Existen muchos motivos para sentirnos orgullosos de nuestra ciudad y, sin duda, la gastronomía es uno de ellos.
Barcelona, Catalunya y España, mal que les pese a los responsables de la Guía Michelin, se han convertido, por méritos propios, en uno de los polos de la gastronomía mundial gracias al talento, a la pericia de nuestros cocineros para heredar la sapiencia culinaria francesa y hacerla evolucionar hasta cotas, hace no muchos años, inimaginables.
O en otras palabras, si el siglo pasado nuestros vecinos del norte elevaron la gastronomía a cultura, hoy es, en gran medida, a los cocineros españoles a los que debe reputarse el mérito de haber encumbrada ésta a la categoría de arte.
Y sin duda, proyectos como la Fábrica Moritz, concebida como un tributo, un lugar de culto al imaginario, a la cultura gastronómica catalana, contribuyen a ello.
Hoy, la Fábrica Moritz es ya una realidad, es un orgullo para los barceloneses –sí, sintámonos orgullosos de nuestra ciudad, abandonemos viejos complejos de inferioridad, pues estoy convencido que muchos de los detractores de estas increíbles instalaciones de la Ronda Sant Antoni se desharían en alabanzas si en vez de en Barcelona éstas se elevasen en Londres o Nueva York-, pero como nuestra Sagrada Familia –pido disculpas de antemano por la comparación, pero mi padre me enseñó que para ilustrar algo no hay nada mejor que llevarlo al extremo-, se trata de una obra inacabada y su verdadero potencial está todavía por ver.
Hoy, la Fábrica Moritz es un magnífico proyecto arquitectónico, es un canto a la recuperación de nuestro patrimonio, es un edificio para creer, es una cervecería, pero el día de mañana será dos restaurantes más, una panadería, un wine bar, un museo…
Pero hay tanto que explicar de este proyecto que, antes de cansaros con mis palabras y que, extenuados, no pueda compartir con vosotros la oferta gastronómica de la que pude disfrutar este martes, he aquí la Fábrica Moritz.
La Fábrica Moritz en números:
30 millones de euros, aproximadamente, de inversión.
10 años transcurridos desde que dio comienzo el proyecto.
177 platos, distribuidos, y utilizando sus propios términos, entre marisco, freiduría, tapas, bocatas, ensaladas, sano, horno, resistencia, quesos y postres, que se elevan hasta las 410 referencias entre cervezas, aperitivos, cócteles… son lo que se ofrece, hoy, en su cervecería.
0 cuarta gama entre su oferta gastronómica.
60 personas distribuidas a partes iguales entre sus equipos de cocina y sala.
250 metros cuadrados son lo que suman sus dos cocinas.
200 plazas para comer que, llegados los dos restaurantes que han de venir, se elevaran hasta las 350.
7.300 horas de servicio anuales (abierta los 365 días del año de 6 de la mañana a 2 de la madrugada)
8 días, el día de mi visita, transcurridos desde el primer servicio.
Y los que me dejo.
Los nombres de la Fábrica Moritz:
Albert Castellón (director de la cervecera Moritz)
Jean Nouvel -¿Requiere presentación?-
Jordi Vilà (Alkimia, Dopo, Vivanda) y sus extensiones en la cocina (Ángel Vidaurre, Jaime Tejedor…)
Y tantos otros mucho menos conocidos pero sin los que este proyecto no cabría, casi, ni concebirse.
Los espacios de la Fábrica:
La cervecería, hoy ya una realidad.
El restaurante, que verá la luz a finales de marzo, se alojará en la planta -1 de la Fábrica Moritz y cuya propuesta gastronómica, según palabras de Jordi Vilà, cabría definir como una fusión de la cocina clásica, entendiendo por ésta la francesa, y la tradicional catalana.
El restaurante Alkimia que, casi seguro, mudará de la calle Industria a la Ronda Sant Antoni a finales del año próximo.
Un wine bar, del que podremos disfrutar ya en enero.
Una panadería, lista para ofrecer lo mejor de Triticum a partir de febrero.
