martes, 19 de octubre de 2010

Libentia (día cero)

¡Bienvenidos al nuevo Libentia!

Para tristeza de muchos, a finales del mes de julio de este mismo año, el restaurante Libentia, a unos días de cumplir su primer añito, bajaba el telón.

Bajaba el telón tras once meses bordando casi cada actuación, habiendo cosechado galardones como el de Restaurante Revelación de Madrid fusión 2010 y gozando del favor, aunque en las postrimerías de su primera etapa éste fuese menos generoso, del público.

Al acariciar el suelo la tela roja de terciopelo que indica el final de la función, el proyecto, el sueño compartido de cuatro jóvenes que quieren –porque seguro que todos siguen amando a mucho más que una profesión- a esto que se llama gastronomía llegaba a su fin, y ello, sin perjuicio que dos de los Mosqueteros ya habían despertado tempranamente de su ensoñación.

Pero, seguro que para sorpresa de muchos –no para los que conocemos a Chema-, poco ha sido el tiempo que el restaurante Libentia ha permanecido en el limbo, y así, ayer, y retomado el símil de la novela de Alexandre Dumas, José María Alpuente “Chema”, en el papel de D’Artagnan, decidió subir de nuevo al escenario, en esta ocasión en solitario, para convertir sus sueños en una realidad más duradera.

Seguro que, a estas alturas, son ya muchas las preguntas que os asaltan.

Si una de ellas es: ¿Ha cambiado algo más a parte de sus propietarios?

La respuesta ha de ser afirmativa. Así, la propuesta gastronómica del restaurante Libentia también ha experimentado algunos cambios. En este sentido, y a pesar de que sigue siendo posible disfrutar de un menú degustación a base de medias raciones, la nueva carta, confeccionada prestando mayor atención al producto y algo menos a la innovación gustativa, está más orientada al disfrute de un entrante, un plato principal y un postre.

Asimismo, y aprovechando la sapiencia que en ese aspecto atesora Chema, en su nueva etapa el restaurante Libentia pretende convertirse en un referente para aquellos apasionados por el mundo del vino. Así, su carta, que, según me comenta Chema, estará en constate transformación, pretende dar a conocer vinos, principalmente catalanes, pero también auténticas rarezas del resto de la geografía de nuestro país, poco, o nada conocidos y ello a precios más que competitivos (solo con un suplemento de 3€ respecto del precio del vino en tienda).

Un buen ejemplo de estas rarezas, nuestras, a precios de saldo, lo encarna el vino que maridó los primeros platos del ágape: Pedralets 2005, de la DO Priorat, del que solo se producen 5.000 botellas, de excelente nariz y que en el restaurante Libentia se sirve al módico precio de 13 €. Otra rareza, ésta riojana, y que acompañó la segunda mitad de la cena, la encontraréis reseñada más adelante.

A otra duda que es probable, cuanto no seguro, que tengáis: ¿Quién se ocupa ahora de la cocina?

Puedo deciros que de ella ahora se encargan Natalie y Víctor. Ambos discípulos de Sergi, uno de los Mosqueteros –yo me decantaría por Aramis- quien, desinteresadamente, o por el interés que le merece la amistad con Chema, ha echado una mano en la reinauguración

Y a la que, en estos momentos, yo me estaría haciendo: ¿Nos dirás de una vez que cenaste?

Ahora mismo la respondo.

Unas magníficas aceitunas perfectamente maridadas por un vermut Izaguirre Reserva.

Un buen servicio de pan, aceite y sal.

Y una terrina de cochinillo con bogavante y setas, como aperitivos. Nótese que este segundo aperitivo, por ser uno de los mejores mar y montaña que he probado últimamente, bien merecería el honor de servirse en ración completa.

Como primer entrante se nos sirvió un buen tomate raf con atún marinado. Cocina sencilla, pero que, gracias al excelente marinado y, especialmente, a la textura que éste confiere al atún, merece su reconocimiento.

Sin duda, el mejor plato de la noche fue el canelón de rabo de buey con bechamel de colmenillas (múrgules): buenísimo. Me hubiese comido una de esas enormes bandejas de canelones que mi “padrina” solía preparar cada navidad.

El siguiente plato, y a pesar del perfecto punto de cocción del arroz y de la calidad de la gamba roja que lo coronaba, fue, tal vez, el menos lucido de la noche, y ello debido a que la intensidad de los corales con los que se había preparado este arroz de marisco hacía preciso que en el plato hubiese algún elemento que aportase frescura (como el aceite de perejil del arroz con ñoras y cigalas del restaurante Alkimia).

El último plato que degustamos antes de que el surtido de quesos llegase a la mesa para hacer las veces de postre fue un taco de bacalao, ligeramente marcado a la plancha y acompañado por un muy buen puré de berenjena ahumado y unos dados de tomate aliñados con un exceso de vinagre.

El notable surtido de quesos ya apuntado lo compusieron: un Idiazábal, tal vez, poco curado; un muy buen Comté que contaba –perdonad el pueril juego de palabras- con 18 meses de curación; una excelente Torta del Casar; y, si cabe, un mejor Stilton.

En definitiva, las cenizas del restaurante Libentia ya surcan de nuevo el cielo de la Ciudad Condal y, seguro, que bajo la batuta de Chema, se alzarán como nunca antes.

