volvemos a estar de acuerdo Eduard, esto empieza a ser aburrido !
ResponderEliminarSi me permites, contribuir como asiduo del chiringuito (dentro de lo que mi limitación geográfica me permite) con un aspecto en el que tampoco fallan: la sorpresa. Te pongo los tres ejemplos de mis últimas visitas: 1.- El air-bag de jamón, sencillo y sin pretensiones pero divierte a todos; 2.- Para los que no tenemos domicilio en BCN disfrutar de la pastelería Escribà es un lujo añadido y para quien no haya tenido la ocasión, no dejéis de reíros con las trufas liquidas; y 3.- Juan en alguna ocasión tiene producto fuera de carta que siempre es excepcional, la ultima vez, unas "sepietas" que como él describió, eran "bombonets de mar."
Un abrazo,
Siggi.
Yo recuerdo haber comido dos o tres arroces ahí de los de llorar de emoción. Increíble experiencia a la que llevamos además a unos conocidos de NY que quedaron emocionados. Bueno, la cuenta subió por culpa de la sangría de cava que no dejaban de pedir, pero bueno, eso ya no es culpa del arroz...Un espectáculo.
ResponderEliminar¡Cuánto tiempo, Siggi!
ResponderEliminarY nada de aburrimiento, por muchos años podamos seguir compartiendo impresiones y pareceres sobre grandes y pequeñas-grandes mesas.
Y respecto lo que apuntas, permíteme coincidir al 100% con lo que apuntas en primer y tercer lugar y de una forma más discreta -como en toda gran pastelería, hay mucho trabajo en separar el grano de la paja que hacer- en lo que señalas en segundo lugar.
Un saludo,
eduard
Buenas noches, David,
ResponderEliminarComo bien apuntas, el buque insignia del Xiringuito Escribà son sus arroces: de lagrimón.
Y, en definitiva, un restaurante barcelonés de visita obligada a pesar de que algunas de sus otras referencias (postres, bebidas...) tengan precios de dudosa relación calidad-precio.
Un saludo,
eduard
Llegint el teu consell, anire, si es possible reservar, a fer un arros com deu mana amb la meva parella...fa temps que tinc ganes de porta-la a prop de la platge per gaudir-ne del moment.
ResponderEliminarApreciat Jachsper, em costa imaginar un pla millor per a gaudir d'un dissabte o diumenge qualsevol de primavera que compartir amb la parella el binomi platja-arrosset al Xiringuito Escribà.
ResponderEliminarSalutacions,
eduard
Aquest si que el conec i per mi era com un ritual anar a dinar allà, després de donar classe a la UPF quan la meva assignatura s'impartia al 3er trimestre..
ResponderEliminarSortir de classe a les 13:30 i quedar amb algú al solet a les 14h. No en tinc gran record gastronòmic (parlo de fa 3 anys), però si gran record global.
Penso que l'escenari s'ho val i els arrossos i fideuas, eren prou dignes.
Amb aquestes "condicions labors", potser em plantejo un futur en la docència, Ricard =).
ResponderEliminarI en quant al valor gastronòmic del Xiringuito Escribà, crec que el seus arrossos com a actor principal, rodejats de correctes secundaris, brinden una prou bona experiència.
Salutacions,
eduard