Una tienda de regalos que está al caer.
Una sala para grandes eventos.
Una zona de copas que funciona ya a medio gas.
Y lo que se les ocurra.
Pero dejémonos de datos y centrémonos en los hechos relevantes para este blog, esto es, qué llevarse a la boca en Ronda Sant Antoni 39-41, y que en mi visita se materializaron en:
La Cervecería
(Aceptad mis disculpas por la calidad de las fotos, pero lo que resulta una agradable iluminación en tonos amarillos y rojos para comer, se traduce, dada mi poca habilidad para la fotografía, en un hándicap insalvable para la obtención de fotos que hagan justicia a la comida de la cervecería de la Fábrica Moritz).
Un muy buen pan (Triticum) con tomate, aceite y sal.
Sus bravas. De las dos versiones que ofrecen me quedé con “las de aquí” (alioli y aceite picante), en contraposición con “las de allá” (mayonesa y salsa picante). No sé si las madrileñas me hubiesen gustado más, pero dado su exceso graso, las de aquí, las catalanas, encarnaron lo más flojo de la cena junto con el segundo de los postres que probé.
Una excelente tempura de alcachofas con romesco.
Una sabrosísima ensaladilla de ibéricos en la que las trazas de cebolla encurtida jugaban un magnífico papel.
Una impronunciable, pero buenísima Flammkuchen: una fina pizza cocinada al horno de leña, con crema agria, beicon y cebolla, tomada prestada del imaginario gastronómico alsaciano.
La mejor bomba que pueda encontrarse en Barcelona.
Una sabrosa, crujiente y cremosa a partes iguales croqueta de jamón ibérico que, retomando lo dicho en mi última crónica, puede codearse con las mejores de la ciudad. Se ha hablado mucho de que Barcelona se está convirtiendo en la capital europea de las hamburguesas: puede que así sea. Pero de lo que sí estoy convencido es que resulta prácticamente imposible encontrar en el mundo una ciudad en la que en tantos de sus restaurantes se preparen tan sabrosas croquetas como en Barcelona. ¡Somos la capital mundial de la croqueta! Y a mucha honra.
Otro plato de nombre tan impronunciable como de increíble sabor: Weisswurstchen, una salchicha blanca con notas herbáceas y ácidas que en la cervecería de la Fábrica Moritz compran a un carnicero de Dusseldorf.
Un excelente helado de vainilla, por supuesto, mantecado “en casa”, bien acompañado por piel de limón confitada y fruta de la pasión y más discutiblemente, a mi entender, por frambuesas liofilizadas, nueces y peta-zetas.
Y un pastel, en exceso abizcochado a mi entender –los prefiero de textura más próxima al brownie, aunque, para gustos…- de zanahoria DO May Hofmann.
En definitiva, un complejo dedicado a la restauración sin precedentes en nuestro país que, seguro, ayudará a posicionar Barcelona en el lugar que le corresponde dentro del mapamundi gastronómico.
Bodega: Moritz Epidor (cerveza sin pasteurizar y sin carbónico añadido: excelente).
Precio: 25 €
En pocas palabras: la cervecería envidia de todas.
Indicado: Para confirmar que la búsqueda de la excelencia no es patrimonio exclusivo de los restaurantes de altos vuelos, sino que se trata de una cuestión de actitud.
Contraindicado: Para los que no soportan las largas listas de espera, pues en la cervecería de la Fábrica Moritz si uno no desea tener que aguardar su turno, como mínimo, media hora, no hay otra que plantarse allí antes de las ocho.
Ronda Sant Antoni 39-41, Barcelona
No se admiten reservas.
que triste que Moritz tenga que gastarse un dineral para querer llegar a la altura de Damm, sinceramente Moritz por muchas iniciativas que haga siempre estará a la somra de Damm, encima te van vendiendo el producto que es la única cerveza hecha en Catalunya cuando la están haciendo en Aragón o que la Damm es la cerveza de los paquis.
