Las siempre sabias palabras escritas por Dani en su Estocomo, por Philippe en su Observación Gastronómica y por Pau Arenós en su publicación homónima, no solo me hacían albergar la esperanza que la cena del pasado viernes en The Mirror podía ser “algo para recordar”, sino que me influyeron la certeza que iba a ser todo un éxito.
Lo sé, pocos compañeros de mesa hay peores que unas altas expectativas.
Y no, el flamante nuevo restaurante de Paco Pérez (Miramar: 2 estrellas Michelin; y Enoteca: 1 estrella Michelin) no las copó.
A primera vista, su sala te enamora, la lástima es que este sentimiento amoroso se va tan rápido como ha llegado, pues de la mano de un servicio en exceso encorsetado –profesional y solvente, pero apático- y de unas mesas con anecdótica separación –eso sí, gracias a ello puedes disfrutar del aroma a trufa o a marisco de la mesa de al lado-, el blanco y las líneas modernas –ojo con ellas, pues lo moderno deja de serlo en dos días, y no hay nada más vulgar que algo moderno ajado- que imperan en la sala, en vez de inspirar pureza y tranquilidad trasmiten frialdad y hasta cierta sensación de incomodidad debida a una patente falta de intimidad.
No recordaba la última ocasión en que “ventilé” una cena “de nivel” en menos de dos horas y media, y en The Mirror dos horas, y por sentir que no cenaba con mi pareja sino que lo hacía con todos los allí presentes, se me hicieron hasta largas.
Son indiscutibles la solvencia y el talento de Paco Pérez, y sin duda, dado el clientelismo, sucursalismo y demás más “ismos” de la Guía Roja, el año próximo The Mirror pasará a engordar la lista de restaurantes estrellados de Barcelona, no obstante, y como en esta edición lo ha hecho el restaurante Moments –muchos, demasiados “ismos” tiene detrás-, lo hará, no sin mi aprobación, pues no la necesita, pero sí sin mi reconocimiento. Con esto, no estoy ni negando ni siquiera cuestionando la virtud de la cocina de The Mirror, en cambio, sí que pongo en entredicho la propuesta gastronómica que se nos está vendiendo.
¿Es una arrocería? Entonces por qué tiene precios de restaurante de autor.
¿Es un restaurante de autor? Le faltan horas o implicación de autor en su cocina, entonces.
¿Es una arrocería de autor? ¿Y qué es esto? ¿Una Mifanera de lujo? ¿Un Alkimia de arroces? Lo siento, pero yo no lo veo, no veo el nicho de mercado, la necesidad de nuestros paladares que viene a satisfacer.
Pero basta ya de palabras y vayamos a los hechos.
Todo comenzó con un soso consomé de verduras con aire –imposible un sabor más etéreo- de remolacha.
Y unos, simplemente correctos, snacks: un crujiente de avellanas y una croqueta de jamón ibérico.
Bueno el servicio de pan (cereales y olivas), aceite y mantequilla (con menta y pimienta), aunque, dada la sutileza de sabores de algunos platos, se echara en falta un pan más neutro, de sabores menos intensos, menos agresivos. En muchas ocasiones creo que por parte de los restauradores se olvida que el pan es el elemento accidental de la comida, es el actor secundario que, evidentemente, puede contribuir a convertir una obra en maestra –bravo por Jeoffrey Rush en “El discurso del Rey”- pero que nunca debe ensombrecer al verdadero protagonista –otro olé para Colin Firth-.
Magníficas las anchoas 000, aquí sí, perfectamente secundadas por una sutil gelatina de pimiento rojo.
Algo más normal el carpaccio de gamba roja y -si lo no digo reviento- pasadísimo de precio.
Al que siguió el mejor plato de la noche. Perfectas, literalmente hablando, las espardeñas con tripa de bacalao, su pil-pil y garbanzos. Un plato sabrosísimo, intenso pero sutil, sedoso, meloso… una delicia.
Muy bueno también el canelón de cigalas y trufa.
Y cuando creíamos que llegaba el punto álgido de la velada, esto es, el tiempo de los arroces…
Bueno, sí, pero no para arrancar las lágrimas que pensaba que brollarían de mis ojos al probar el buque insignia del restaurante: el arroz “socarrat” de marisco.
Y solo correcto, algo pasado incluso, el arroz meloso de pollo de payés y verduras que lo siguió.
