martes, 8 de junio de 2010

SaltimBocca (bis)

A Dios rogando pero con el mazo dando.

Curiosa forma de dar comienzo a una crónica gastronómica pensarán algunos. Para otros, los asiduos a esta página, seguro que la sorpresa ha sido contenida.

Su explicación, dirigida a todos.

Este local de la calle Loreto de Barcelona es un claro ejemplo de que simplemente con talento, por mucho que se tenga o se crea tener, no se alcanza el éxito, precisándose la concurrencia del esfuerzo, la perseverancia y la honradez para asegurarlo.

He aquí la diferencia entre el Taxi Key de Fabián Martín y el SaltimBocca de Jordi Vilà.

Es incuestionable que Fabián, así lo acreditan los numerosos premios internacionales que le han sido concedidos, es un virtuoso con las manos en la masa –tal vez, desde mi humilde punto de vista, demasiado showman-, pero con el talento no basta, y así, su primer proyecto de pizzería creativa en Barcelona fracasó.

Poco después de que el telón del Taxi Key bajase definitivamente, el chef del restaurante Alkimia se puso el reto de triunfar donde otros habían hincado la rodilla, y así, en septiembre de 2009, dio comienzo la función en su SaltimBocca.

Función sobre la que Jordi siempre tiene un ojo, cuando no los dos, puesto encima y de la que ha encargado su dirección al experimentado Guillem Vicente (Jean Luc Figueras, Espai Sucre, Icho y un largo etcétera), factores que, junto con un producto de calidad, una decoración colorida y moderna alejada de las notas barrocas que definen a la mayoría de propuestas de gastronomía italiana en nuestro país y un precio idóneo para los tiempos que corren, auguran un próspero futuro a este espectáculo para el paladar.

El pasado jueves, y a pesar de que la carta del restaurante contenía notables novedades, de entre las que destacaría las hamburguesas de ternera gallega preparadas a la brasa de carbón, me decanté por:

La clásica ensalada caprese (tomate, mozarela, aceitunas negras y pesto), preparada con productos de primera.

La pizza Ibérica: una fina lámina crujiente de masa, ligeramente untada con tomate natural, y coronada por panceta, txistorra, presa y jamón ibéricos y rúcula. Sin duda, una de la mejores pizzas de Barcelona, aunque debo confesar que, de las que se elaboran en SaltimBocca yo me quedo con la Ses Illes (queso de cabra, sobrasada, higos, naranja y menta).

Mi elección para el postre fue la torrija con helado de yogur que, a pesar de no poder -ninguna puede- hacer sombra a la de Mugaritz, es excepcional.

Postre de mi agrado y elección al que siguió otro de invitación pero igualmente de mi agrado: su tiramisú que, como debe ser, era de cuchara.

En definitiva, de un ágape en SaltimBocca se extraen dos conclusiones:

La primera, que el lujo no siempre es sinónimo de precios exorbitantes.

La segunda, que, cual almogávar, Jordi Vilá va conquistando el Mediterráneo. Prueba de ello lo es también su Dopo: el vecino restaurante sin cartel en la entrada.

Vino: Infinitus Syrah 2009, Vinos de la Tierra de Castilla.

Precio: 25 €
Calificación: 13/20

Indicado: Para disfrutar de algunas de las mejores pizzas lejos del país transalpino.

Contraindicado: Para los que no conciben comer una pizza si no es en una trattoria (aunque en Italia no sea así).

Calle Loreto 22, Barcelona.
Teléfono: 93 363 72 16

5 comentarios:

  1. Pues he estado allí más de una docena de veces y me encanta! la ibérica y la margarita son riquísimas!
    Además, le han dado un nuevo aire al local jugando con la iluminación y unas cortinas a la entrada. El efecto ha sido positivo, consiguiendo un aire más nocturno.
    En cuanto a Fabián, no lo soporto! y sí, es un showman!
    Saludos!

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  2. Espectacular el cambio de ambiente que han conseguido con la iluminación. Y fantásticas las pizzas, soy fan incondicional de la ibérica.

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  3. Sin duda, Marta y Andrea, la pizza ibérica es colosal, no obstante, yo me quedo con la Ses Illes.

    Asimismo, estoy completamente de acuerdo con vosotras en que el nuevo aire que le han dado al restaurante le favorece muchísimo.

    ¡Dopo os está esperando! No lo dudéis.

    Un saludo,

    eduard

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  4. Sorpresa el domingo a mediodía: el Saltimbocca hace desaparecer de su carta más de media docena de pizzas e introduce las tan vistas "hamburguesas gourmet". Sí señor, la calçone de cap i pota, la pizza con piña y otras cuentas desaparecen. No deben funcionar o simplemente quieren abrirse un poco más al público pero por favor, hay que centrarse y si voy a comer una buena pizza quiero variedad y no ver como en la mesa de al lado rebosa una bandeja con una hamburguesa con patatas congeladas.

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  5. Hola Marta:

    Tres comentarios a propósito del tuyo:

    Jodi me comentó hace unas semanas que con las hamburguesas pretendía abrir el abanico de público al que pudiese interesarle su SaltimBocca.

    Asimismo, me comentó que la retirada de la pizza de “cap i pota” respondía a que no había cuajado. Yo la probé y me gustó, aunque debo decir que creo que adolecía de cierta pesadez.

    Respecto las hamburguesas, si bien es cierto que empiezan a ser un recurso fácil para muchos restauradores, no es menos cierto que son muy pocas las que merecen la pena. Así, en esta lista no incluiría las de la Burg, de Sarriá, y sí, en cambio, las de SaltimBocca o, y que son mis favoritas, las que Rusty prepara en la barra de Coure.

    Un saludo,

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