ResponderEliminarSinceramente yo estuve la semana pasada y que quieres que te diga, un quiero y no puedo, Triticum ha bajado la calidad del pan al igual que la Trinitat y todos estos que venden panes de revista y se olvidan de lo más importante que es la elavoración, mee fui un poco descontento y no voy a caer en el tema hay que dejarles tiempo ya que cuando se abre ys e cobra hay que estar a cien por cien,
En Barcelona ya empieza a cansar el tema croquetas, ensaladillas hamburguesas,.... seamos más originales porfavor, cuando nos cansemos de toda esta ola que será pronto a que iremos?
saludos y que Papa Noel traiga más imaginación
Elaboración no va con v, va con b. ¡Feliz imaginación a ti también!
EliminarGracias, apreciado Anónimo, por ayudar a mantener la corrección ortográfica en este blog y, acepta -aceptad todos- mis disculpas por los muchos lapsus ortográficos y gramaticales que tengo al escribir mis crónicas.
Eliminar¡Brindo con los dos por la imaginación!¡Qué nunca falte!
Un saludo,
eduard
Siento discrepar, apreciado Anónimo, pero nunca me podrá parecer triste que una empresa del país, produzca su cerveza dentro o fuera de Catalunya -aunque claro que sería mejor que lo hiciese dentro-, contribuya, con sus inversiones, a que Barcelona sea un referente arquitectónico, gastronómico...
ResponderEliminarLo siento, pero discrepo de nuevo tanto sobre tu apreciación sobre la calidad del pan de Triticum, como que las buenas ensaladillas, croquetas o hamburguesas lleguen a cansar.
Eso sí, para terminar hago mío tu canto a la originalidad, pues ésta es la que nos ha encumbrado y debemos segir alimentándola.
Un saludo y feliz Navidad,
eduard
Tengo que visitarla un día de estos, creo que Moritz ha intentado levantar un antiguo nombre a la categoría de marca puntera e innovadora y por ello no ha de ser desprestigiada sino alabada, poca gente se lanza a levantar nuevos negocios en este país y eso es digno de alabar
ResponderEliminarSí que comparto con anónimo el tema del forn de la Trinitat, creo que su pan difiere en muy poco con cualquier cadena de panaderías, quien te ha visto y quien te ve
Un saludo y buenas fiestas!!!
Coincido plenamente contigo, Sergi, en que lo de Moritz en la Ronda de Sant Antoni merece alabanzas y no escarnio, no obstante me desconcierta un poco lo de "quién te ha visto y quién te ve".
ResponderEliminarUn saludo y felices fiestas,
eduard
Yo estuve el otro día y para mi lo mejor fue la cerveza, ni el flammeküchen ni las bravas ni la ensaladilla me parecieron nada del otro mundo...Si que hay que darles tiempo puesto que hay un gran cocinero detrás... y los que tenemos restaurante sabemos como son los principios.Creo por eso que cuanto más croquetas de calidad , bravas y hamburguesas en Barcelona mejor, pq hasta hace poco era muy difícil encontrarlas en bcn y tiene tela...
ResponderEliminarPor lo demás espero que no acabe siendo el típico local de tapas de paseo de gracia , rambla catalunya con empaque de diseño nouvel.Hay muchos sitios de tapas que cuando empezaron comías muy bien y con el tiempo han perdido calidad, costes, falta personal adecuado, y mucha rotación personal
Sin duda, apreciado Anónimo, la cerveza de la Fábrica Moritz es excelente -de no ser así tendría delito-.
ResponderEliminarY por otro lado, siento discrepar, pero tanto su ensaladilla como su salchicha blanca, no así las bravas, encontré que estaban muy por encima de la media de las ofrecidas en Barcelona.
Por último, y conociendo a Jordi Vilà, estoy convencido que la Fábrica Móritz no acabará siendo un local más de solo fachada.
Un saludo y feliz Navidad,
eduard
Croquetas, ensaladilla rusa y salchichas alemanas... Qué gran aportación gastronómica!! Me gustaría ver los precios.
