martes, 16 de octubre de 2012

Chez Coco II

Tras incontables visitas, atraído por sus “para untar”, su versión de los canelones de gallina, su jarrete, sus pequeñas, medianas y grandes piezas enteras de aves, sus postres o su terraza –sin duda, una de las más bellas de Barcelona-, al restaurante Chez Coco, una segunda crónica sobre esta brasserie, hermana del contrastadamente sabroso restaurante Casa Paloma y dotada de un cuidado interiorismo firmado por el prolífico y afamado Lázaro Rosa Violán, se hacía indispensable.
Y, sin duda, ningún momento más indicado que éste ni pretexto mejor que el presentaros un avance de una temporada Otoño-Invierno 2012 repleta de sabrosas e interesantes novedades.

Puesto que lo verdaderamente relevante de esta segunda crónica sobre el restaurante Chez Coco son sus novedades gastronómicas, no os aburriré con mi verborrea, y así, antes de entrar al detalle de algunos de sus nuevos platos, la mayoría de los cuales giran entorno al imaginario gastronómico catalán y, en particular, a sus guisos, me limitaré a un:

“Si algo funciona, ni tocarlo”.

Máxima en la que en Chez Coco creen a pies juntillas, y por ello, a pesar de las novedades gastronómicas de rigor para cualquier restaurante que se precie (también en el restaurante Casa Paloma están preparando las suyas, destacando, entre otras, su tártar con caviar –ya me estoy yendo por las ramas e incumpliendo lo prometido y que es deuda, ¡Basta!-), el buen hacer de Jordi Gotor y su equipo de cocina y de Alfred Romagosa y los suyos en la sala siguen intactos.

Y como lo que toca es desplumar lo nuevo del restaurante Chez Coco, pongámonos a ello.

Nuevos platos (la cocina del chup-chup ya citada, perdiz escabechada o conejo a la broche) y referencias fuera de carta (becada, perdiz escocesa…), para acompañar a los clásicos de Chez Coco (pollos de Bresse y Tomatero, cochinillo de Arévalo, Lechazo IGP…), de entre los que me dejé seducir por:

Una sabrosísima coca de arenque con berenjena ahumada y tomate confitado.
Un mar y montaña de gamba de Palamós y pollo que, a pesar de la excelente calidad de la primera y del buen guiso del segundo, adolecía de falta de comunión entre sus elementos. Como, por desgracia, en tantas ocasiones sucede, eran dos platos en uno, pues el perfecto, esto es, casi cruda, punto de cocción de gamba hacía que no se produjese la esperada y necesaria fusión de sabores.
Unas notables, y todo un alarde de gelatina y de “terroir”, manitas de cerdo deshuesadas con cebolletas glaseadas y salsifíes.
Una magnífica, aunque no apta, dado su sabor a caza mayor a pesar de no entrar ésta en tal categoría, perdiz escocesa (grouse) acompañada por una tan intensa como sabrosa salsa de la propia grouse (sus patas y entrañas con chalotas, coñac y jugo de ave) y “rossinyols” (el único borrón del plato –creo que, de nuevo, este año a los amantes de las setas nos tocará sufrir-).
Y un excelente trío de postres –sin duda, Marco Leone, uno de los mejores reposteros de Barcelona, hacía tiempo que meritaba más “pista”-, encarnado por:

Un tan interesante como necesario “bajativo”: su macedonia (granizado de lima, sorbete de limón, higos, uvas, naranja, frambuesas…).
Un excelente “mel y mató” (helado de miel, lingote de requesón y nueces caramelizadas).
Y un magnífico babá al ron –con algo más de ron y menos almíbar no existiría adjetivo que pudiese condensar su virtud- acompañado por una dulzona nata a la vainilla y un excelente helado de ron con pasas que, no obstante, no se me antojó como su mejor compañero de viaje dada la redundancia de sabores y azúcares que aportaba.
En definitiva, unos cuantos argumentos más para visitar un restaurante ya de por sí más que recomendable.

Bodega: Domaine de L’Horizon 2009 (Macabeo y Garnacha Gris).Domaine de L’Horizon. DOC Côtes Catalanes.
Precio: 60 € (precio medio entre 30 € y 60 €).

En pocas palabras: La gallina de los huevos de oro.

Indicado: Para disfrutar de los guisos, la caza y la volatería en un ambiente nada frecuente en los restaurantes que practican tales cocinas.

Contraindicado: Para los que los argumentos gastronómicos no bastan para arrancar la etiqueta de restaurante de moda.

Diagonal 465, Barcelona
93 444 98 22

2 comentarios:

  1. Ja m'havia oblidat de Chez Cocó.. :)

    Vaig menjar-hi be, tot i que no em vaig aventurar massa. I quan el vaig publicar amb les meves ironies (no sempre compartides), va aparixer pel meu blog, el Lázaro Rosa Violán (al que admiro com interiorista , explicant els "perquè" de la decoració de la que jo havia fet certa conya light.

    I dir que a més d'un gran interiorista, es va mostrar com un "senyor", argumentant més que rebatin.

    Res.. que ja veus que m'he enrollat també. A veure si un dia hi torno... Espero que no em reconeguin i em posin de "patitas en la calle", per les meves conyes ... Per si de cas, reservaré amb el segon cognom.. :)

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