¡Vaya con la calle Loreto!
Y los que la conozcáis, no penséis mal, pues tal exclamación no traer causa en lo prolífica que es esta calle para que los “clubs” florezcan, sino en los muchos restaurantes que, en apenas 10 números, han abierto sus puertas en el último par de años.
SaltimBocca (nacido de las cenizas del Taxi Key de Fabián Martín –de cuya pizzería en la Vía Layetana os hablaré en los próximos días-).
Dopo (el restaurante sin nombre en la entrada de Jordi Vilà)
Y “el dento”: un restaurante que todavía no ha cumplido ni medio año y del que voy a hablaros en las venideras líneas.
Un restaurante cuyo nombre y vecinos podrían conducir al equívoco de creer que en él se practica la cocina italiana. Nada más lejos de la realidad, y así, y de tener que poner nombre –bueno, de escoger uno de los convencionalmente establecidos- a la cocina que Javier Acevedo practica en “el dento” me decantaría por una cocina de mercado –que no de producto, pues que alguien me diga cuál no lo es- ligeramente revisada.
Un restaurante cuyo diseño –muy de mi agrado-, su distribución de la sala –con mesas muy separadas y que cuenta con más plazas de reservados (30 distribuidos en 4 privados) que de mesas “convencionales” (capacidad para entre 15 y 20 personas) y su precio –según me informan, pues yo me decanté por el menú degustación, el cubierto medio sin bebidas ronda los 70€- me llevó a creer que mis compañeros de comida serían, mayoritariamente, hombres de negocios.
Craso error, pues ni una sola corbata se intuía en la sala –supongo que otro gallo cantaría en los reservados-.
Un restaurante en el que ayer pude disfrutar de su menú degustación. Un menú compuesto por:
Una muy buena aceituna Gordal rellena de anchoa, unos chips de patata con curry y un Martini de cuchara –eufemismo de gelatina y algo demodé, ¿no?- con notas cítricas, como aperitivos.
Un excelente servicio de pan (cereales, aceitunas o rústico) acompañado por flor de sal al syrah y un muy buen aceite plurivarietal.
Una notable codorniz escabechada acompañada con puntas de espárragos blancos a la brasa. Debo reconocer que me faltó algo de punch, de pegada en el acompañamiento. Pegada cítrica, ácida… que rebajase la pesadez del plato teniendo en cuenta que se trataba del primer entrante.
Con el segundo y último entrante todo fue perfecto. Así, la textura y el sabor de un pulpo cocinado a baja temperatura y marcado a la brasa eran perfectos, así como la crema de patata al pimentón de la Vera y una brunoise de acelgas que lo acompañaban.
Muy, pero que muy buena nota también para el arroz, bomba y perfecto es su punto de cocción, de cabracho, “espardenyes” y gamba roja de Palamós.
Mucho menos generoso debo ser con las lecheritas de cordero con cebolla roja confitada y “llanegas” de verano por cuanto, a mi entender, se trata de una composición gustativa claramente de invierno o, cuanto menos, de otoño –pesadísima entrados ya los sofocos primaverales- y, por más inri, su ejecución dejaba que desear, pues ni la reducción del “brandy” en la cebolla confitada ni el blanqueo de las lecheritas fueron suficientes.
¿Qué contaros de los postres?
Buenos: sí. Espectaculares: no.
Así, me pareció muy correcto el crujiente (pasta filo) de creme brulee acompañada por una mejor ganache de pera y chocolate blanco – ¡cuánto me gusta la combinación pera y chocolate blanco, y si además añades a la ecuación trufa blanca…uf!-.
Y muy buena la mousse de queso y chocolate blanco con sorbete de arándanos, aunque… ¿no se os antoja algo repetitivo, particularmente de sabores, en relación con el postre que la precedía? A mí, sin duda.
Y para terminar, un buen café –no es lo sencillo que debería ser encontrarlos, así que bien por los chicos de "el dento", bueno, la chicas, pues en su sala solo encontraréis féminas- acompañado por un notable –no tan bueno como los del Foix de Sarrià- buñuelo de cuaresma.
