1982: ¡Qué gran año!
Muchas son las efemérides que se agolpan en el imaginario colectivo de los españoles al recordar el año 82 del siglo pasado. Entre ellas, la celebración del mundial de futbol en España –por desgracia, los Xavi, Iniesta, Casillas y compañía no habían nacido y el único recuerdo que nos queda de ese acontecimiento, además de la victoria de Italia, es el de una mascota, cuanto menos, peculiar-, la victoria de los socialistas en las elecciones generales, la entrada de España en la OTAN, una cosecha casi insuperable para muchas de las zonas vitivinícolas de nuestro país, mi nacimiento un 15 de octubre –lo siento, no he podido reprimirme- y, lo que viene a cuento, la apertura del restaurante Roig Robí.
No me faltarían argumentos para agotaros con mi farragosa prosa –tranquilos, no lo haré- sobre lo que ha sido, es y, espero, seguirá por muchos años siendo para los barceloneses que amamos la gastronomía el nacimiento del restaurante Roig Robí, pero en pro de una lectura que no requiera de paracetamol me limitaré a un escueto:
“Sin la casa de comidas de Mercè Navarro no cabría entender la grandeza del panorama gastronómico de Barcelona de la que hoy disfrutamos.”
Casa de comidas que vivió su edad de oro de la mano de la de Barcelona, atreviéndose, incluso, con la apertura de un restaurante frente al mar (el restaurante Blau Marí) cuando nuestra ciudad todavía e incompresiblemente le daba la espalda.
Restaurante que tejió su fama gracias a su buen hacer en la sala –del que puede seguir haciendo gala-, a su bucólica terraza y a platos como su pastel de verduras y marisco, sus pescados salvajes al horno o sus arroces –el de “espadenyes” y alcachofas sigue justificando la vista al restaurante Roig Robí-.
Casa de comidas en la que, tras treinta años de matriarcado, Joan e Imma (hijos de Mercè) de la mano de David (jefe de cocina) han asumido el relevo generacional.
Y aunque seguro que muchos de sobra conocéis su menú degustación (58 €) o su carta (precio medio 50-60 €) y, en consecuencia, puede que esta crónica se os antoje superflua, dadme, por favor, un par de líneas más, pues de lo que hoy quiero hablaros es de una de las pocas caras bonitas de la crisis económica a la que nos ha abocado.
Cara bonita materializada en el Menú 30 aniversario del Roig Robí (30 €).
Menú del que podréis disfrutar, almuerzos y cenas, hasta finales de año y que, a tenor de mi visita el pasado lunes, se me antoja como uno de los mejores, relación calidad-precio hablando, de Barcelona–encarecidamente os sugiero que no os lo perdáis-.
Menú 30 aniversario del Roig Robí al que dan forma:
Unas excelentes patatas fritas caseras -¡Cómo en casa…!-.
Una correcta coca de aceite acompañada con un aceite de arbequina de Teruel.
Una correcta –demasiada nata para mi gusto- brandada de bacalao, una muy buena sopa de tomate con cremoso de gorgonzola y un todavía mejor buñuelo de pescado, marisco y verduras, servidos a modo de aperitivo.
Un magnífico (por su justo punto de cocción, su agradablemente subido toque de pimienta y su delicadez) bonito en escabeche con ajo, zanahorias y cebollas confitadas.
Una excelente terrina de manitas de cerdo con lentejas y rúcula.
Un colosal “cap i pota” con sanfaina. Creo que con deciros que, dada su melosidad, entre bocados costaba separar los labios ya os lo he dicho todo.
Unas, en su mejor acepción, soberbias, dado el binomio intensidad y ligereza que en ellas se reunía, albóndigas –de las mejores que he probado- con “rossinyols”.
Y un correcto “helado” de coco con naranja amarga. Y para que el porqué de las comillas no os quite el sueño, deciros que responden a que, a pesar de que en la carta se presentaba como helado, dada su textura –un helado, como una sopa o un crujiente, vine definido por su textura- sería preciso un derroche de generosidad para calificarlo como tal.
En definitiva, un restaurante que, gracias a su Menú 30 aniversario, ha abierto las puertas de sus magníficas sala y cocina a todos los públicos –y esto, merece una celebración-.
Bodega: IO 2008 (Marselan, Merlot y Garnacha). Masia Serra. DO Empordà. Uno de los “peros” de esta casa de comidas. Y no lo digo por su oferta, rebosante de referencia catalanas, de la Ribera y de la Rioja, sino por sus precios algo "subidos" -por desgracia, un triste patrimonio no exclusivo del restaurante Roig Robí. Aunque, como suele decirse, mal de muchos, consuelo de...-.
Precio: 30 € + vino (28 € botella de IO 2008)
En pocas palabras: Democratización de la alta gastronomía.
Indicado: Para los que siempre habían deseado degustar las mieles del restaurante Roig Robí pero la economía no se lo permitía.
Contraindicado: Para los que “chup-chup” y alta gastronomía siguen siendo como agua y aceite.
Sèneca 20, Barcelona.
932 189 222
Ben retornat als restaurants de proximitat.. :)
ResponderEliminarSempre he menjat molt be a Roig Robí. Ara fa com dos anys que no vaig i el darrer cop, em vaig oblidar de fer fotos i al final no el vaig publicar.
Molt interessant aquesta oferta aniversari que comparteixes. Si que en aquest vi el marge aplicat, és del x2,5, però d'algun lloc han d'obtenir beneficis, doncs el cost de 30€ del menú, és prou ajustat..
Gràcies, Ricard.
ResponderEliminarSens dubte, el Menú 30 aniversari és una magnífica forma de gaudir de la cuina del Roig Robí.
I en quant al vi, si bé hi ha restaurants que "pequen" més en aquest aspecte, no crec que multiplicar per 3 el preu de cost d'un vi (preu per a la restauració) sigui quelcom amb el que ser condescendents.
Salutacions,
eduard
Magnífica su bucólica terraza y fantásticos los buñuelos de bacalao y los arroces.
ResponderEliminarNo puedo estar más de acuerdo, Andrea.
ResponderEliminarUn saludo,
eduard