miércoles, 11 de enero de 2012

Dime

Lole y Manuel, allá por los ochenta, cantaban…

Dime,
Si has mentido alguna vez,
Y dime si cuando lo hiciste sentiste vergüenza de ser embustero.
Dime, dime, dime...


Y ahora, de poder, seguramente me diríais:

Dinos, Eduard, el porqué de tan curioso prólogo de la crónica que nos ocupa.

Y bien sencilla es la respuesta:

Pues, cual mitómanos que se precien, los responsables del restaurante Dime han querido rendir un tributo a la canción que hacía mover sus huesos al tiempo que yo daba mis primeros pasos.

Pero dejémonos de nostalgia y centrémonos en el presente gastronómico de la zona alta barcelonesa.

Una zona alta, con la excepción de los restaurantes de más postín –y algo de polvo- de nuestra ciudad, poco privilegiada en cuanto a alta restauración, y a la que David Reartes –quien recordaréis, o eso espero en pro del imaginario de vuestro paladar, de su paso por el malogrado Blanc de Tòfona-, desde la dirección gastronómica del restaurante Dime, intentará hacer recuperar sus galones.

Galones que pretenden cimentarse en un sala de cuidado diseño firmada por Eva Martínez, una bucólica terraza, un club que ocupa la planta inferior del restaurante –sus baños, y siguiendo con la moda instaurada en el pasaje de la Concepció, merecen también una visita- y, por supuesto, en su propuesta gastronómica.



Corta, pero interesantísima carta, de la que, en la noche de ayer, pude disfrutar de:

Unas flojas, dada su textura algo gomosa, lionesas de parmesano que hacían las veces de aperitivo. Reiteraré en este punto lo dicho en anteriores ocasiones y que bien sirve también para los petit fours ofrecidos al final del ágape: si los prólogos y epílogos gastronómicos de la casa, lejos de enriquecer o complementar la propuesta de un restaurante, se presentan como borrones, mejor harían quedándose en el tintero.

Un buen pan, DO Triticum, acompañado de un notable aceite de arbequina sevillana (Basilippo).

Unas sabrosísimas y de sorprendente textura croquetas de la “yayi” (jamón ibérico y setas).

Unos muy buenos huevos en dos cocciones (baja temperatura para, posteriormente ser ligeramente rebozados) acompañados de un excelente cremoso de patata trufada, jamón ibérico y patatas paja.

Unos notables ñoquis, por supuesto, de elaboración propia, con bogavante –magnífica materia prima-, cremoso de parmesano y notas anisadas.

Un arroz meloso de gamba roja aderezado con un suero de queso Taleggio y PX que, mientras los degustaba, pensaba que se alzaría con el título de “Lo mejor de la noche”.

Pero ahí estaba el cabracho con salsifíes, setas, alcachofas y una magnífica bearnesa de “calçots” para robarle tal honor.

Una correcta tarta de cítricos (pomelo y naranja) con crema de mantequilla y vainilla que, no obstante, al ser puesta en relación con su precio (8 €), me hizo ver lo cuestionable, como poco, de mi elección.

Un buen borracho, aunque en exceso almíbarado, muy bien acompañado por un cremoso de chocolate blanco, almendras tostadas y un excelente, aunque algo deshecho, helado de vainilla.

Y un financiero y bombón de chocolate y fresa que no merecen más comentarios que los previamente formulados.

En definitiva, un restaurante, un club y un showroom que, de mantener las distancias y el equilibrio entre ellos, seguro, darán tantas alegrías como de qué hablar.

Bodega: Agua Diuco, Negroni -¡Excelente!- y Goliardo Caiño (Caiño). Bodegas Forjas del Salnés. Rías Baixas.

Felicidades Alberto Viña –con este apellido, supongo que explorar el magnífico y complejo universo enológico debe resultar más sencillo- por la magnífica carta de vinos del restaurante Dime.

