jueves, 18 de agosto de 2011

Alma (Hotel 5*GL y restaurante)

Leía ayer en La Vanguardia que, a finales de septiembre, Fermí Puig bajará definitivamente el telón de su Drolma.

El restaurante Drolma: un doble paradigma.

En sus inicios y su cénit, el mejor ejemplo –hasta el encargado de romper todos los tabúes, diría- de que la alta gastronomía y los restaurantes de hotel no tenían por qué estar reñidos.

En su ocaso, una prueba más de que la época de “vaques grasses”, de los excesos, de que la relación calidad-precio era una variable que no contaba en la ecuación –afortunadamente- ha muerto.

Pero aquí y ahora nos ocupa el restaurante Alma. Entonces, dónde debemos buscar el porqué de esta pequeña excursión en el terreno gastronómico del hotel Majèstic, tal vez os preguntaréis.

Bien sencilla es la respuesta: pues en que el restaurante del hotel Alma (cinco estrellas gran lujo) encarna a la perfección los nuevos tiempos que corren en gastronomía y, por extensión, en la restauración hotelera.

Un restaurante que, debo reconocer, me cautivó, y no lo digo por su bucólica ubicación: sin duda, uno de los mejores patios interiores de Barcelona, o por ilustrar a la perfección el necesario cambio de tendencia recién citado, sino por ser una oda a la precocidad.



Que nadie se asuste. Aguardad unos segundos. Permitidme explicarme.

Canto a la precocidad, pues detrás de los fogones del restaurante Alma Barcelona, pero también a cargo de la asesoría gastronómica del resto de hoteles del grupo, encontramos a Sergio Humada: un chaval –expresión que responde a la mezcla de inocencia, honradez y pasión que transmite su rostro- que, a sus 26 años, acumula un bagaje gastronómico que muchos, ya entrada la madurez, seguirían anhelando.

Bagaje que, por más inri, no solo es espectacular cuantitativamente sino cualitativamente, pues ha trabajado con muchos de los grandes, y lo que es todavía más importante, de muy distintas escuelas –algunos dirían clanes-: Martín Berasategui, hermanos Roca, Santi Santamaría, Arzak, Andoni Adúriz…

¿Y cómo se traduce al paladar tal currículum a tan temprana edad casi sin igual?

Pues en una notable cena, magníficamente conducida por un servicio amable a la par que profesional, compuesta por:

Unos buenos aperitivos encarnados por un plátano estofado envuelto con beicon, una patata braseada, una teja de hierbas, una croqueta de butifarra y una aceituna Gordal rellena de anchoa de la escala –quedándoles, tal vez, a estos dos últimos el bien algo justo-.

Una magnífica selección de aceites (Catalunya (3) y Andalucía (2)), y un notable pan de elaboración propia.


Unos excelentes spaghettinis frescos “home made” –nada supera una buena pasta fresca casera en su justo punto de cocción- con butifarra negra –algo falta de punch-, huevo cocido a baja temperatura, puerro confitado y aceite de trufa.

Un arroz de ibéricos con queso de la Garrotxa que, por su perfecto de punto, su intensidad y su punto ligeramente caldoso no puede merecer más leve honor que su predecesor: ¡Excelente!

Un buen bonito, de nuevo, impecable en su cocción, a la brasa con cebolla caramelizada, tomates confitados y aceite de albahaca.

Una sopa de yogur y chocolate blanco con bizcocho, helado y migas de chocolate negro. Sin duda, lo mejor del postre “comercial” de la noche era la textura del helado, por supuesto, de elaboración propia.

Un plátano estofado al Cointreau con migas, toffee y helado de cacahuete al que, a pesar de su meritoria, aunque algo repetitiva en su estructura composición, le achacaría cierta falta de valentía por no llevar el potencial gustativo de sus componentes al límite. Plátano, Cointreau, toffee, cacahuete… ¿Por qué no buscar esa sal, esos tostados, esa amargura que podrían transmitir, en vez de quedarnos en un dulzón, aunque más que sabroso postre? Supongo que por complacer a todos los públicos. No obstante, como reza el anuncio de una popular marca de chocolates, creo que en toda carta que se precie debería figurar algún plato destinado al “placer adulto”.

