¡Cada día es más difícil salir a cenar por Lleida!
No os alarméis, paisanos, pues no es ésta una exclamación de pesar, sino que lo es de dicha por la creciente oferta gastronómica de la capital de la “Terra Ferma” que, afortunadamente, nos permite rebanarnos los sesos al efecto de decidir cuál es la mejor opción para ir a cenar.
Así, restaurantes como, Cassia , D-Vinis, L’Estel de la Mercé o sobre el que versan estas líneas, esto es, el restaurante Kimo, están permitiendo cierto grado de regeneración de la algo anquilosada oferta gastronómica del Segrià.
Pero como no todo el monte es orégano, hay que reconocer que todavía queda mucho camino por andar para que la gastronomía de Lleida pueda presentarse con la cabeza bien alta ante la de otras capitales de provincia españolas, incidiendo, particularmente, en su pluralidad de registros, en Lleida, en exceso escorados hacia la cocina tradicional y de mercado.
En este sentido, el restaurante Kimo, un híbrido entre restaurante convencional y barra de tapeo en el que conviven las mesas altas con taburetes y las mesas aptas para espaldas, como la mía, maltrechas, y hermano menor –solo por edad, pues en madurez culinaria, maneras y amabilidad (¡Bravo por el equipo de sala del restarante Kimo!) le saca una cabeza a su hermano mayor- del archiconocido, por los ilerdenses, local de tapeo Zeke, ha salido victorioso de una empresa en la que otros (su hermano mayor, el bar de tapas Ke’m D Fer, etc.) hincaron la rodilla: ofrecer una cocina de tapas y platillos no solo basada en los tópicos y clichés de esta oferta gastronómica, a precios más que razonables y sin renunciar a una materia prima de calidad.
¡Bien por los pequeños de la casa!
La cena de la que disfruté en Kimo hace un par de sábados, tras la media hora de espera de rigor en la barra con un vermut Izaguirre Reserva en mano pues en este restaurante no ser admiten reservas, estuvo compuesta por:
Una excelente cecina con Tête de Moine, acompañada por una igualmente excelente coca de pan.
Una muy buena ensalada de perdiz escabechada.
De pequeño me ensañaron que es de bien nacido ser agradecido, así que: “gràcies mare”, pues a parte de descubrirme el restaurante Kimo me dijo que este escabeche era para no perdérselo, y tenía toda la razón.
Unos buenos calamares a la romana con alioli, de los que destacaría su ligero rebozado y su ternura.
Un notable arroz de colmenillas que, no merecía la calificación de excelente a pesar del perfecto punto del arroz y de su intensidad de sabor por el estado, casi chamuscado, de las colmenillas.
Y una presa ibérica, rosada en su interior, acompañada de Torta del Casar que puso la mejor rúbrica a los platos salados –aunque como veréis, y viene siendo habitual en mis postres, la sal también estuvo presente en ellos-.
Mi elección para los postres fue una más que discreta rebanada de pan con chocolate aceite y sal, pero qué más se podía esperar por 1,5 € la ración.
Sin duda, tanto en el helado de coco como en el Pastel Ruso que hicieron las veces de postre de mis acompañantes se advertía un mayor valor añadido que, no obstante, no estaba al nivel del resto de la cocina del restaurante.
Seguramente, lo accesorio de la cocina dulce en la mayoría de los restaurantes de tapas y paltillos fue el único cliché de este tipo de oferta gastronómica en el que tropezó el restaurante Kimo.
En definitiva, Lleida se mueve, y ahora que cuenta con Ave y aeropuerto, espero que no seamos nosotros los que la frenemos, como años ha hicimos con Malena o L’Ambrosia.
Vino: Habla Nº 4 (Syrah). Bodegas y Viñedos de Trujillo. Extremadura.
Sonoro aplauso el que se merece el restaurante Kimo por su carta de vinos, tanto por sus referencias como por los ajustadísimos precios de las mismas.
Precio: 25 €
Calificación: 13/20
Indicado: Para disfrutar de las mejores tapas, no al oeste del Missisipi, sino a orillas del Segre.
Contraindicado: Para los impacientes.
Calle Sant Martí 61, Lleida
973 232 533
100% d’acord, com de costum. Potser es que, donada la cua que sempre tenen a la porta, es poc interessant per ells, econòmicament parlant, que la gent faci postres? I es millor que deixin la taula lliure el mes aviat possible per ser ocupada de nou??
ResponderEliminarCrec que es un local on tot esta pensat al detall...
i la qualitat dels postres es una decisió meditada i valorada.
Estimat Anònim,
ResponderEliminarSegurament estàs en lo cert, i al Kimo fan amb les postres alguna cosa semblant a lo que molts locals de "tapeo" porten a l'extrem amb els cafès (no servir-los), però es una autèntica llàstima que desatenguin una cosa que per a molts, entre els que m'incloc, és fonamental per a gaudir completament d'un àpat.
Salutacions,
eduard
estimat eduard
ResponderEliminarjo crec sincerament que estas ben equivocat, nosaltres i anem molt sobint i es al contrari ens atenen perfectament sempre atents a donar la carta de postres i a servir els cafes i els digestius, sera que aquell dia potse els vas enganxar en mal moments. son molt atents i simpatics cosa que en podem dir poc del zeke ... es un lloc dels millors de lleida ja que sempre que hi vas la porta es plena per alguna cosa sera...
Apreciat Anònim,
ResponderEliminarComençant pel final del teu cometari:
Si el Kimo està ple (ja no tant com abans) es deu a que l'oferta gastronòmica de Lleida, per molt que em dolgui com a lleidatà que sóc, és ben pobre.
Dir-te també que la meva valoració del Kimo no neix d'una sola visita, doncs més mitja dotzena d'ocasions hi he menjat, sent, en totes elles, el més destacat la seva carta de vins.
Salutacions,
eduard