ResponderEliminarTal vez, apreciado Anónimo, la aportación es que en una cervecería, y por menos de 25 €, pueda disfrutarse del mejor salchicha de Barcelona y de unas excelentes croquetas, ensaladillas...
ResponderEliminarSeguro que los restaurantes que, en breve y de la mano del genial Jordi Vilà, verán la luz en la Fábrica Moritz aportarán mucho al panorama gastronómico barcelonés.
Un saludo,
eduard
Ojalá así sea, Eduard. Pero soy de los que piensan que quien mucho abarca, poco aprieta, y que la grandeza de un restaurante de autor mengua cuando éste está ausente. No imagino un Alkimia sin Jordi como no concibo un Àbac sin su chef. El propio DiverXo cierra cuando su chef, su alma, no está. Así que lo que ahora está por ver es si Jordi Vilá abandona el gran Alkimia dejándolo a la merced de la mano de dios y se centra en esté proyecto que, según tu predicción, tanto aportará, o por el contrario sigue llevando tan bien como ahora lo que ya lleva. las dos cosas, desde mi punto de vista, no son compatibles.
ResponderEliminarA día de hoy, lo mires por donde lo mires, la fábrica Moritz es un sitio más en Barcelona, sólo destacable a nivel arquitectónico, y muy muy muy normalito a nivel gastronómico.
Hay que ser objetivo, firme quien firme la carta.
Un saludo.
Sin duda, apreciado Anónimo, la dedicación de Jordi al proyecto Moritz puede revertir negativamente sobre su Alkimia, pues no conozco cocina que requiera más la presencia de su alma, de su creador que la cocina de autor. Esperemos, por el bien de la gastronomía barcelonesa que no sea así.
ResponderEliminarPor último, siento discrepar, pero mi integridad y mi objetividad gozan de muy buena salud, y lo que, gastronómicamente, ofrece la cervecería de la Fábrica Moritz por menos de 25 € es francamente difícil de encontrarse.
Un saludo,
eduard
Por cierto, ayer, pasadas las doce de la noche, repetí visita a la Fábrica Moritz y debo confesar que, si bien su bocata de calamares no terminó de convencerme, tanto su flan de queso como su crema catalana estaban buenísimos.
ResponderEliminarUn saludo y felices fiestas,
eduard
Estoy contigo Eduard, todo el mundo se merece una oportunidad, y cuando se realizan inversiones de este tipo, con la que esta cayendo, crea puesto de trabajo y trata de hacer bien las cosas, es de alabar.
ResponderEliminarEn cuanto pasen estas fechas iré, y te escribiré mi opinión.
Gracias y saludos
Este mediodia he visitado este lugar, Eduard. Si quieres que te diga, ni fu, ni fa. Buenas croquetas, discretas bravas, ensaladilla insulsa y frankurt sin chispa...
ResponderEliminarMal servicio, me han traido la comida antes de la bebida y para pagar la cuenta, no te cuento. Me ha recordado sinceramente, la primera época de cuando abrieron el Velodromo por su descontrol. Y eso que he ido a primera hora, que todavia no habia cola ¡¡¡
Una observación, de entrada trabajar esta carta con la cantidad de referencias que hay es muy arriesgado, millor ir poquet a poquet..
Gracias por tus palabras, Agustín. Estaré esperando tu comentario.
ResponderEliminarUn saludo y felices fiestas,
eduard
Siento discrepar, Bernie, pero tras dos visitas, son muchas más las virtudes que los defectos que atribuyo a la Fábrica Moritz.
ResponderEliminarDiscrepo sobre la calidad de sus salchichas: la blanca es espectacular, como la calidad de las salsas que ofrecen para acompañarlas.
Sobre tu comparación con el Velódromo, pues ya a día de hoy la Fábrica Moritz es mucho mejor que la mejor versión del primero.
Sobre la ensaladilla, pues la de ibéricos que probé es de las mejores que he degustado -atendiendo a su precio, claro está, no la compararemos con la de bogavante de la Tasquita de Enfrente-.
Sí que comparto contigo que la extensión de su carta es un importante elemento de riesgo para asegurar la calidad de todos sus platos.
