Toda una vida veraneando en Cambrils y yo sin conocer esta notable casa de comidas sobre cuya cocina ya pesan –eso sí, muy bien llevadas- diez primaveras.
¡Un descuido casi imperdonable!
Casi, pues en esta bonita localidad costera, y por culpa de restaurantes como Can Bosch –sin duda, uno de esos restaurantes que deben estar en el haber de todo amante de la buena mesa-, Miquel o Denver, se come a las mil maravillas.
Imperdonable, pues tener en el ostracismo, aunque fuese involuntariamente, a un cocinero como Xavi Ferraté, finalista al premio al mejor cocinero catalán del año 2011 –galardón que, creo, merecidamente, recayó sobre los hombros de Dani Lechuga (Caldeni)- constituía un acto de profunda injusticia.
No obstante, el que rectifica solo yerra una vez, y así, el pasado viernes enmendé mi descuido.
Enmienda que, para no romper con la tradición, dio comienzo con un vermut Izaguirre, eso sí, servido curiosamente en una copa de cava y acompañado con ralladura de naranja.
Siguió con el aperitivo de la casa, encarnado en una buena caballa todavía mejor acompañada por unas fresas, cebolla confitada y un aceite de escalibados, que dio paso a:
Un correcto, pues su textura era muy mejorable, pulpo hervido con patata “socarrada” –sin duda, lo mejor del plato-, una vinagreta de perejil y frutos secos y un bueníssimo alioli.
Un buen estofado de alcachofas con tripa de bacalao -magnífica su melosidad- y láminas de almendra tostada.
Un notable, perfecto en su punto de cocción aunque de marcado dominio montañés, arroz de butifarra y cigalas.
Un muy meritorio plato de manitas de cerdo crujientes con butifarra negra, piñones tostados y berenjena al horno, en el que quedaba ya del todo patente el abuso que en el restaurante Bresca hacen de los frutos secos, aunque, encontrándonos en el Camp de Tarragona…supongo que la bula les es dada.
Y una buena tarta tatin de pera que puso un más que correcto colofón a la cena que, de no haber adolecido de falta de cremosidad el helado de nata que la acompañaba, sería, todavía, de recuerdo más dulce.
En definitiva, un restaurante, un cocinero a tener muy en cuenta, aunque, a mi entender, todavía merece más atención ese conservadurismo que, parece, se está apoderando de los fogones de nuestros cocineros más jóvenes, cuando es en ellos en los que debería advertirse ese inconformismo del que hicieron gala los Arzak, Santamaria, Adrià, Roca, Aduriz… y que convirtió nuestra gastronomía en referente mundial.
Es mirando al mundo con ojos de niño como se consigue cambiarlo, y aunque cocineros como Juan Mari o Ferran, afortunadamente, parezca que vivan en el País de Nunca Jamás, si las nuevas hornadas de chefs no asumen riegos –sé que el horno no está para bollos- perderemos esa posición de privilegio, y el rédito que conlleva –no olvidemos que si el mundo puso su foco, y sus carteras, en nuestra gastronomía fue porqué le ofrecimos lo nunca visto-, que tanto ha costado alcanzar.
Bodega: Can Blau 2008 (Garnacha, Syrah y Cariñena; Montsant)
Precio: 60 €
Calificación: 14/20
En pocas palabras: Solvencia en los fogones, sabor en la mesa pero... ¿y la magia?
Indicado: Para comprobar que la buena restauración mantiene un idilio con Cambrils y para los amantes de los productos de proximidad, pues en el restaurante Bresca cuentan con huerto propio.
Contraindicado: Para los que solo gustan de los sabores de trazo delicado.
Àncora 21, Cambrils (Tarragona)
977 36 95 12
Com "habitant de Cambrils" en caps de setmana de bon temps, em conec bastant be el poble a nivell gastronòmic.
ResponderEliminarNomés he estat a Bresca un cop ara farà uns 5 o 6 anys. Ja ni recordo el que vaig menjar, però no varem sortir-ne amb sensació de ganes de tornar-hi. I de fet mai més hem tornat.
Si soc bon seguidor/fan de Can Bosch i a nivell molt més senzill però d'extrema honestitat, de Germans Miquel's (que no és el mateix "Miquel" que tu tens publicat).
No conec el Denver que anomenes.
