miércoles, 22 de septiembre de 2010

El Cigró d’Or

¿Quién iba a imaginarse que el pueblo de Gelida, más conocido –o temido- por ser la altura en la que las inefables y nefastas retenciones del peaje de Martorell suelen dar comienzo, albergaría una propuesta gastronómica tan meritoria como la que ofrece este restaurante con nombre de legumbre preciosa?

Yo, no. Craso error. Afortunadamente, el pasado sábado le di enmienda y…

¡Qué enmienda!

Muchas son las razones del anterior alarde de euforia pero, sin género de dudas, las principales son la autenticidad, la honradez y, por supuesto, la calidad sobre las que se edifica esta casa de comidas de la barcelonesa comarca del Alt Penedès.

Autenticidad que emana tanto de una carta inspirada en el imaginario gastronómico más nuestro como de la utilización de productos de proximidad.

Honradez plasmada, principalmente, en la actitud del equipo del Cigró d’or (e.g. la amabilidad del servicio de sala, que no se nos cobrara un postre que era mejorable) y en la factura final del ágape. Increíble, casi escandalosa –en la cuarta acepción de la palabra escándalo- e infrecuente, incluso, en “provincias” y, por supuesto, la más “rara de las avis” en las “capitales” –salvado honrosas excepciones como Topik, Embat o el malogrado Libentia-, la relación calidad-precio de este restaurante.

Calidad visible en la decoración de una de las salas del restaurante y en las vistas de la otra, pero sobre todo, y donde hay que buscarla y encontrarla, en los platos que llegan a la mesa.


Los míos, los que siguen.

Como aperitivo, un buen taco de salmón coronando una excelente cuasi-compota de higos y coronado por una lágrima de yogur.

Como primer entrante, unas vieiras (en exceso cocinadas y, en consecuencia, algo astillosas) con tocino, un excelente puré de berenjenas y una hoja de remolacha. Gustativamente el plato era perfecto, lástima que la excesiva cocción de las vieiras no permitiese disfrutarlo en toda su plenitud.

En cambio, con los pulpitos, polenta, albahaca y berenjena sucedía todo lo contario. Cocciones y productos perfectos para ser degustados aisladamente (en particular, los pulpitos: fantásticos), pero que, y siempre bajo mi prisma, constituían un conjunto gustativo cuestionable por la falta de integración de todos los componentes del plato.

Los dos platos principales fueron, y haciendo uso de nuevo del recurso exclamativo, sencilla y llanamente ¡Increíbles!

Increíble el arroz de mollejas y trompetas de la muerte. Una exhibición de potencia –eso sí, controlada, como reza el anuncio de Pirelli- gustativa.

Increíble también la espalda de cabrito cocinada a las hierbas a baja temperatura, sobre puré de patata trufado, chips de patata violeta y compota de aceitunas negras. He aquí tanto productos como complementariedad de sabores perfectos.

Con los postres, desafortunadamente, la senda exitosa por la que discurría mi comida del pasado sábado se torció algo.

Así, con el praliné de pipas, helado de queso mató y frutos rojos, se tropezaba de nuevo con la falta de complementariedad de sabores, pues el de las pipas, y dada su potencia –en esta ocasión sin control- era el único que se percibía.

Sobre el coulant con sorbete de mango, decir que fue el postre que en el encabezamiento he indicado que no se nos cobró. ¿Por qué? Por ser frío, casi gélido de corazón.

El mejor de los tres, fue el omnipresente chocolate con pan, aceite y sal que, no obstante, algún que otro achaque también tenía. El de éste, un exceso de dulzor.

En definitiva, si París bien valió una misa, sin duda, el Cigró d’or es más que merecedor de la excursión hasta Gelida. No en todas partes se encuentran legumbres de 24 kilates.

Vino: L’Equilibrista 2008 (Syrah, Cariñena y Garnacha). Ca N'Estruc. DO Catalunya

Precio: 45 €
Calificación: 14/20

Indicado: Para los que disfrutan del placer de descubrir y más del de sorprenderse.

Contraindicado: Para los que asocian lo local, lo próximo a lo vulgar.

Vicenç Perelló 9-11, Gelida (Barcelona)
93 779 03 89

(mensaje, no en una botella, si no en la base del plato del café)

6 comentarios:

  1. está muy bién el Cigró pero a mi gusto es un poco iregular, de las cuatro veces que he ido dos bién y dos mal, en las dos mal el servicio fue un caos total, entramos a las 13.30 y salimos a las 17 y eso que sólo hicimos el menú de 4 platos, entre plato y plato unos 30 min, 40 min en tomarnos nota, 20 más`para el vino, lo de la vieira cocida en exceso me pasó a mi también, para mi Oriol tiene talento pero se olvida de pequeños detalles como puedan ser la sala y las cocciones, es eso lo que marca la diferéncia, aunque he de asegurar que el menú calidad precio es de lo mejorcito.

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  2. Estoy completamente de acuerdo contigo apreciado Anónimo.

    Los tiempos del restaurante son muy mejorables (estaba solo en la sala de la entrada y ya tuve que sufrir alguna espera más que innecesaria), y sí, a algunas cocciones (en mi caso a la de las vieiras) no se les presta la atención debida.

    No obstante, y tal y como apuntas, de lo mejor que he visto en cuanto a relación calidad-precio.

    Un saludo,

    eduard

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  3. NO TE COBRARON EL COULANT? NO SERIA PORQUE ERES UN CANSINO?

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  4. No lo cobraron, creo, porqué en el Cigró d’Or solo quieren ofrecer al comensal lo mejor –que casi siempre lo hacen-, y cuando no es así entienden que éste no debe pagarlo.

    Ello no obsta a que tengas razón, pues un rato cansino soy. En cambio, de cobarde y maleducado no tengo ni un gramo, ni tampoco quiero que este blog se tiña de tales defectos, así que te rogaría que, sin nada te aportamos ni mis palabras ni yo, te abstengas de visitar este blog, pues me gusta poder responder todos los comentarios con un “amigo o apreciado” por encabezamiento.

    Un saludo,

    eduard

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  5. Benvolgut Eduardo!
    Hace unos días que he descubierto tu blog y me ha parecido muy interesante. El primer comentario que he leído es de Mugarit, ya que es un restaurante que me gustaría visitar y aún no me ha sido posible.
    Mi comentario es sobre el Cigró d'or que tiene un menú diario a 12 € todo incluido que la mayoría de veces es impresionante. Vale la pena, si se esta por la zona, desviarse. Yo intento visitar-lo al mediodía una vez por semana y voy repitiendo.

    Un saludo,
    Jordi

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  6. Hola Jordi,

    Ante todo, agradecerte tus palabras y animarte, si me lo permites, a que visites el restaurante Mugaritz, sin duda, Andoni, Llorenç, Josera, Oscar y los demás chicos están en plena forma.

    Respecto lo que apuntas, estoy convencido, a tenor de mi experiencia en el Cigró d'Or, que su menú diario es todo un "chollo", y ojalá pudiese probarlo. Lástima que mi profesión, la abogacía, me deje tan pocos mediodías libres.

    Un saludo,

    eduard

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