Y que sus bravas no están entre las mejores de Barcelona.
Un saludo y felices fiestas,
eduard
La apuesta en escena es muy buena. Como todo local el boom es el boom, y más en BCN. Estuve un domingo por la noche,el local estaba al 100% y el tiempo de espera no fue excesivo,unos 10 min. Precios razonables y buen servicio.
ResponderEliminarSupermariscada 40.00
Braves d'allà 3.20
Canya Moritz 1.60
Agusti Torelló Amp. 17.00
El tiempo dira,pero creo que si han vuelto a consolidar la cerveza, por que no con el tema restauración. En poco menos de un més y la critica siempre "positiva" manda huevos. Yo le doi mi ok a este local. Volveré
Sin duda, amigo Can Missè Restaurant, la Fábrica Moritz es, visualmente, espectacular y creo que ofrece una magnífica relación calidad-precio.
ResponderEliminarUn saludo y feliz año,
eduard
Aunque no soy el anónimo número 1, el que ya ha opinado.
ResponderEliminarYo pienso respecto a Jordi Vila y Alkimia, que una persona como Jordi, al que se le puede llamar persona, es capaz de instruir, enseñar y confiar en otros cocineros completamente capacitados para mantener su firma en los platos. Es lo que tiene la humildad.
Respecto a la Fábrica Moritz, la cual he visitado en tres ocasiones, puedo decir que:
La cerveza que sirven es espectacular, elaborada en sus entrañas.
La oferta gastronómica que ofrecen es sorprendente, y te puede gustar o no, pero la calidad es inegable.
El servicio lo estuve observando detenidamente un día en concreto que fui solo, y he de decir que sí, puede resultar desordenado, pero su simpatía y dedicación merecen una mención especial.
La apuesta de Moritz es arriesgada en los tiempos que corren. Y no han dado puntada sin hilo. Difiero mucho en lo de "la sombra de la Damm". Simplemente son cervezas diferentes y estilos diferentes.
Apreciado Anónimo,
ResponderEliminarComparto contigo que la capacidad de organización de Jordi y el talento de su equipo de la calle Industria suplirán sus ausencias del restaurante Alkimia. No obstante, no es menos cierto que cuando uno se come en el restaurante Alkimia espera disfrutar de las privilegiadas manos de Jordi.
Comparto, asimismo, tanto que la cerveza, particularmente la Epidor, que sirven en la Fábrica Moritz es espectacular y que ésta puede gustar o no, pero que sin duda se trata de un proyecto que celebrar y sin precedentes en nuestro país.
Un saludo,
eduard
Hola gente, he ido hoy con la familia y nos ha encantado, la verdad. Muy buena coca de recapte, buenos calamares a la romana para el peque (mucho mejores que los del Velódromo, del que se habló por aquí antes), buenísimas alcachofas en tempura, bomba y croqueta recomendables 100%, y salchicha roja muy interesante, aunque la puesta en escena con el platillo de la cebolla y el pepinillo es bastante cutril.
ResponderEliminarA éso le sumamos el espectacular espacio que está mostrando un 30% de lo que será, más un agradable paseo de 10 minutos por las entrañas de un edificio histórico con lo que nos queda una comida y sobremesa de obligada visita.
Me alegro mucho, apreciado Bagel.
ResponderEliminarSin duda, la Fábrica Moritz, y a pesar de que como bien apuntas está todavía al 33% de su potencial, tiene muchísimo que ofrecer.
Un saludo,
eduard
Totalmente de acuerdo con Bagel en lo que a la coca de recapte se refiere (también respecto a la bomba, las alcachofas y las croquetas).
ResponderEliminarTambién el carrot cake me encantó, y eso que lo he probado en varios sitios y no me gusta cualquiera.
Sin duda es un lujo contar con una oferta gastronómica como ésta cualquier día a cualquier hora.
Hola Andrea,
ResponderEliminarSin duda, su coca de recapte, y lo dice un ilerdense, es fantástica.
