Antes de iniciar la aventura de este blog y la que dará comienzo este domingo con una colaboración semanal con una crítica gastronómica en el suplemento dominical (Lectura) del periódico el Segre, no pasaba un solo mes en el que no me sentase en la acogedora sala de la Mifanera, magníficamente dirigida por Víctor, para degustar los increíbles, por su calidad y originalidad, arroces de Roger.
Las empresas iniciadas compensan cualquier sacrificio, y a pesar de haber hecho hallazgos gastronómicos de primer nivel, disfrutar con mayor asiduidad de los arroces de la Mifanera, de la cocina que Jordi Vilà prepara en su Alkimia, de los increíbles “mar y montaña” marca de la casa de Can Bosch y de otras tantas cocinas que han ayudado a perfilar mi paladar, se echa en falta.
El pasado domingo, mientras paseaba por el barrio de la Barceloneta y el olor a mar y los aromas de incontables arroces se confundían en mi nariz, decidí que ya volvía a ser hora de visitar a mis amigos de la calle Sagués.
A pesar de que en su extensa carta de entrantes hay numerosas entradas de corte tradicional como podrían ser unas buenas anchoas o sardinas marinadas y unos igualemente notables huevos rotos con colmenillas, la filosofía culinaria de Roger, adquirida fruto de compartir fogones con Carles Abellán y Ferran Adrià, y que se despliega en toda su extensión con los arroces, también tiñe numerosos aperitivos tales como el guacamole con quicos, su versión del pulpo a feira o los dos que fueron de mi elección y que seguidamente encontraréis reseñados.
El menú dio comienzo con el aperitivo de la casa, la ya clásica corteza de arroz con curry, siempre perfectamente secundada por un excelente pan (servido dentro de una bolsa de tela para que retenga la temperatura), con aceite de oliva y sal Maldon.
Como entrantes, de nuevo dos clásicos sin los que no puedo pasar:
Su versión de las patatas bravas: unos cubos de puré de patata rellenos de salsa picante y acompañados por mayonesa.
La ensaladilla rusa con mayonesa trufada. Sin duda, mi entrante favorito.
En cuanto a los arroces, me decanté por la degustación del arroz japonés y del arroz etíope.
El primero, un arroz salteado con calamar y mango, y del que destacaría su suavidad a la par que el contraste de sabores que ofrece.
El segundo, y uno de los primeros que probé en este templo al que se rinde culto al blanco cereal, un arroz guisado con pollo, cebolla y numerosas especias (comino, cúrcuma, anís, etc.). Sin duda, su potencia tanto aromática como gustativa, pero dotada del justo equilibrio, es su mayor virtud.
Como postre, una creación que Roger introdujo en el Comerç 24 de Carles Abellán: el pan, aceite y chocolate. Esto es, una ganache de chocolate al 70% como pocas he probado, un buen chorro de aceite de oliva, sal Maldon y una fina rebanada de pan crujiente. Para los amantes del chocolate, un postre perfecto.
En definitiva, la Mifanera es de esos restaurantes que nunca defraudan, en los que se trabaja duro para que la función siempre ralle la perfección, sólo un pero, el talento hay que exprimirlo al máximo, es la responsabilidad de quienes lo atesoran, y conocedor como soy, tras incontables visitas al restaurante, del potencial de sus fogones, reto a Roger a que dé una vuelta de tuerca más a su proyecto al efecto que no sólo sea un referente en Barcelona, sino que su proyección, como sus arroces, no tenga fronteras.
Vino: Galván 2008. DO Monterrey (Godello y Teixadura)
Precio: 40 €
Calificación: 14/20
Indicado: Para viajar por el mundo, en vez de subido a la alfombra mágica, encima de un grano de arroz comandado por la talentosa imaginación de Roger.
Contraindicado: Aunque su carta incluye otras propuestas, si no les apetece un arroz la Mifanera no es su sitio.
Seguro que nos vamos cruzando por los restaurantes de Barcelona porque ya hemos coincidido en algunas entradas.
ResponderEliminarDel restaurante de Roger te diré que es una auténtica maravilla, que los arroces me encantan y que él los hace como nadie. Tengo su libro de arroces y no dejo de hacer sus recetas, todos quedan riquísimos!
La ensaladilla de la foto no la he probado nunca pero menuda pinta, a la próxima cae!
Un saludo
Seguro que pasará a ser un fijo en tu dieta.
ResponderEliminarUn saludo,
eduard
No comía ensaladilla hasta que probé la suya, perfecta con el toque de trufa. Buenísima su versión del tiramisú e indispensable el arroz japonés.
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