Precio: 70 € (2 personas: comida (80 €) + bebidas (60€))

En pocas palabras: altura gastronómica para la zona alta barcelonesa.

Indicado: Para demostrar que, aunque muchos de los restaurantes recientemente inaugurados se empeñen en demostrar lo contrario, un cuidado interiorismo no tiene que ir en detrimento de una lujosa propuesta gastronómica.

Contraindicado: Para los que los restaurantes han de tener alma de restaurante y no de club.

Doctor Fleming 11, Barcelona
935 343 366

10 comentarios:

  1. Hola Eduard,

    Después de leer tu post , parece que vale la pena probar .Le tengo un poco de pánico a cenar en estos locales hechos para ponerse de moda Estuve la semana pasada , recien abierto pero sólo en el Club ,parecia que nadie había cenado, quizás aún no funcionaba el restaurante.

    Por cierto al lado del club hay una sala / reservado preciosa

    Un saludo

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  2. Hola Aficionada,

    Comparto tus apriorismos sobre los restaurantes destinados a estar de moda, pero, por el momento -y deseo que por mucho tiempo así siga-, la gastronomía parece ser la prioridad del restaurante Dime.

    Muchas gracias por la información y ya nos contarás tu experiencia.

    Un saludo,

    eduard

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  3. La carta de vinos viendo que tienen un Goliardo es por lo menos aterevida y eso es un plus en los tiempos que corren...

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  4. Sin duda, Edy, huye de los tópicos que, como bien apuntas, es de agradecer. Lástima que sean tan pocos los restaurantes que se atreven a innovar en sus bodegas.

    Un saludo,

    eduard

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  5. Esperem que la nova aventura de David Reartes, sigui amb menys turbulències que les que van acabar amb Blanc de Tòfona.

    Es realment el que desitjo, tot i que el 'target'del lloc segurament no sigui molt adreçat al meu perfil.. ;)

    Salut!

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  6. Esperem que la nova aventura de David Reartes, sigui amb menys turbulències que les que van acabar amb Blanc de Tòfona.

    Es realment el que desitjo, tot i que el 'target'del lloc segurament no sigui molt adreçat al meu perfil.. ;)

    Salut!

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    Respuestas
    1. Ja sé, Ricard, que el perfil del Dime no és el que més et va, però deixar-ne constància per partida doble... -és broma, ja ho saps-.

      I estic convençut que la nova aventura del David, això sí, desde la direcció gastronòmica, no al calor diari dels fogons, serà tot un èxit.

      Salutacions,

      eduard

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  7. Hoy es la inauguración oficial, y me han dicho que actúa Rosario Flores. Les deseo suerte en su aventura, cualquier negocio que arranque en estos momentos es de valientes.
    Habrá que ir a probarlo.
    Un saludo,

    Mónica

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  8. Una pregunta, tenía idea de ir al Abac después de tu post, pero he leído críticas contrarias a la tuya y gente me ha comentado, que es muy frío, tanto el local como sus platos, que les falta "corazón". La verdad es que me lo estoy pensando, ya que es un dinero importante. Que me podrías decir al respecto, me aconsejas la experiencia?

    Un saludo,
    Mónica

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  9. Muchas gracias por la información, Mónica. Y sin duda, como bien apuntas, toda aventura empresarial que de comienzo en esta época tan convulsa es de celebrar.

    Y respecto tus dudas sobre el Àbac:

    No creo que su sala sea fría, sino elegante, espaciosa, junto con la del Caelis, la mejor de Barcelona.

    No creo que su servicio sea frío, sino profesional, atento y joven.

    Es cierto, que algunos de sus platos, no es que no tengan corazón, sino que éste es prestado (elBulli, Quique Dacosta...), no obstante, creo que la visita al restaurante Àbac es imprescindible.

    No es una experiencia barata, pero las algo más de tres horas de placer que ofrece hacen que el precio sea lo que uno menos recuerda de la velada.

    Un saludo,

    eduard

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