¿Joan Gatell o Can Bosch?
Entre estos dos bandos se divide la legión de gastrónomos -en el sentido más amplio de la palabra- de Cambrils.
Son propuestas gastronómicas difíciles de conciliar que, inexorablemente, desembocan en una “guerra” en la que son muy pocos los comensales neutrales.
Es en este momento en el que debo confesar –aunque supongo que para la mayoría de los que me leéis será un secreto a voces- que mi pluma suspira por el Joan que no da nombre a esta crónica, esto es, por Joan Bosch y toda su gente.
Con lo recién apuntado puede que consideréis que debería inhibirme, por una manifiesta falta de objetividad, de expresar mi opinión sobre el restaurante Joan Gatell. No obstante, no va a ser así por dos motivos.
El primero de ellos es que considero que mi posicionamiento a favor de la cocina de Can Bosch no responde a prejuicios ni apriorismos, sino que se ha construido desde la concienzuda y honesta comparativa de las dos propuestas que me han permitido la casi veintena de ágapes que me he regalado entre los dos restaurantes.
El segundo de ellos es que nunca he pretendido en estas líneas expresar ninguna verdad absoluta –no conozco otra que la mortalidad del ser y Dios me salve de conocer más, no fuese el caso que me las creyese- sino que éstas sólo contienen las apreciaciones de algo tan subjetivo como el paladar de un individuo, eso sí, pasadas –cuando me acuerdo- por el tamiz de la razón y el sosiego.
Sentadas las bases de cuanto seguirá, y de cuanto escribo en este blog, es tiempo de entrar en materia.
La cena del pasado jueves dio comienzo con un correcto hojaldre relleno de un excelente jamón ibérico, servido a modo de aperitivo de la casa.
Le siguieron unos calamares a la romana, de nefasto rebozado, que pedimos como entrante a compartir.
Mi primer plato, dicho sea, seguramente fue el menos logrado de todos los servidos, consistió un carpaccio de atún que no pasará a la historia por la calidad de su materia prima, acompañado por un paté de aceitunas negras y cebollitas encurtidas que, a la postre, era el único sabor que se apreciaba en el plato.
Sobre el arroz de “espardenyas” que hacía las veces de plato principal debo confesar que hacía tiempo que no probaba unas “espardenyas” tan buenas ni un arroz tan soso.
Llegado el momento de los postres y dado que en mi estómago todavía existían muchos huecos que tapar –mi “padrí” siempre dice que es más barato comprarme un traje que invitarme a comer- me decanté por la degustación de casi todas las propuestas del carrito de postres. Como era previsible, hubo de todo, aunque más arena que cal.
Así, la tarta tatin y la tartaleta de higos eran excelentes, en cambio la tarta Sacher, el milhojas de crema y los buñuelos de viento no estaban a la altura de lo que se espera de una casa de comidas con tanta solera y reconocimiento.
En definitiva, expuesta está la propuesta del Gatell de los Joan. La del Bosch os espera a golpe de ratón . No obstante, permitidme, a modo de conclusión, una pequeña comparativa entre estas dos propuestas gastronómicas que rondan los 100 euros “por cabeza”.
Al tiempo que una ofrece sólo producto, la otra propone construcciones gustativas que realcen su sabor. En ambos casos, y salvo contadas excepciones, el producto es siempre de la mejor calidad.
En una, el comensal desfruta del ágape en una sala de corte clásico con vistas al mar, en la otra se vislumbra igualmente cierto clasicismo pero matizado por los toques justos de modernidad. Eso si, en esta segunda, las únicas vistas “bonitas” son las que puede ofrecer el rostro de una compañera de fatigas gastronómicas.
En una, detalles como el vestuario del equipo de sala así como la cubertería, la vajilla y la cristalería son considerados como elementos accidentales, en la otra, a todos éstos se les presta la misma atención que a la selección de la mejor materia prima.
Alea jacta est.
Juzgad y opinad.
Vino: Camins del Priorat 2007. Álvaro Palacios. (Samsó, Garnacha, Cabernet Sauvignon y Syrah).
Precio: 110 €
Calificación: 12/20
Indicado: Asiduos al Círculo Ecuestre
Contraindicado: Para los que exigen que en las cocinas se aporte cierto valor añadido a excelentes productos.
Passeig Miramar 26, Cambrils (Tarragona)
977 36 67 82
Saltant de blog en blog he arribat al teu. No el coneixia i m'ha sorprés agradablement... i més quan parles de Cambrils, lloc on passo molts caps de setmana. Dit això, comentar que comparteixo la teva opinió pel que fa al dilema "Joan Gatell o Can Bosch". Però jo soc força radical i ja fa temps em vaig decantar per Can Bosch.
ResponderEliminarEl tema Gatell, el trobo decadent... El menjar al costat de la finestra (tema valorat per molta gent) és un tema que no em va, com tampoc l'aspecte acartronat de molts clients... Els restaurants amb finestra "valorada" pateixen tots el defecte de l'exibicionista.. i com a mostra Acuamar...
En fi... que ja he dit la meva i seguiré el teu blog...