Era tarde, estaba cansado y tanto el fondo de mi nevera como el de mi despensa daban cierta pena, sin embargo, esto no fue óbice para que, media horas después de llegar a casa, estuviese sentado en la mesa delante de una más que correcta cena.
Un arroz al horno con tripa de bacalao, sobrasada y mayonesa de tomate.
Arroz bomba y carnaroli siempre hay en casa. Ayer me apetecía, y al horno me gusta más como queda, el arroz carnaroli.
Otra cosa que no suele faltar en mi nevera es la sobrasada y los huevos. Huevos a los que sólo tuve que añadir el aceite en el que tengo en conserva unos tomates semi-secos para obtener una magnífica mayonesa con un ligero recuerdo a tomates dulces que daba cremosidad y que compensaba el punto graso de la sobrasada.
Asimismo, cuando preparo tripa de bacalao siempre conservo una parte de ésta con su caldo en el congelador, así que ya solo me faltaba el sofrito. Fácil, eché mano de una crema de pimientos choriceros, y listo.
De postre,un coulant de chocolate al 70% de cacao con curry y sal Maldon sobre el que ya he escrito en varias ocasiones y que es un fijo de los cajones de mi congelador.
Para beber, un buen vino de mesa, con una notable potencia aromática y una paso por boca goloso aunque fugaz: Mano a mano 2007 (Tempranillo de las Tierras de Castilla), y un gin tonic de Junipero (ginebra de 50º, pero con el alcohol muy bien integrado, aromas a enebro, especias y cítricos, y un paso por boca muy seco y largo)
Para que luego digan que la vida de los abogados es dura...
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