Estrellas de todos los colores.
E inspirándome en “la revista que sale los miércoles” he aquí las apostillas que se han quedado en el tintero: “Estrellas de cartón piedra”, “Suflé de estrellas”, “La sempiterna y alargada sombra de las Estrellas”, “Estrellas y estrellados” o “¿Estrellas en juego o juego de Estrellas?”.
Pero vayamos al grano que, como en mi tierra suele decirse, “és tard i vol ploure”.
Sabios que ni alcanzan a saber que nada saben, gurús borregos y videntes miopes auguraban para esta noche una lluvia de estrellas; y si bien no nos vamos a casa de vacío, dos son los pensamientos que esta noche, seguro, me dificultarán conciliar el sueño.
Primero.- Es cierto que han llovido estrellas, pero no nos confundamos, pues esta precipitación ha sido como una tormenta de verano: mucho ruido y pocas nueces.
Segundo.- ¿Tan faltos de autoestima estamos que con la pedrea nos conformamos? ¿Viene a cuento sonreír y congratularnos cuando a la primera potencia gastronómica del mundo le sobran con los dedos de las manos para contar sus restaurantes tri-estrellados?
Pero pongamos algo de luz a esta oscura noche de noviembre.
¡Enhorabuena estrellados!
Estrellas Michelin 2013 que, como apuntaba en la primera línea de esta crónica, las ha habido de todos los colores –y ya es sabido: para gustos, colores-.
En este sentido, las tres estrellas de Azurmedi y Quique Dacosta me encantan, aunque en este capítulo (el de los tri-estrellados) el sinsabor del injusto ostracismo al que los hombres de rojo someten al restaurante Mugaritz sigue haciéndome una pesadísima e imposible de tragar bola.
Respecto los nuevos bi-estrellados, y por extraño que a algunos pueda parecerles, entiendo que, por desgracia, nos encontramos ante las dos caras de una misma moneda (las segundas casas de comidas de grandes chefs). Cara que ilustra el restaurante La Enoteca: una casa de comidas con personalidad propia y, por ende, más que merecedora de esta doble distinción, y cruz encarnada por el restaurante Moments: una lujosa franquicia -¡Qué poderos@s son algun@s!- que, a mi entender, mucho que envidiar tiene de cocinas como las de los restaurantes Alkimia, Caelis o Dos Cielos.
Y, para terminar –que ya son horas-, felicitar tanto a las casas de comidas que se incorporan a la ilustre lista de los restaurantes reconocidos con una estrella por la Guía Michelin –y, particularmente a los restaurantes Dos Palillos y Les Magnòlies- como a los que, por méritos propios, deberían figuran entre ellos y que, por desgracia –o por la obcecada obstinación de los hombrecillos de rojo- no lo hacen (Alberts, Juan Carlos, Rafa... el cielo, y sus estrellas, son para los pacientes).
Y el año que viene más -y peor-.
Pues toda la razon con el restaurante Moments, un tipo llamado Miguelin publicó en la web de siete canibales que este restaurante iba a tener dos estrellas, otro tipo de un restaurante clandestino en su tweet a las siete y media de la tarde iba a tener tambien dos estrellas, y todo seguido en su tweeter no paro de hablar de él diciendo que estaba todo tongado! Si es asi, es un escandalo.
ResponderEliminarTienes toda la razón, apreciado Anónimo. Si en moda existe el rojo valentino en gastronomía es innegable la existencia, entre otros, del rojo Ruscalleda.
ResponderEliminarUn saludo,
eduard
y del rojo Berasategui,rojo Paco Perez.....que raro que no haya el rojo Ferran Adria por el Tickets ,no tiene bastante influencia?....Vatel
ResponderEliminarLa tiene, apreciado Vatel, no obstante, los hombrecillos de rojo no son muy amigos de que los restauradores se salgan de los rediles.
ResponderEliminarUn saludo,
eduard
Algo huele a podrido en Dinamarca cuando se equipara a Moments con Mugaritz.
ResponderEliminarNo entiendo la racanería con Coure,Alkimia,Gresca...en fín.
Saludos Eduard.
Por desgracia, Javier, no me queda otra que hacer mías tus palabras.
EliminarUn saludo,
eduard
Será casualitat ? Els quatre restaurants de 2 etoiles de Bcn son restaurants d ´hotel : Enoteca del Arts, Moments del Mandarin, Lasarte del Comptes de Bcn i Abac d el hotelets del mateix nom. I tots mes o menys deficitaris...
ResponderEliminarAixo vol dir que el día que s´en cansin de patrocinarlos, tururut viola...
No es aixo, no es aixo, companys ¡¡¡
Tot i que tens molta, quasi tota la raó, crec que no podem posar els 4 restaurants bi-estrellats de Barcelona en un mateix sac.
EliminarCrec que l'Enoteca i, sobretot, l'Àbac juguen en una lliga molt superior a la dels restaurants Lasarte i Moments -aquests sí, iluminats per una segona estrella més que discutible i, segur, atorgada per motius extraculinaris.
Saltacions,
eduard
Personalmente sigo pensando que Mugaritz es un DOS estrellas, no al nivel aún de Akelarre, Can Roca, Berasategui, y el resto. Es muy bueno, pero el nivel de satisfacción en muchas personas con las que he hablado, es inferior. Su particular forma de ver la cocina, su aprecio a veces a la "insipidez", o a la pureza de un simple ingrediente hacen que quizá ese particular concepto purista no llegue a todo el mundo, que no todos comprendan "su mensaje". Sinceramente, veo más cerca de las 3 a otros biestrellados que a Mugaritz por eso. Es mi opinión.
