domingo, 19 de septiembre de 2010

Topik

Mucho y bien había leído sobre la propuesta gastronómica que Adelf Morales y Eva Melé ofrecen en su Topik, y así, para formarme mi propia opinión, pero sobre todo, para, y en virtud de lo leído y escuchado, disfrutar de la honesta y notable cocina que el matrimonio Morales-Melé, respectivamente, prepara y sirve en el restaurante Topik, me dejé regalar –no, no me he vendido, el regalo corrió a cuenta de mi compañera de fatigas gastronómicas- una cena en su casa.

El pasado sábado, en esta casa –pues por las horas que allí pasan Adel y Eva, trasciende de un mero restaurante (sirven desde desayunos a cenas hasta altas horas todos los día de la semana excepto las noches de domingo y lunes)- de decoración sencilla pero cálida, todo dio comienzo de la mejor de las maneras, esto es, con una amable sonrisa de la de la jefa de sala (Eva) al ver cruzar el umbral de la puerta a unos desconocidos.

Siempre me he preguntado: ¿Qué es preferible, poder reconocer los rostros que entran en tu restaurante o que sean vidas anónimas las pasan un día para no volver? Supongo que, como en la vida, las cosas no son ni blancas ni negras y, a cierto equilibrio –que cada uno escorará por el lado que prefiera, definiendo, con ello, su idea de restaurante- es a lo que debe tenderse.

En este sentido, sirvan de ejemplo dos de los restaurantes barceloneses de un mismo cocinero, Jordi Vilà. Así, en cada servicio del Alkimia son muchas más las caras que nunca han de volverse a ver que las conocidas y, en cambio, en Dopo, uno siente que come como en casa. ¿Qué es mejor? La respuesta, la más sencilla de todas: lo que uno escoja.

Parafraseando al humilde veterano de vodevil en el papel de victima y villano llamado V, “la verdad es que esta vichysoisse de verborrea se esta volviendo muy verbosa, así que solo añadiré que será un verdadero placer describir en qué consistió nuestra cena en el restaurante Topik.

Así, abrieron la veda unas notables patatas bravas de corte “Aroliano” que, a pesar de la señalada calidad, no son comparables a las que prepara su roquero progenitor.

Siguió un montadito de anguila y foie de contrastes, y no lo digo por el sabor, si no por la calidad dispar de ambos integrantes del plato. Así, la anguila era excelente y, en cambio, el foie o, mejor dicho, el paté de foie, era prescindible dada su escasa potencia gustativa.

Al que sucedió un más que correcto croquetón de setas.

El siguiente plato, un foie de rape marinado y servido sobre una base de guacamole, adolecía de una cuestionable mezcla de productos. Así, según mi criterio, el guacamole no era la mejor pareja de baile par el hígado de rape, pues éste precisa de cierta labor desengrasante que el primero no aportaba, y ello, sin perjuicio de que el foie de rape degustado en solitario estuviese magnífico.

Le sucedió un excelente tártar de ostras i vieiras, en esta ocasión, sí que magníficamente acompañado por unos toques de aguacate.

Sin duda, el mejor plato de la noche fue el arroz de erizos de mar que hizo las veces de plato principal del menú. Sencilla y llanamente –y perdonar la fácil rima-: excelente.

Como primer postre, interpretando correctamente su papel de bajativo, se nos sirvió un sorbete de mojito.

Y, para terminar la cena, nos decantamos por un, de nuevo, sólo correcto coulant de chocolate y almendras acompañado por un helado de chocolate.

En definitiva, el potencial del restaurante Topik, gracias las excelentes maneras de Adel en la cocina y de Eva en la sala, es enorme y, de pulir esos pequeños desajustes que impiden, en algunos momentos, percibir el talento que Adelf atesora, estoy convencido que Topik devendrá un referente del tridente HONRADEZ-TALENTO-AMABILIDAD gastronómicos de la Ciudad Condal.

Vino: Treinta Mil Maravedíes 2008 (Garnacha, Syrah). Bodegas Marañones. Madrid.

Precio: 30 €
Calificación: 13,5/20

Indicado: Para los que quieren descubrir que el talento y la honradez no tienen precio.

Contraindicado: Para los que entienden el contexto y el valor relativo como una excusa.

