En un momento en el que la moda en restauración parece ser un retorno a la tradición, a la cocina de mercado: propuestas gastronómicas con las que nos sentimos seguros –no está el horno para bollos ni la coyuntura económica para hacer muchos experimentos salvo que sean con gaseosa-, en el restaurante Rías de Galicia se han propuesto nadar contracorriente, y así, a su propuesta de toda la vida, esa que les ha encumbrado, a mi entender, como la mejor marisquería de Barcelona y una de las mejores de nuestro país, han decidido sumar –no sufráis, en la familia Iglesias tienen muy bien aprendido eso de que “si algo funciona mejor ni lo toques”- una línea de platos, elaborados con su materia prima de primerísima calidad, pero con un plus de creatividad nunca visto en este restaurante ubicado en la calle que lleva por nombre el de mi ciudad natal.
Como decía, la tradición, la calidez, la nostalgia, sobre todo esta última, son lo que ahora se lleva en restauración, y prueba de ello son la cantidad de frases, de latiguillos tales como “de la abuela”, “como las que te preparaba tu madre”, “auténticas”, “sabor tradicional”, “las de toda la vida”, y así un largo etcétera que plagan –sí, las entiendo como una plaga pues homogenizan algo que debería ser heterogéneo, dónde imperase la diversidad en pro de la creatividad y la calidad- las cartas de nuestros restaurantes o son el estandarte de las nuevas líneas de productos de las grandes marcas de alimentación.
No obstante, en lo que ha sido un bastión para la cocina de mercado desde que abrió sus puertas allá por el 1986, y no sé muy bien si por la reciente sociedad que en el Rías has formado con la familia Adrià, materializada en el restaurante Tickets y en la coctelería 41º, o por la lúcida obstinación de Juan Carlos Iglesia, quién no ha visto en la crisis el momento de “nadar y guardar la ropa”, sino el de “pescar en río revuelto”, hace unos días puede regalarme en el restaurante Rías de Galicia un magnífico menú degustación en el que cohabitaban en perfecta harmonía su cocina más tradicional y otra que dará mucho de qué hablar.
Menú en el que hicieron las veces de aperitivo unas excelentes e empanadas de ventresca de bonito y de anchoa, y que estuvo compuesto por:
Un magnífico dúo de ostras: gallega (Ría de Arosa) y francesa (Gillardeau)
Un muy buen sashimi de vieira, coral de erizo, salsa teriyaki, jengibre y wasabi.
Una anguila soasada sobre una reducción de soja y el caldo de sus espinas, cuyo aroma y textura eran inmejorables.
Unas notables gambas, gambitas de Palamós, casi crudas, al ajillo con una emulsión de sus cabezas y aceite de jalapeños –excelente el toque que aportaba este último-.
Un excelente pulpo cocido a baja temperatura con patata confitada al romero y unas “esferificaciones” de aceite que resultaban un más que prescindible artificio, pues no solo no aportaban nada sino que su textura entorpecía el disfrute del conjunto.
LA espardeña –y digo, escribo LA, pues no me podía creer lo que estaban viendo mis ojos ni lo que a continuación iba a sentir mi paladar- de Arenys sobre patata confitada en aceite de ajos.
Un notable huevo a baja temperatura con “chanquetes” en tempura.
Un, tal vez el mejor de pescado que he comido, canelón de txangurro.
Un buen, aunque tal vez por las expectativas generadas el plato que más me decepcionó, arroz de setas y berberechos.
Un excelente rodaballo, por supuesto, salvaje al pil-pil con aceite de pimientos escalibados.
Una degustación de quesos (Abbaye de Citeaux, Vacherin Haut-Doubs, Pouligny St. Pierre, Payoyo con salvado, Abondance Fermier, Cheddar Montgomery’s, Testum al Barolo y Stichelton), que por sí sola ya justificaría la visita al restaurante Rías de Galicia.
Y unas buenas fresitas con crema catalana gratinada.
