jueves, 27 de enero de 2011

Monvínic

Tras un comienzo complicado, en el que les llovieron críticas, en su peor acepción –chaparrones de ellas diría yo-, parece que las aguas vuelven a su cauce y el restaurante –más adelante ya abordaremos si estamos realmente ante un restaurante tal y como a éstos los conocemos- Monvínic está cosechando las críticas, esta vez, en su sana vertiente, y el favor del público que se merece.

Prescindiendo de los rodeos y excursiones literarias –alguna vez a ninguna parte, me gustaría creer que, mayoritariamente, con algún sentido- que tanto me caracterizan, resolvamos ya la cuestión planteada.

¿Es Monvínic un restaurante?

Sí.

Tanto bombo y platillo para ventilar con tanta rotundidad y, sobre todo, tanta brevedad la duda anteriormente expuesta, os preguntaréis.

No, tranquilos. Reformulemos la pregunta.

¿Es Monvínic solo un restaurante?

No.

Y, entonces, ¿Qué es?

Es un restaurante –ya sé que eso ya lo sabíais-, un “wine bar”, que queda mucho más “glamuroso” –dichoso glamur, terminará por perdernos, si es que ya no lo ha hecho- que un bar de vinos, pero, por encima de todo, es un centro para la divulgación de la cultura del vino y una de las mejores escuelas para sumillers del mundo –siempre se cuenta alguno en la ronda final del Premio Vila Viniteca de cata por parejas que, por cierto, este año se celebra en Madrid el día 20 de marzo y en el que, aunque solo sea para divertirse y aprender, recomiendo participar un vez en la vida-.

Supongo que esta increíble amalgama de propuestas que confluyen en Monvínic, al principio, incomprendida por la mayoría, es lo que le llevó a cosechar críticas tan furibundas durante sus primeros pasos, pues, sin duda, si solo juzgas a Monvínic como un restaurante, la cuenta final puede antojarse como excesiva y su propuesta gastronómica, a pesar del indudable talento de Sergi de Meià, permite la aparición de cierto sinsabor final.


Pero lo dicho, Monvínic es mucho más, es el sueño hecho realidad de Sergi Ferrer Salat, es un premio, de la mano del gran Alfons Tost (Espai Sucre, Atelier del Coure…), FAD 2009 interiorismo, es tal vez el único lugar en el mundo en el que pueden degustarse hasta 3.000 vinos, 50 de los cuales por copas o medias copas, es un templo a la cultura del vino en el que tienes a tu servicio no a un sumiller, sino a una docena de ellos, es un sala con uno de los mejores servicios de Barcelona, es… mucho más.





Pero como no soy ni decorador, circunstancia que no me impide pronunciar un “¡Bravo!” por el interiorismo de Monvínic, ni un experto catador de vino, hecho que no enerva que se me caiga la baba tanto ante su bodega como ante la sapiencia de sus sumillers, voy a centrarme en su propuesta gastronómica.

Cena, la del pasado jueves, que dio comienzo con una finísima crema de coliflor, coronada por un langostino y agradablemente matizada por un toque de romero.

La siguieron unos buenísimos buñuelos de bacalao: me atrevería a escribir –voy a hacerlo- que los mejores que he probado en mucho tiempo.

Un buena mantequilla para ser untada –aunque yo soy de los que solo la corta, aderezo con un poco de sal Maldon y coloco sobre el pan- sobre un mejorable pan.

Una excelente coca de espinacas, alcachofas, costilla de cerdo y arenque.

Un mejorable tártar de culata de ternera del pirineo de Gerona, para mi gusto, demasiado picado, era imposible disfrutar de la textura de la carne, y del que nada me aportaba el picadillo de huevo duro que lo acompañaba.

Unas increíbles manitas de cerdo, todo gelatina, bien acompañadas por unos piñones tostados y aceite de pimentón, y a las que la anguila fresca que las coronaba no terminaba de aportarles el contraste no marino pero sí de río deseable.

Un notable parfait de leche de oveja con trufa.

Una buena, aunque de sabores facilones, versión del “Postre de músic”: crema catalana, helado de “mel y mató”, galleta y frutos secos.

Y unos meritorios petit fours: trufa, financiero: el mejor, crujiente de almendra y galleta de mantequilla.

En definitiva, mucho más que un restaurante que merece ser, como mínimo, visitado en un par de ocasiones: de verdad, con una no basta.

Bodega: Solo puedo escribir un: gracias Antonio por el magnífico maridaje que nos preparaste.

Kerner Praepositus 2009 (Kerner). Abbazia di Novacella. Alto Adige, Italia

En Remilly 2007 (Chardonnay). Domaine Hubert Lamy. Borgoña.

