La abogacía, esa profesión que alimenta mi vocación –sesuda la rima-, me está conduciendo estas últimas semanas hacia Valencia, y aprovechando que hace no mucho tiempo le dediqué un fin de semana gastronómico, del que, sin duda alguna, destacaría tanto mi visita a La Sucursal como, aunque algo menos lucida, mi experiencia en Torrijos, he decido cambiar absolutamente de tercio y buscar esos locales en los que normalmente no entraría, o me costaría, pero que, muchos de ellos, esconden verdaderos tesoros gastronómicos.
En mi penúltima visita a la capital del Turia tuve la fortuna y el placer de descubrir el restaurante-cervecería que da título a esta crónica, y la experiencia fue tan satisfactoria que en mi última estancia en Valencia volvía a sucumbir a sus encantos.
Sin duda, este local situado en pleno centro de Valencia de cervecería sólo tiene la apariencia e, hilando fino, parte de su entrada, pues, sus dos salas y, especialmente, lo que llega a la mesa es propio de un restaurante en mayúsculas.
Sé que no es lo ortodoxo para alguien que se dedica a la crítica gastronómica –si antes eran las mayúsculas las que debían hacer acto de presencia, estas últimas palabras, por el momento, sólo meritan las minúsculas- pero mis dos visitas a esta arrocería, sí, Sierra de Aitana es una arrocería –palabra que, por cierto, va a ser aceptada por primera vez por la RAE en la vigésima tercera edición de nuestro diccionario- se saldaron con casi la misma elección.
En la primera, disfruté de una notable ensalada de perdiz y un magnífico arroz seco de pulpo, habitas y alcachofas, arroz que no pude no repetir en la segunda y que, para variar un poquito, fue precedido por una ensalada de tomate con bonito (ambos productos excelentes), a la que sólo le faltaba ese toque de pimienta negra que tan bien sienta a este plato.
En definitiva, seguro que a los valencianos no les he descubierto nada, pero aquellos que, conducidos por los avatares de la vida a Valencia, ignoren el rostro de cervecería de Sierra de Aitana y se dejen seducir por sus productos de altísima calidad y, sobre todo, por sus arroces, disfrutarán de uno de esos pequeños grandes placeres de la vida que es dejarse sorprender por un restaurante.
Precio: 25 € + vino
Calificación: 13/20
Indicado: Llevarse a la boca una buena sorpresa y un mejor arroz.
Contraindicado: Para los que no aman al blanco cereal, pues en este restaurante el arroz es la mejor, si no la única opción que garantiza la satisfacción del comensal.
Pascual y Genis 18, Valencia
Tel.: 963 517 946
Ayer volví y, como buen hombre de costumbres, repetí el arroz con pulpo y alcachofas (en su mejor versión de las tres visitas), cambiando el entrante por unos sepionetes a la plancha, buenísimos.
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