En definitiva, un menú, un restaurante que, sin duda, hace bueno lo que reza, lo que promete su carta: “Comparte, sonríe, disfruta y se feliz. Nosotros te vamos a ayudar.”
Bodega: A Coroa 2009 (Godello). Bodegas A Coroa. Valdeorras. Y si tenéis la oportunidad, no os perdáis su carta de licores, particularmente interesante la de gin-tonics y capaz de erizarte la piel la de whiskies.
Precio: 120 €
Calificación: 16,5/20
En pocas palabras: Mucho más que la mejor marisquería de Barcelona.
Indicado: Para comprobar que el mejor paradigma es el "y", la suma, y no el "o", la exclusión.
Contraindicado: Para los que no entienden que el mejor producto hay que pagarlo.
Lleida 7, Barcelona
934 248 152
Ostres... es que el producte ho val... Fa bastants anys que no hi vaig i en tinc un record difuminat de dinar post "#alguna_Fira"...i envoltat de "firaires" (especie no molt amigable amb la meva..:)..).
ResponderEliminarPerò m'has fet venit ganes de tornar-hi... A veure si ho puc encaixar amb una celebració que tinc en un parell de mesos...
Entenc que un dinar rodejat de "firaires" resulta difícil que esdevingui magnífic -en el meu cas, el restaurant estavo molt tranquil i a la taula del costat hi tenia el gran Arzak-.
ResponderEliminarSens dubte, el producte que tenen s'ho val.
eduard
Em sembla espectacular el menú hi venen ganas d´anar a tastar-ho, el producte sempre ha estat inmillorable i si saben donar-li un altre aire als plats però conservant les esències de la materia prima sens cap dubte ha de ser un àpat realment especial
ResponderEliminarHo va ser, Sergi, i com bé apuntes, fruit d'una perfecta conjunció producte de primera-notes de creativitat.
ResponderEliminarSalutacions,
eduard
D´un temps cap aqui, es nota la má dels Adriá en plats de la carta.
ResponderEliminarEs des de fa temps la millor marisqueria de Bcn. I en aqui m´agrada menjar básicament el producte sense disfresa, al natural...
He menjat el millor turbot de la meva vida...a la brasa, amb un bon raig d´oli d´oliva. No hi ha recepte, ni disfresa que el millor.hi.
Salutacions i gracies per la felicitació.
El meu també estava per morir-se.
ResponderEliminarUna abraçada,
eduard
Com podeu escriure tan malament en català, Mare de Déu! és penós, això no té remei...
ResponderEliminarQuim
Crec que sempre s’ha de vetllar per la correcció lingüística, no obstant, Quim, això no t’avala a mancar al respecte a ningú.
ResponderEliminarEt prego que “moderis” els teus comentaris o que t’abstinguis de fer-los.
Gràcies,
eduard
Siempre leo tu blog, pero nunca había comentado nada. Eduard solo que decirte que gracias a tí he visitado algunos de los restaurantes de los que has hablado y no siempre he compartido tu opinion.
ResponderEliminarEn este caso comparto plenamente tu apreciación. Solo he comido una vez el Rías de Galicia, pero sin duda ha sido el mejor marisco que he comido en Barcelona.
Lastima que no puedo darme el lujo de disfrutar estos manjares con más frecuencia.
Saludos,
Marisela
P.D: desde aquí mis felicitaciones a los hermanos Roca por ese segundo lugar. Para mí,
ha sido la mejor experiencia gastronómica que he tenido en mi vida.
Gracias por aventurante a expresar tu opinión, pues es lo que más enriquece este blog.
ResponderEliminarDecirte que es lo más normal que no coincidamos en algunos, en muchos restaurantes, pues su disfrute está condicionado a infinitos elementos subjetivos.
No me extraña que coincidamos con el "Rías": es difícil no amar al mejor producto .
Espero leerte con más frecuencia.
Un saludo,
pd: mis mejores experiencias serían:
elBulli
Mugaritz
Roca
Robuchon
Gagnaire
Per Se
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