En definitiva, una agradable y –perdonad la rima- notable novedad gastronómica en Barcelona, que merecería mucha más celebración si sus precios, demasiado elevados, no la situasen en la liga de los Alkimia, Can Vallés, Sense Presa…restaurantes con los que, a mi entender, no puede competir.
Bodega: Ekam 2010 (Riesling y Albariño). Castell d’Encus. Costers del Segre.
Precio: 100 €
Calificación: 14,5/20
En pocas palabras: Cocina de mercado en un marco de lujo
Indicado: Para los que gustan de ambientes exclusivos en los que la cocina no sea una mera comparsa, pues en “el dento” se gana su papel protagonista.
Contraindicado: Para los que a la cocina de mercado le exigen precios de mercado y no están dispuestos a pagar un plus por el marco y un impecable, aunque frío, servicio.
Loreto 32, Barcelona
93 321 67 56
Por cierto, novedoso, práctico, pero también poco romántico el “aparato” que se ofrece en el restaurante “el dento” en los reservados para solicitar la presencia del personal de sala o requerir la cuenta.
Aquest aparell per cridar cambrers i que ara sembla ser una novetat, és una cosa que en la meva quadriculada ment ;)posaria "obligatoriament" a tots els llocs de restauració.
ResponderEliminarNo hi ha res més fustrant que anar perseguint un cambrer amb la mirada i gesticulant sense èxit per aconseguir que et portin més pa, més aigua, una segona ampolla de vi o voler pagar...
I like aquest aparell... :)
Hola Ricard,
ResponderEliminarNo dubto de la seva utilitat, el que passa és que trobo que pren cert romanticisme. Què serà de nosaltres si ja no podem enfadar-nos amb un cambrer despistat, o aixecar-nos per a servir-nos nosaltres mateixos el vi, jeje?
Però segur que farà escola aquest aparell.
Salutacions,
eduard
Apreciat Eduard:
ResponderEliminarveig que has abandonat la teva linea crítica que habies pres a partir de la presa de pel del Moments.
la meva opinió sobre aquest restaurant es contradictoria a la teva , en el meu cas em vaig sentir una mica defraudat, si està bé el restaurant pero no val el que val, penso que de restaurants d´aquests ni han a patades a Barcelona, tu mateix vares criticar el Colibri i prefereixo el Colibri mil vegades avans d´aquest que pretén ser una copia d´ell, preus fora de lo normal.
Aixó del timbre es més típic de restaurants familiar o pizzeries
salutacions
Apreciat Anònim,
ResponderEliminarNo crec que el que descric en aquesta crònica disti molt de la impressió que descrius.
Començant pel final, jo tampoc sóc gens partidari d'aquests timbres que, crec, prenen romanticisme a l'àpat.
En relació a la seva desajustada rqp, crec que un 14/200 a 100€ ja ho diu tot, i amés ho enfatitzo al "En definitiva".
Per últim, crec que sempre he sigut crític, des del respecte, però molt exigent, i sento si en aquesta crònica no ho has apreciat. Desitjo que en les següents tornis a advertir la vis crítica que m'exigeixes i que sempre he volgut oferir.
Salutacions,
eduard
Em sorpren que no parlis dels serveis extres que es fan en els reservats.
ResponderEliminarNo t’enganyaré, apreciat Anònim, últimament he sentit a dir algunes coses d’aquest restaurant que em fan replantejar lo adequat de la seva presència en aquest bloc. No obstant, cada crònica no és més que una la meva visió, la foto que un dia vaig fer d’aquell restaurant i t’asseguro que el dia de la meva visita, fa ara quasi un any, res es podia intuir de serveis complementaris.
ResponderEliminarQue les cròniques siguin la foto d’un moment determinat d’un restaurant i que, per tant, no tinguin vida, no puguin evolucionar com ho fan els restaurants, és un dels motius per els quals alguns restaurants són fotografiats periòdicament.
Salutacions,
eduard
Les coses que fa la crisi!!
ResponderEliminarI tant, apreciat Anònim.
ResponderEliminarSalutacions,
eduard