St. Laurent Zagersdorf 2007 (St. Laurent). Rosi &Hannes Schuster. Burgenland, Austria

Syrah Reserve 2005 (Syrah). Vidal Estate. North Island, Nueva Zelanda.
La Firma + 2005 (Aglianico). Cantine del Notaio. Basilicata, Italia.

Vinsanto 2003 (Aidani Aspro). Sigalas Oenopiia. Aigaion Pelagos, Grecia.

Precio: 75 €
Calificación: 15/20

En pocas palabras: Un espacio que hace grande Barcelona.

Indicado: Para los que quieren enamorarse o hacer crecer su amor por el mundo del vino.

Contraindicado: Para los que creen que en un restaurante solo cuenta la comida.

Diputació 249, Barcelona
93 272 61 87

8 comentarios:

  1. A veure... jo hi he menjat de conya les dues vegades que he estat... Hi soc dels que passo una mica de saber els cognoms del "decorador" o de si el propietari es "salat" o "dolç"... :)). Però he menjat de conya allà... i els bunyols... "probabily the best bunyols in town"... Saps quin és l'únic "però" que hi trobo?... la pobre ergonomia de els tablets-PC que els han endosat.. (i més si ho compares amb el món IPad)... però menjar és menja de conya i amb el grau just de creativitat... i el tema de la poca ergonomia, és un defecte professional meu.. però el restaurant m'encanta...

    ResponderEliminar
  2. Hola Ricard,

    Conec de la teva "debilitat" pel Monvínic, i si bé no la comparteixo al 100%, si que ho faig al 90%.

    Sens dubte, els seus bunyols son els millors de Barcelona i també de part de l'estranger, no obstant, si l'anàlisis a fer es centra sols en la gastronomia, no podent rebre ajuda de marc i, sobretot, dels vins i els seus sumillers, crec que la proposta del Monvínic, rqp que tant t'agrada, queda un xix desfassada.

    Això no treu que seguiré anant-hi, tinc massa per aprendre del mon del vi i vull repetir els peus de porc i els bunyols, així que, amb una mica de sort, per allà algun dia ens hi trobarem.

    Salutacions,

    eduard.

    ResponderEliminar
  3. M'encantaria coincidir un dia... però a nivell càlcul de probabilitats, és dificil.. (ja m'ha sortit le vena matemàtica.. :)...)

    Salut!.
    Ricard

    ResponderEliminar
  4. Segur que algun dia vencem al càlcul infinitessimal.

    eduard

    ResponderEliminar
  5. Ayer pasé por delante del Monvínic, y la verdad es que parece una biblioteca,en vez de una enoteca. Vivo cerca, así que el finde que viene me acerco.
    Eduard, quería pedirte un consejito. Esta noche voy al Caldeni por primera vez. Estoy tentada a pedirme el Kobe, pero no sé si valdrá la pena. ¿Qué me dices?
    P.D. Échale un vistazo a mi blog si tienes tiempo. Quiero la opinión de un buen blogger.
    Gracias!!
    Gracias

    ResponderEliminar
  6. Queridos Pilar y Alfonso,

    Vayamos por partes:

    Ante todo, muchas gracias por la excesiva generosidad con mi faceta de blogger.

    Respecto Monvínic: os aconsejaría reservar, dejaros aconsejar por sus sumillers (Antonio es todo un prodigio) y probar sus buñuelos.

    En cuanto a la cena de hoy en Caldeni, no os perdáis sus sardinas, su tártar y, en vez de kobe yo os sugeriría o su buey "gustas" o su angus de nebraska, aunque lo mejor sería que le preguntáseis a Dani qué carne está en su punto óptimo esta noche.

    Por último, en cuanto a vuestro blog, felicitaros por el mismo -excelente el nombrte-, muy interesante la fusión de recetas, citas de personajes relevantes de la comunicación gastronómica y crónicas de restaurantes -mi pareja siempre insiste en que cuelgue más de mis recetas-, y solo os recomendaría incorporar más imágenes -mal que me pese, vale más una imágen que mil palabras-.

    Un saludo,

    eduard

    ResponderEliminar
  7. Muchas gracias por los consejos. Es lo que había pensado sobre nuestra cena en el Caldeni, pedir el Nebraska.
    Y otras tantas gracias por mirarte el blog. La verdad es que estoy súper enganchada. Es como trabajar pero con ganas!!
    Tendré en cuenta lo que me comentas de las imágenes. Lo que pasa es que cuando vamos a cenar me da cosa sacar la cámara y ponerme a hacer fotos. Pero te haré caso!
    Buen fin de semana!!

    ResponderEliminar
  8. Espero que la cena sea todo un éxito.

    Buen fin de semana,

    eduard

    ResponderEliminar