ResponderEliminarComo bien apuntas al final de tu comentario, Miguel Angel, en la gastronomía, como en cualquier manifestación artística o cultural, hay mucho de subjetividad y, por ello, desde el más profundo respeto discrepo, y mucho, contigo.
EliminarNo creo que Mugaritz sea insipidez, sino sutileza, delicadez.
Tampoco creo que sea simple, sino estudiadamente sencillo -el hermano guapo de la simplicidad-.
Ni considero que el hecho que alguien, por muchos que estos "alguien" sean, no entienda su mensaje ni aprecie su pureza le impide ser uno de los mejores restaurantes del mundo -¿Cuántos grandes pintores han muerto sumidos en la incomprensión? Incomprensión que no hacía que su arte no fuese arte-.
Y en cuanto a los restaurantes que apuntas, si bien coincido contigo al señalar que Can Roca y Berasategui son claros ejemplos de tres estrellas, creo que Akelarre hace ya muchos años que tiene una o dos estrellas prestadas.
Un saludo,
eduard
Para nada de acuerdo en esta ocasión, Eduard. Para mi AKELARRE ha sido la mejor experiencia tras EL CELLER, sin duda. Muy por encima de otros 3 como Arzak (por ejemplo). No digo que no sea arte el que Andoni despliega en sala, porque como dijo aquel, ¿que es el arte? Lo que sí creo es que cuando tu mensaje es tan SUTIL, TAN PERSONAL, puede que no llegue a muchos en el camino, y eso mismo es lo que he compartido con mucha gente, por eso creo que le llegará antes la máxima valoración a otros. El tiempo así parece atestiguarlo... Un saludo!
EliminarNo puedo aportar mucho más, pero ninguna de mis dos visitas al restaurante Akelarre (es cierto que de la última han pasado ya casi 4 años) ha sido estelar y, en este sentido, siempre he creído que el actual tri-estrellato se debe a lo que un día fue y a lo mucho, muchísimo que hizo por la vanguardia gastronómica española.
EliminarY no creo que sea cuestión de tiempo, sino de una guerra entre dos publicaciones. Estoy convencido que si The Restaurant Magazine ignorase al restaurante Mugaritz éste ostentaría las tres estrellas.
Un saludo,
eduard
Eni blog puedes ver una visita reciente a Akelarre q igual te sirve de orientaciom x si te decides a probar lo q ha cambiadoen estos años...me parece un genio...un creador de toda la vida,con sus tecnicas propias de elaboracion de platos y no solo las ya habituales... Esto puede ser subjetivo, pero no es asi en muchos foros o si preguntas a mucha gente de San Sebastian que te diran quien es "el mago" de los fogones alli mas reconocido. Para mi al menos, el mejor de euskadi. Si esa teoria fuese siempre asi...que seria de El Celler? Lo que pasa es que este convence A TODOS con su propuesta...
EliminarMientras escribías tu comentario la estaba leyendo, junto con la del Culb Allard (uno de mis restaurantes favoritos). Por cierto, ambos magníficos posts.
EliminarY volviendo al restaurante Akelarre, si bien es cierto que en tu crónica he visto muchos platos que me han cautivado, no es menos cierto que otros cuantos eran algo simplones o trasnochados. No obstante, te aseguro que en mi próxima escapada al País Vasco Akelarre será una parada segura.
Un saludo,
eduard
Aixó si que és Espectacle lo de la Michelin, donen estrelles a restaurants on actua el mag Andreu, si el Tickets o Gresca o Coure fesin actuar al mag Lari o al Juan Tamarit segur que ja la tindrien.
ResponderEliminarPere
Ho sento, Pere, però no estic gaire posat en el món de la magia.
EliminarNo obstant, i desafortunadament, els homenets de roig són tan obstinats que hi ha grans restaurants (Tickets, Coure, Gresca...) on ni que hi actuès Lady Gaga els hi prestarien la deguda atenció.
Salutacions,
eduard
Sinceramente, creo que los Adriá tienen mano suficiente para haber conseguido la estrella en TICKETS si es que lo prentendían, pero creéme... NI LA PRETENDEN, NI LA QUIEREN. Hace tiempo que Albert ha salido de su circo y aqui maneja otro concepto...
EliminarRobuchon, estando en la cresta de la ola, también les dijo a los de la Michelin aquí os quedáis y hoy es el chef con más estrellas del mundo.
ResponderEliminarEl tiempo nos dirá.
Un saludo,
eduard
Està bé que els de la guia dels pneumàtics s'hagin fixat en restaurants de cuina no-nacional. Ja van començar fa uns anys amb un japonés a la capital del regne. No obstant, una persona que hagi viatjat una mica per Orient trobarà que els dos locals barcelonins guardonats no serien llocs decents però no extraordinaris.
ResponderEliminarSegur que la meva formació en cuina oriental no és com la teva, apreciat Francesc, no obstant crec que en restaurants com al madrileny Kabuki o al barceloné Koy es practica alta gastronomia.
ResponderEliminarSalutacions,
eduard
No és qüestió de formació. Jo sóc un simple afeccionat com tu, Eduard. El que passa és que per raons de feina he hagut de viatjar per Àsia i comparativament els llocs estrellats a la Península serien llocs normalets. Hi ha molt esnobisme amb la cuina japonesa a la ciutat comtal, i a la capital del regne encara més.
ResponderEliminarEt donaré, apreciat Francesc, el benefici del dubte.
ResponderEliminarSalutacions,
eduard