Y si se me permite, advertir que la presentación, la estética de un plato nunca debería ir en detrimento de su disfrute, cosa que sucedía con los arroces, particularmente con el segundo, pues la espectacular presentación del arroz en forma de fino circulo inevitablemente conlleva que, a los dos minutos, y debido a la enorme superficie de arroz en contacto con el aire, te llevases a la boca cucharadas –sí, el arroz me gusta comerlo con cuchara- de arroz frío.
Con los postres, más sensaciones encontradas.
Excelente el bizcocho de pimienta con mascarpone y helado de miel y romero.
Mucho más corriente el “Conguito”: chocolate, cacao, helado de leche y cacahuete (lo mejor del postre).
Pero al César lo que es del César: magníficos los petit fours (bombón chocolate blanco con frambuesas, de crema de caramelo, chocolate y plátano, y de galleta María y leche, “chuche” de lichis y frambuesa y sticks de avellana y café y de regaliz.)
En definitiva, mis intenciones, mis ganas locas diría, de dejarme seducir por los encantos de Paco Pérez en su Miramar de Llançà siguen intactas, eso sí, mi experiencia en The Mirror no las ha incrementado ni un ápice.
Bodega: Dönnhoff Riesling Trocken 2009 (Riesling). Dönnhoff. Nahe.
Precio: 90 €
Calificación: 15/20
En pocas palabras: De las mejores, pero una surcursal más.
Indicado: Para plantearse cuál es el futuro de la restauración de las grandes ciudades.
Contraindicado: Para los que ya no tragan con segundas marcas a precios de primera.
Còrsega 255, Barcelona
93 202 86 85
Me lo temia....:). I mira que quan vaig començar a llegir posts d'aquest lloc em vaig animar i ja vaig cemençar a fantasejar amb l'arròs "socarrat"...Del "canelò d'escamarlà", ja passava una mica.. que jo soc de gustos purs... La decoracióno, a les fotos, no la veia massa clara... però vaig fantasejar en una Milfanera de "luz y color"... uffff... Vaja... que "va a ser que no"... ;)
ResponderEliminarHola Ricard,
ResponderEliminarJo també vaig ser dels que vaig creure que no seria una "sucursal" més, i si bé és de les millors, o la millor en la que he estat, malauradament es segueix respirant l'ambient a segona casa per a contentar els paladars i les butxaques de capital.
Sens dubte, el millor, les espardenyes i l'escamarlà, sent, provablement degut a les expectatives, el més decepcionant els arrosos.
No obstant, aventura-t'hi, i donan's el teu parer, sempre, molt valuós.
Una abraçada,
eduard
El miramar de Llançà ha millorat molt darrerament, durant les meves primeres visites li faltava caliu però poc a poc ha millorat. Un proposta innovadora, a vegades faltada de gust però el risc existeix en aquest tipus de cuina.
ResponderEliminarPer cert si torna a visitar l'Empordà hauria de visitar altres adreces també interessants:
· Mas Pau (1 estrella a Avinyonet de Puigventós)
· Empòrium (a Castelló d'Empúries, cuina moderna)
· El Roser 2 (a L'Escala, cuina marinera)
· Bo.Tic (1 estrella, a la Bisbal d'Empordà)
Bones adreces on no fallen mai.
Fins aviat!
Albert Barceló
Estimat Albert,
ResponderEliminarMoltes gràcies tant per oferir-nos la seva opinió sobre el Miramar com per les recomanacions de taules destacades de l'Empordà.
Tant el Bo.Tic com Mas Pau es compten en "mi haber", però de l'Emporium i El Roser 2 no en sabia res, així que no dubti que en la meva pròxima escapada a l'Empordà intentaré descobrir les seves cuines.
Salutacions,
eduard
Hola Eduard,
ResponderEliminar¡Muchas gracias por tu mención!
Siento que no lo disfrutaras tanto como yo. Quizás mis expectativas sí se acercaran más a lo que encontré. Reconozco que el ambiente (además éramos pocas mesas) es frío, pero nuestra cena estuvo a buena altura (¡arroz incluido!).
Confío en que si le das una segunda oportundidad tengas más suerte. Yo seguro que se la daré.
Un abrazo !
De nada, Dani.
ResponderEliminarY no dudes que se la daré, aunque ni su fría sala ni unos precios excesivos me inviten a ello.
Un abrazo,
eduard
No me parece mal la propuesta de arrocería de autor -tal vez porque me encanta la cocina de autor y también los arroces- pero comparto contigo la crítica al precio y a la irregularidad en los platos.
ResponderEliminarCreo que si conoces el sitio, o si tienes suerte y escoges bien, puedes disfrutar mucho con, por ejemplo, las espardeñas con tripa de bacalao; pagarás por ello, pero es un plato que se lo merece.