I també m'agrada un lloc curiós per lo amagat, que s'anomena "Rincon de Iruña", prop de l'Escola d'Hosteleria.
Bona nit Ricard,
ResponderEliminarNi els Germans Miquel, ni el Ricón de Iruña estan en el meu "haber" -paraula que en breu hi donaré resposta-, sí el Ricón de Diego -d'una rqp desajustadíssima.
El Denver, tant el seu "xiringuito" com el seu restaurant recent inaugurat (producte de primera a la planxa o a la brasa) segur que serà del teu gust.
Respecte el Bresca, i a tenor del vist el passat divendres, crec que pot meréixer que li donguis una segona oportunitat. Si ho fas, ja m'explicaràs.
Salutacions,
eduard
A veure si animo a la Marta a tornar al Bresca... Del tema Rincon de Diego, vaig sortir emprenyat com una mona.
ResponderEliminarElls acabaven de guanyar l' estrella i entre que ells esperaven "adoració" i jo que soc poc "mitòman"... (i força "borde", quan em giro... ), la cosa va acabar quasi com el rosari de l'aurora... :)).
Provaré el Denver ben aviat. Rincon d'Iruña crec que t'agradaria i Germans Miquel's (el restaurant més freqüentat per mi el darrer any) és lloc senzill, amb producte de primera, però res a veure amb sofisticacions ni elaboracions... Té un dels millors arrossos de llamàntol que he provat i la reserva és quasi obligada en caps de setmana.
Te sigo desde hace unas semanas. Bravo! Tu ayuda es infinita a la hora de separar el gran de la paja en BCN, que tiene demasiada paja.
ResponderEliminarI tenies tota la raó, Ricard.
ResponderEliminarNo dubtis que, reserva en mà, el pròxim dia que pari per Cambrils visitaré els teus "Miquels".
Salutacions,
eduard
Muchas gracias, Jorge.
ResponderEliminarEspero poder seguir ayudándote.
Un saludo,
eduard
"Nuestra gastronomía en referente mundial", no hay nada como ir por el mundo con mentalidad colonial. La buena cocina, amigo, no tiene fronteras, solo paladares.
ResponderEliminarExisten paladares, por supuesto, y tambien referentes, entendidos como espejos en los que buscarse, como pioneros...significados a las antípodas del colonialismo que apuntas.
ResponderEliminarPor cierto, si algo impone fronteras, es la palabra "solo".
Un saludo,
eduard
No digieres bien los comentarios, con este ánimo como puedes digerir bien una buena comida?
ResponderEliminarFantásticamente, apreciado Anónimo. En breve publicaré la que acabo de regalarme en "el dento".
ResponderEliminarSi has apreciado algo de acidez en mi respuesta, se debe a que, lo reconozco, me cuesta aceptar que desde el dogmatismo se predique libertad y que se malinterpreten dolosamente mis palabras.
En mi crónica, en ningun momento asimilo ser un referente con el colonialismo y, sinceramente, considero que la cocina son paladares, pero también paises, sociedades, familias, estados de ánimo...
Un conciliador saludo,
eduard
Dogmatismo, dices? malinterpretación dolosa de tus palabras? Todo en un par de líneas? Yo diria más bien percepción hilarante de un comentario. Deja los comentarios que no te gusten al vuelo y por favor no seas tan engreído.
ResponderEliminarUn abrazo.
Sinceramente, creo que no lo soy.
ResponderEliminarPor cierto y, de nuevo, con toda sinceridad, me gusta mucho leerte.
Dejémoslo, pues, en un malentendido.
Un abrazo,
eduard
Eduard, no hagas ni caso al anónimo. Su meta es, básicamente, molestar. Interpretar tu texto de la forma en que lo ha hecho responde, exclusivamente, a la mala idea y el aburrimiento. ¿Referente = colonialismo? No sé si reir o llorar con este tremendo disparate.
ResponderEliminarParece ser que nuestro querido anónimo se proclama garante y conocedor del verdadero significado de las palabras.
Un crítica sería debatir si es o no un referente, qué motivos te llevan a afirmarlo, etc., pero lo del colonialismo elimina cualquier duda: sólo quiere molestar. Casi se le podría aplicar la Ley de Godwin.
Lo dicho, Eduard, a palabras necias...
Muchas gracias, Jorge, por tus palabras.
ResponderEliminarUn abrazo,
eduard