Y, para poner la guinda a una cena que superó todas las expectativas, dos excelentes cócteles: un mojito de jengibre y un vodka al cardamomo con zumo de lima.

En definitiva, el restaurante del hotel Alma Barcelona, por el nuevo paradigma que representa dentro de la restauración de los hoteles de lujo, por su bucólica ubicación, por su excelente relación calidad precio… y, por su puesto, por su propuesta gastronómica, creo que se ha hecho merecedor de uno de los sonoros aplausos que he regalado últimamente.

Bodega: Detrás de la Casa 2007 (Syrah). Bodegas Castaño. Yecla. Uno de los puntos a mejorar, pues además de muy corta y de representatividad cuanto menos discutible, su carta de vinos se antoja como el único “deje” (por sus precios) de restaurante de hotel.

Precio: 35 € (comida) + 22 (botella de vino) + 12 € (mojito) + 14 € (cóctel de vodka)

En pocas palabras: La nueva y mejorada restauración hotelera.

Indicado: Para los que un restaurante debe ser el matrimonio perfecto entre espacio y propuesta gastronómica.

Contraindicado: Para los que, desafortunadamente, nunca podrán dar carpetazo a sus prejuicios.

Mallorca 271, Barcelona
93 216 44 90

10 comentarios:

  1. Avui seguin-te desde Biarriz.... Molt interessent aquest lloc.... a la que anava mirant els plats em deia... "aquest m'agradarà".... Anotat per la rentrée de setembre.... Salut...!.

    ResponderEliminar
  2. Es tal como dices y, sin duda, una buena recomendación.

    Un saludo.

    ResponderEliminar
  3. Hola Ricard,

    Sens dubte l'has de posar a la teva llista dels "to do".

    Bon final de vacances,

    eduard

    ResponderEliminar
  4. Gracias, Encantadísimo.

    Un saludo,

    eduard

    ResponderEliminar
  5. El sitio ha cambiado a peor, sobre todo según cuenta ultimamente, ya no está Humada al cargo de la cocina y los experimentos que hacen no son inteligentes.
    Fuí a comer el fin de semana del puente de la constitución y el arroz que pedí (sugerencia del chef) era un arroz sin ningún sabor..... apenas había comensales en el comedor (una oda al vanguardismo eso si) y no creo que llenen el comedor con algún cliente mas si siguen las cosas por ese camino

    ResponderEliminar
  6. Hace un par de meses, apreciado Anónimo, Sergio Humada ya me informó de su próxima desvinculación con el restaurante. Tenía la esperanza que el rumbo no se torciese, pero a tenor de lo que apuntas...

    Tendré que ir a comprobarlo -soy como santo Tomás-.

    Un saludo,

    eduard

    ResponderEliminar
  7. Casualmente algo he escuchado yo también sobre el cambio de Chef cooking y que el cambio en la cocina había dado un giro peor, de todas formas habrá que ir a comprobarlo.

    ResponderEliminar
  8. Las noticias, y más cuando son malas, Laura, vuelan.

    Pero como bien apuntas, antes de hacerlas ciertas, tendremos que ir a comprobarlo.

    Un saludo,

    eduard

    ResponderEliminar
  9. Buenas tardes,
    Comunicaros que se marcho el chef Sergio y huvo un impas en la selección de cocina, varios meses. Actualmente ya tenemos desde hace 3 meses un nuevo Chef de cocina y a formado un equipo nuevo de cocina con gran proyeccion y mucha energia es un chef ganador en el 2011 del mejor cocinero de Cataluña, Aragon y Baleares.

    Saludos y teneis que ir.

    ResponderEliminar
  10. Muchas gracias por la información, apreciado y poco Anónimo, tendremos que ir a probar que se cuece ahora en el Hotel Alma -el listón está muy alto-.

    Un saludo,

    eduard

    ResponderEliminar