En cualquier caso mi mayor decepción fue con los arroces, los esperaba espectaculares y me parecieron poco más que correctos; y más teniendo en cuenta que son su buque insignia, o al menos yo fui con esa impresión.
Apreciado Anónimo,
ResponderEliminarEs francamente difícil coincidir más.
Como apunto en la entrada, no niego la virtid de muchos platos, particularmente las "espardenyes" y el canelón, pero como acertadamente señalas, era de esperar mayor mérito en los arroces y una cuenta más ajustada -aunque esto último es difícil de esperar en un restaurante de hotel-.
Un saludo,
eduard
Benvolgut Eduard,
ResponderEliminarFeia temps que no em deixava caure en la lectura del vostre blog, però vet aquí que per casualitats em trobo amb una descripció totalment divergent amb la versemblança de l'indret descrit, si més no personal del qui escriu.
A un restaurant si va a gaudir, no a passar un exàmen...en aquest sentit hi ha els especialistes i els professionals. Són ja 3 les vegades que m'he deixat seduïr per la professionalitat i bon gust d'en Paco (en el coherent i excels The Mirror), i 3 són les petites objeccions que m'hi fan tornar sempre: 1) a véure si la presentació del (excel.lent) pa millora (per els cubilets de l'estratosfèrica mantega i melmelada...que tècnicament són molt millorables, doncs es mouen amb massa facilitat), 2) vull véure realment l'aposta trencadora i vanguardista d'en Paco Pérez a Barcelona, i 3) ho tinc massa a prop de la feina.
El servei és brutal!, jove, professional (complicat actualment!), gens distant! (en absolut!). I la distància entre taules..perdó, però és més que correcte, ample, generós,...i tots els adjectius de comoditat i bon gust que li vulgui posar..sense exagerar i siguent objectiu!. Si un vol sentir la taula del costat...ho farà independentment de qu estigui a 10 metres!.
Tant de bó que el proper any el The Mirror tingui un macarró..senyals del bon gust de l'apreciació culinària i de bon gust (insisteixo molt i repetidament en aquest aspecte..és massa important) de la guia vermella.
El discurs d¡en Paco a Barcelona amb el The Mirror és d'una coherència EXTRA-ORDINÀRIA!!. A ón?, a ón de Barcelona es pot gaudir d'aquesta manera pagant 75€?, a ón?. Gaudir a nivell culinari (producte, tècnica, servei, qüalitat d eles copes, del material, originalitat (encara que en vull molta més!..en Paco ho sap i ho pot fer!)). Ho sento Eduard...però el partit que hem vist vosté i jo és molt siferent...massa diferent!. Els arrossos són sublims (un arrós és com un gin-tònic!, cal predre'l en 10-15 minuts per tal de que mantingui la seva qüalitat i consistència!). En Paco té molta cura del tema temperatures alhora de servir els emplatats...això si...cal prendre la menja de seguida!...en aquests restaurants el client-comensal no pot esperar!...i el tempo és essencial!.
Bé..en tot cas, agraixo el vostre comentari, que té la seva validesa. Li agraiexo que el comparteixi, de la mateixa manera que li demano que em permeti la meva total i respectuosa discomformitat!.
Una ben cordial salutació,
Joan Nadal
Benvolgut Joan,
ResponderEliminarEn primer lloc, gràcies pel seu interessantísim comentari.
Respecte el que apunta:
És cert que en un restaurant es va a gaudir, no obstant, el que s'em preten és un esperit sanament crític i, per tant, en ocasions haig de sacrificar el meu deleit en pro d'un anàlisis el més objectiu possible.
En quant al que apunta del servei, crec que és inqüestinable la juventut i professionalitat del servei, no obstant, un grau de fredor també s'hi respira.
Respecte les taules, i compartint el seu criteri de que qui escolta es perque vol, això no treu que les taules del The Mirror estiguin, segons el meu parer, excesivament juntes.
En quant als arrossos, no puc no compartir el seu parer sobre que han de ser degustats en 10 o 15 minuts, no obstant, degut a la seva bonica, però poc pràctica presentació, als cinc minuts ja no estan a la temperatura adient per a ser degustats.
Per últim, respecte el preu, crec que a Barcelona es troben restaurants amb propostes més coherents i interessants per 90€.
No obstant, no dubti, que en breu m'hi tornaré a deixar caure, desitjant haver de "menjar-me" les meves paraules per haver gaudit d'una experiència més pròxima a la que vosté descriu.
Salutacions,
eduard