No puedo, no obstante, compartir tus elogios hacia su carrot cake: como el servido en el Keik, ninguno.
Un saludo,
eduard
hola:
ResponderEliminarHemos estado esta tarde en la cerveceria.El servicio ha sido muy atento.Hemos comido la bomba sin duda la mejor de barcelona, las bravas estaban buenas,la salchicha que recomendabas y la Flammkuchen que nos ha encantado.Lo que más nos ha impresionado es que estuviera el local a reventar y la calidad del servicio y la comida haya sido el que ha sido.Otro referente, de los pocos , para estar a gusto en el centro de barcelona.
Javier Giménez.
Buenos días, Javier,
ResponderEliminarGracias por seguir mis recomendaciones. Todo un alivio que os convenciesen.
Como bien apuntas, el magnífico vals que interpreta el equipo de 60 profesionales encargado de asegurar la satisfacción del comensal no es menos destacado que la propuesta gastronómica o el diseño arquitectónico de la Fábrica Moritz.
Un saludo,
eduard
Fantástica opción en Barcelona, va a ser un referente gastronómico sín duda. Hemos estado alli y tanto el servicio como su calidad, han estado a la altura.
ResponderEliminarGrácias Eduard.
Rafa.
Sin duda, lo será, Rafa.
ResponderEliminarGracias a ti por la confianza mostrada.
Un saludo,
eduard
Por cierto , alguien sabe que entre los fogones, hay todo un campeón de tenis de mesa?? Me enteré por casualidad. Soy un aficionado a este deporte y estando alli , lo vi. No voy a decir quien es, por respeto a el mismo.
ResponderEliminarSubcampeón de España y Campeón de Catalunya, jugador de 1ª Nacional, un referente en este deporte.
Moritz y Tenis de mesa....me senti en la gloria.
Joan H.
Gracias, Joan, por este nuevo aliciente, como si no tuviese pocos ya, para visitar la Fábrica Moritz -la curiosidad me puede-.
ResponderEliminarUn saludo,
eduard
Hola Eduard,
ResponderEliminarInteresante crónica. Fuimos ayer y nos gustó mucho el sitio. Sólo un pequeño apunte.
Dices que es la mejor bomba de Barcelona. Estaba buena sí, pero prefiero las de verdad de la Barceloneta. Has provado las de la Bombeta?
No las he probado, apreciado Anónimo. Tomo nota y te cuento.
ResponderEliminarMuchas gracias,
eduard
He ido desde que abrió unas 5 veces. No dudo de la calidad de algunos platos... pero no hay que negar que el servicio es el peor de Barcelona. Las primeras veces lo atribuí a que tenían mucha gente. Pero ayer. No habían ni 50 comensales en sala a las 23:30 estuvimos hasta la 1:30 dos horas y nos sirvieron solo 3 cañas a cada uno. Servicio lentisimo y olvidadizo. La figura del maitre como si fuera de cartón piedra. Pero lo que de verdad puso el broche a la última vez que piso Moritz es el postre pan con chocolate y aceite. He visto que eres un aficionado a ese postre. Pruebalo la siguiente vez que vayas y tu decepción será tan grande que no volverás. Te lo venden como coca de vidre con chocolate y aceite. De coca de vidre nada, es el pan de cristal tostado en salamandra con unos cuantos copos de chocolate a parte quemados!!! cacao en polvo por arriba y un chorro de aceite. Imperdonables 6 euros que cuesta. Lo mas fuerte el quejarse a la camarera y que te diga a mi me da igual, en la web hay una zona para quejas. No quiero quejarme en la web te estoy diciendo que le comentes al chef que esto como cocinero me da verguenza ajena. Y me vuelve a soltar que a ella le da igual. En fin nunca volveré.
ResponderEliminarBuenas tardes apreciado Anónimo,
ResponderEliminarNo puedo compartir tus palabras sobre su servicio -no solo los hay de mucho peores, sino que yo nunca he padecido lo que denuncias-.
Y en cuanto al postre que me sugieres probar, no dudes que el breve lo haré. Ya te contaré.
Un saludo,
eduard