Competitividad, búsqueda de la excelencia, presión acuciante para satisfacer a comensales exigentes y críticos antropófagos... pero lo sucedido en Mugaritz el pasado domingo nos ha demostrado que, fundamentalmente, detrás de los fogones españoles hay amistad. Sirva para ilustrarlo el magnífico artículo de Cristina Jolonch en la Vanguadia que aquí se enlaza.
Los que hemos tenido la fortuna de haber disfrutado de la fantástica experiencia sensorial que es comer en Mugaritz tenemos la certeza que de ésta os levantaréis más fuertes que nunca.
El número 1 de The World’s 50 Best Restaurants os espera a la vuelta de la esquina.
Ánimo Andoni,ànims Llorenç.
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