Hace unos días tuve el placer de preparar una cena para unos amigos –si dicen que los amigos se pueden contar con los dedos de una mano supongo, entones, que debería referirme a ellos como conocidos, pues si bien no eran tantos como los espartanos que dieron sus vidas en la batalla de las Termópilas, una cuarentena es también un número de comensales más que respetable y, especialmente, si la infraestructura de la que dispones para cocinar es la propia de la casa de cualquier hijo de vecino- que me encantaría compartir con vosotros.
La cena, que tuvo lugar en el jardín de la casa de mis padres y que implicó mi reclusión en la cocina desde después del desayuno hasta pasadas las doce de la noche, consistió en:
Una sopa de melón con menta coronada por unas virutas de jamón.
(Melón triturado en la Termomix al que, al gusto, se le van añadiendo hojas de menta –recomiendo que, para que haga perfectamente las veces de aperitivo, se sea generoso con la menta-.)
Una crema de verduras (puerro, zanahoria, cebolla y patata) con espuma de cabeza de gamba roja.
(Pochar ligeramente las verduras y, tras cubrirlas con agua mineral, cocinarlas a fuego lento unos veinte minutos y triturar con la Termomix. Para la espuma de cabeza de gamba, hornear unos 7 minutos a 130º C las cabezas de gamba, pasar por el pasapurés y, una vez colado el jugo, añadirle nata e introducir en la espumadera).
Mí –cada maestrillo tiene su librillo- guacamole con nachos.
(Aguacate con un poco de aceite de oliva triturado con el tenedor, al que se le añaden dados muy pequeños de tomate y cebolla tierna y, para terminar, sal, lima (ralladura y jugo) y unas gotas de tabasco).
Tortilla “babosa” de patatas con cebolla confitada. Sin duda fue el plato en el que más tiempo invertí (casi tres horas confitando la cebolla y ya os imaginaréis que para 40 tuve que hacer más de una tortilla, concretamente, tres de casi tres kilos cada una) y, desafortunadamente, no dispongo de prueba gráfica del de que éste estuvo bien invertido.
Risotto marinero con almejas.
(Arroz carnarolli, cebolla pochada, ajo, perejil, fumet de pescado, alga comestible, queso parmesano Padano –para el risotto lo prefiero al Regiano- y almejas que deben añadirse con el arroz ya fuera del fuego)
Roast “beef” de pato con puré de patata al horno y salsa de naranja.
(Macerar el pato con aceite, sal, pimienta, tomillo y piel de naranja, pasadas unas horas marcar a la plancha y terminar en el horno a 150ºC unos 12 minutos. Para el puré, cocer las patatas al horno y preparar el puré también con las pieles. Para la salsa de naranja, reducir a fuego lento zumo de naranja natural, azúcar, un chorrito de Cointreau y pieles de naranja).
Crema de chocolate blanco con confitura de frambuesa y galletas de mantequilla.
(Preparar una crema con cobertura de chocolate blanco y nata a partes iguales. Poner la frambuesa en la base y la galleta semi-triturada sobre la crema tras pasar un par de horas en la nevera).
Pan con chocolate, aceite y sal.
(Preparar una crema de chocolate con una cobertura al 70% de cacao con 1,5 gramos de nata por cada gramo de cobertura. Una vez enfriado, añadir sal Maldon, aceite y una fina rebanada de pan).
Chocolate a la naranja.
(A la cobertura de chocolate negro recién descrita, añadirle las pieles de naranja de la salsa de naranja también antes descrita (estarán semi-confitadas) y decorar con un poco de galleta)
Bon profit!
Simplement admirat per la valentia de preparar menjar per tentes persones... I tot té bona pinta!.
ResponderEliminarMoltes gràcies, però les coses per les que sents passió no costen.
ResponderEliminarVa ser una jornada agotadora però sumament gratificant.
Una abraçada,
eduard
Quina feinada!, són plats que et requereixen fins a l'últim minut. M'alegro que tot sortís bé.
ResponderEliminarVaja, fen la competencia....jajaja
ResponderEliminarMoltes gràcies Francesc,
ResponderEliminarI sí, va ser una jornada exigent...però com que no és el meu dia a dia em puc permetre el luxe de preparar plats que em requereixin fins l'últim segon (també és la cuina que millor -dins de les meves limitacions- em surt).
eduard
Hola Bernie,
ResponderEliminarNo, no sóc tant osat, sols intentava posar-me en la pell, per un dia, dels que tinc el plaer de criticar -en la millor acepció de la praula- en aquest blog i en el diari el Segre.
Salutacions,
eduard
Doncs la veritat es que si...tem de felicitar,cuinar per tanta gent es molt complicat,i ames si quasi tot es a l'ultim minut!
ResponderEliminarl'unic que s'ha de dir es que,a mi m'hagues agradat ser-hi,simplement,per despres intentar fer-ne una critica com les que tu fas a la gent del meu gremi,sempre constructiva, per sopusat,;P
gracies per aquest blog tan genial,al meu entendre
salut!
Pau
Hola Pau,
ResponderEliminarMoltíssimes gràcies per les teves paraules, són d'allò més gratificants i, particularment, provenint d'una persona del gremi de la restauració.
Tan debò arribi un dia a poder criticar-me. Tot i que com a tastet apuntaria que:
(i) la sopa de meló no estava prou freda; i
(ii) que al roast beef li sobrava 1 minut de forn i un tall més prim li hagués anat millor.
Hi ha moltes altres coses criticables -sempre, com bé apuntes, constructivament- no obstant, reservo l'exercici a qui pugui fer-lo amb algo més d''objectivitat.
Salutacions,
eduard
El "problema" d'aquest apats està, en que si no hi estas acostumat(enten-me...)costa molt controlar-ho tot...ames si hi bastan emplatat al moment,jo sempre pensu que ho podria fer molt millor...però be....Un troquillo per la truita seria començar-la al foc i acabar-la al forn...(per tanta gent,eh!)però res a dir,trobo que la gent que s'atraveix amb aquest festivals i que no shi "dedica",molt de merit.
ResponderEliminarEndavant!!
Pau
De nou, Pau, moltes gràcies per les teves paraules.
ResponderEliminareduard