Vino: El Brozal 2008 (Tempranillo, Garnacha y Graciano). Bodegas El Indiano. Un Rioja de corte borgoñón más que recomendable.

Precio: 35 €
Calificación: 13,5/20

Indicado: Para comprobar lo que puede llegar a amarse un oficio.

Contraindicado: Para fans de Salsa Rosa.

Calle Córsega 537, Barcelona
93 435 80 48

(Uno de ellos es Chema, y si aquí no lo veis bien, ya tenéis excusa para visitar el restaurante Libentia)

14 comentarios:

  1. M'alegro realment d'aquesta nova etapa. La meva relació amb els restaurants, sempre es molt discreta i mai arribo a intimar en el sentit de coneixer els qui el porten i això fa que ho vegi tot més a distància.
    Però per comentaris llegits a altres blogs, donava el projecte per enterrat. Fins i tot vaig llegir que l'encarragat dels postres havia obert un que portava un nom com "Mediterranio" per la zona Meridiana i vaig apropar-me per dinar un dissabte... però la TV en ple funcionament i tot el que això significa, ens va desmotivar i taxi cap al Coure...
    A veure si hi vaig i l'acabo publicant...

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  2. En la majoria d’ocasions la meva relació amb els restaurants és del tot asèptica, no obstant, en casos comptats, i aquest ho és, com també ho serien l’Alkimia, el Coure o el Cassia, amb el Jordi, l’Albert i el Mateu, respectivament, no puc evitar deixar-me contagiar per la passió i sapiència que s’hi respira.

    Respecte el que apuntes sobre l’encarregat dels postres que marxà al Mediterràneo, dir-te que no va ser el primer “postrer”, ni soci del Libentia el que va fer-ho, doncs aquest era en Sergi (l’Aramis de la meva crònica), sinó el que el substituí quan aquest acceptà una oferta per ser l’encarregat de qualitat d’un grup de restaurants.

    Per últim, permet-me que et digui que crec que vàres fer bé agafant el taxi.

    eduard

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  3. ¡Gran noticia... y gracias por esa rapidez de reflejos!

    En breve me paso por allí.

    Salut !

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  4. Para eso estamos, Dani, y lo prometido es deuda.

    eduard

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  5. Pues volveremos. Fuimos el año pasado, nos gustó, así que merecen que la clientela no pierda la confianza.

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  6. Sin duda, Chema, un excelente profesional que tuve la fortuna de conocer hace unos en el restaurante Alkimia, se lo merece.

    Un saludo,

    eduard

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  7. El cardenal Richelieu mai guanya!!!
    M'alegro de la bona nova.
    Abraçada,

    Alex

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  8. Hola Àlex,

    Un heroi si no ha caigut per després aixecar-se no pot considerar-se com a tal, i com bé dius, al final, els bons sempre guanyen.

    Una abraçada,

    eduard,

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  9. He caido de rebote en este blog, y he de admitir, que lo considero bastante completo en cuanto a las visitas a diversos restaurantes, e incluso el contenido, no lo niego. No obstante, hablar de la metafora de la nariz del vino, la intensidad de los productos, y acentuar magnitudes donde quizas otros no las noten, te convierte en un poeta de la gastronomia y ante eso, muchos se quitarian el sombrero. Animo tu dedicacion, no lo dudes. Sigue asi

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  10. Muchísimas gracias por tus palabras amigo asturiano, pues mi intención con este blog no era la de solo ofrecer crítica gastronómica, sino también que ésta tuviese cierto valor "literario".

    Aunque para poesía gastronómica pocos como Mugaritz. Esta semana intentaré condensar en unas pocas palabras -las 3.000 que suele tener cada entrada- algo de su arte.

    Un saludo,

    eduard

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  11. Víctor Arroyo Muñoz26 de octubre de 2010, 0:07

    na, no soy asturiano, solo que este nick ha sido lo primero que se me ha ocurrido pensando en comida, quizas a un nivel muy por debajo del blog! realmente en gastronomia no estoy muy puesto, pero me ha llamado la atencion la dedicacion que pones a cada plato, como si cada plato fuese un libro. queria dejar constancia de la impresion que he tenido

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  12. En absoluto Víctor, la fabada, y en particular estoy pensando en la que preparan en Casa Gerardo, enriquece mucho más a los sentidos que mis palabras. No obstante, muchas gracias por tus generosos comentarios.

    Un saludo,

    eduard

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  13. Hola Eduard.
    Me encantó Libentia,fuimos mi hija y yo, y estuvimos hablando con Sergi,nos pareció genial.
    Chema también fue muy amable.

    Y justo el día que les recomendaba a unos amigos que fueran a comer, por la noche veo en el Face con tristeza que lo habían cerrado.

    Hoy con alegría corro la voz de nuevo y te doy las gracias de nuevo podemos ir a Libentia.

    Me ha encantado tu blog.
    Besos
    Margot

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  14. Muchas gracias por tus palabras, Margot.

    Pocas cosas pueden hacerme más feliz que el creer que gracias a este blog vuelve a hablarse de un proyecto tan interesante, de un sueño hecho realidad como Libentia.

    Un saludo,

    eduard

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