martes, 25 de mayo de 2010

Coure (¿L’Atelier?)

No son dos, es uno que vale el doble.

Algo más de 25 metros cuadrados era el espacio que le sobraba a Albert en la entrada de su Coure, y cual mago de la chistera, va y regala a la ciudad de Barcelona una barra de tapas y platillos, reservada para apenas diez elegidos por servicio, que, sin ningún género de dudas, devendrá un espejo en el que muchos restauradores buscarán una nueva imagen.

Buscar es fácil, y sin duda L’Atelier de Coure –bautismo de quien escribe, pues nada reza en la entrada del restaurante que permita diferenciar ambas propuestas gastronómicas- será un referente en la oferta de platos de un solo bocado (dos o tres para los de boquita de piñón) de cualidad. En cambio, lo que no resultará nada sencillo será alcanzar el nivel que Albert, con la ayuda de David, encargado de la cocina –o por el tamaño de ésta casi mejor “camping gas”- y Gabi, atento encargado de la barra de la barra –y no, no es un typo- exhibe, de martes a sábado, en la planta baja del número 20 del Pasaje Marimón del ensanche barcelonés.

La oferta de este “Atelier” de cuidada decoración –por supuesto dominada por el color “coure” (cobre y cocer en catalán)- se basa en un producto de altísima calidad (entre otros, merecen destacarse sus anchoas, guisantes o ternera gallega), preparado con ciertas notas de creatividad, servido en raciones que permitan la degustación de casi media docena de tapas o platillos, y acompañado por una corta pero estudiada selección de vinos a copas.

El pasado jueves pude degustar, con el maridaje de vinos que al final de esta crónica señalo, los siguientes platos:

El aperitivo de cortesía que consistía en un coctel de Campari, Martini, soda y ginebra, y unas aceitunas.

Unas croquetas de “escudella”, de ligero y crujiente rebozado, y un relleno que te trasladaba a la primigenia tradición culinaria catalana.

Un steak tártar, por supuesto cortado a cuchillo, con mascarpone a la mostaza, cuyo único pero era la casi imperceptibilidad de la mostaza en el mascarpone.

Una notable coca de berenjena ahumada con sardinas que dio paso a, seguramente, tres de los mejores platillos de la oferta de gastronómica de la ciudad condal en este campo.

Unos magníficos guisantes (perfectos en su punto de cocción) con berberechos (abiertos al vapor y casi crudos) y una espuma de almendra tierna.

Un falso ravioli (finas láminas de manitas de cerdo) relleno de ostra y wasabi que perfectamente ilustraba que escasos 30 gramos de plato pueden contener un mundo de sabores.

Una hamburguesa de ternera gallega con patatas (mejorables), ketchup, mostaza, cebolla, queso y su toque mágico (recordad que ya daba comienzo esta crónica apuntando las maneras de Albert más propias de Hogwarts que de una escuela de cocina).

La guinda: un babá (caliente) con albaricoques, granizado de café y una ligera crema de mascarpone y vainilla. No concibo un final mejor para uno de los más felices descubrimientos gastronómicos de los últimos meses.

En definitiva, poned a “L’Atelier de Coure” en vuestra lista de tareas para lo que queda de mes de mayo, pues, como reza el dicho popular “no dejes para mañana lo que puedas hacer hoy”. No os arrepentiréis, os lo aseguro, ya que además de comer de cine descubriréis a Albert y, sin duda, la curiosidad por su persona y su cocina os hará descender las escaleras que conducen a su Coure: otro tesoro gastronómico de la ciudad que hoy está viviendo su mejor momento.

Vino: Copas de Bruno Clair. Borgoña (Chardonay); Odysseus. Priorat (Garnacha Blanca); Acústic. Montsant (Garnacha y Samsó), Christrann. Alemania (Riesling)

Precio: 30 €
Calificación: 14/20

Indicado: Para confirmar la máxima del refrán catalán “en el pot petit hi ha la bona confitura” (las cosas más pequeñas son las que encierran la máxima calidad).

Contraindicado: Para los que los taburetes los dejaron en la infancia.

5 comentarios:

  1. Precisamente hoy he comido en la barra del Coure. Fantásticas las croquetas y el steak tartar (mi favorito es el ravioli de peus de porc y ostra). Y espectacular como han sabido aprovechar lo que antes era el simple recibidor del restaurante. Además del contenido me ha gustado especialmente el continente de este post, felicidades.

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  2. Direccion anotada para la proxima vez que vaya a Barcelona...excelente cronica, de las que estimulan el paladar...me gusta tu blog!

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  3. Muchas gracias por tus palabras y, sin duda, apuestas sobre seguro.
    Un saludo,
    eduard

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  4. Pendiente lo tengo de publicar en mi blog. Fuimos hace un par de semanas y nos encantó y además de buen producto y buena técnica, cantidades generosas!
    Saludos!

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  5. Yo repetí ayer, y me demostraron que lo del primer día no fue fruto de la fortuna, sino de su talento y capacidad de trabajo.
    Bravo por Albert, David (Rusti) y Gabi.
    Un saludo,
    eduard

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