Calle Valencia 199, Barcelona
93 451 09 23

14 comentarios:

  1. 100x100 d'acord. A ja l'he provat de nit (carta) i de migdia (menú). Només em falta tornar-hi de nit i provar el menú degustació. Comentar que el dia que hi vaig anar al migdia, quasi em vaig sentir incòmode de tan bona RQP. M'explico... després de veure la qualitat del menú, casi m'incomodava pagar només 11€.. Em sentia com si abusés... Costa d'explicar, però en ocasions em passa...

    ResponderEliminar
  2. Muy buen descubrimiento y sí, una pareja encantadora.
    Sin embargo discrepo respecto a las bravas, me encantaron, y en cualquier caso, precio por precio no recuerdo que las del Arola fueran proporcionalmente mejores.
    Estoy de acuerdo con que el guacamole no es buen acompañante del hígado de rape, sin embargo el alga japonesa sí que era una buena pareja, no sólo desengrasaba el plato sino que le daba una textura de contraste necesaria para que éste no resultase pesado.

    ResponderEliminar
  3. Hola Ricard,

    Sens dubte, el Topik és un dels restaurants amb millor relació qualitat preu de Barcelona.

    Per molts anys duri!

    Salutacions,

    eduard

    ResponderEliminar
  4. Hola Andrea,

    Siento discrepar contigo pero las Bravas DO Arola "se comen con patatas" -perdona el pueril jugo de palabras- a las de Topik que, no obstnate, siguen siendo notables.

    En cambio, no podría coincidir más contigo respecto lo que apuntas sobre las algas. Sin duda, una excelente apreciación.

    Un abrazo,

    eduard

    ResponderEliminar
  5. He estado varias veces en Topik y estoy de acuerdo que la relación calidad-precio es estupenda.
    Estuvimos el pasado mes de marzo cenando con unos amigos para celebrar mi cumpleaños y el menú fue de lo más irregular. Platos riquísimos y otros, como un arroz con gambas y ceps, que dejaban mucho que desear.
    En cualquier caso, como comentas, bastará con limar un poquito más algunos platos para pasar a ser un restaurante de referencia.
    Saludos

    ResponderEliminar
  6. Como dice Marta, se les puede ir la mano un viernes con mesas grandes, aunque en pequeño formato, o con menú de mediodía, muy económico, lo hacen realmente bien.

    ¡Saludos!

    ResponderEliminar
  7. Felicidades pues, Marta, aunque sea con retraso.

    Estoy convencido que "posaran fil a l'agulla" y serán un espejo en el que mirarse dentro del panorama gastronómico barcelonés.

    Saludos,

    eduard

    ResponderEliminar
  8. Suscribo tus palabras, Marc.

    Un saludo,

    eduard

    ResponderEliminar
  9. Yo no tiendo a ir nunca con grupos grandes a restaurantes pequeños, distorsiona un poco la realidad del restaurante, no se aprecía bién, no es lo mismo una mesa de dos que una de 12.

    ResponderEliminar
  10. Apreciado Anónimo,

    Estoy completamente de acuerdo contigo.

    Diría que el 80% de mis crónicas nacen de comidas o cenas de 2 (Andrea y Ro son mis más fieles escuderos), el 10% de 4, el 5% de ágapes solo y el 5% restante de comidas con más de 6 personas.

    En esta cena, Andrea y su valioso criterio, fueron los únicos que me acompañaron.

    Un saludo,

    eduard

    ResponderEliminar
  11. Pues en este caso el grupo no era grande, vamos 6 personas me parece que no debe desestabilizar en absoluto el ritmo.

    Saludos

    ResponderEliminar
  12. Hola Marta,

    Estoy de acuerdo contigo, no obstante, también tengo el convencimiento que existen restaurantes en los que las mesas concurridas les pasan más factura (perdona el juego de palabras) que a otros.

    Un saludo,

    eduard

    ResponderEliminar
  13. Ara ja puc opinar també del menú degustació (i en dues ocasions). Em sembla una opció excel·lent i amb el premi de l'aròs com acabament, encara millor. Per 30€, no es pot demaanar més...

    ResponderEliminar
  14. Tota la raó del món, Ricard, no pot acabar-se millor un àpat, i per poc més de 30€, que amb un arròs cremós de garotes: una delicia.

    Salutacions,

    eduard

    ResponderEliminar