miércoles, 28 de septiembre de 2011

Àtica

¡Gracias Mónica!

¡Lo siento amigos!

Y ahora, el porqué de tan efusiva a la par que sui generis introducción de la presente crónica.

Gracias Mónica, pues a ella debo, debemos, que el restaurante Àtica ya no solo no sea un desconocido para mí, sino que hoy pueda presentároslo como una de las mejores relaciones calidad-precio de nuestra ciudad.

Y de verdad lo siento, pues ya son siete los años que Borja lleva practicando una cocina honesta, de calidad…y no ha sido hasta hoy –se me antoja como demasiado tiempo- que puedo rendirle un merecido tributo. Aunque, como suele decirse, más vale tarde que nunca.

Y así, en pleno barrio de Sants, alejado del mundanal ruido de los grandes restauradores, más amigos de compartir escaparate con firmas de moda u hoteles de lujo, el bueno de Borja se empeña, día tras día, en ofrecer, en su modesto restaurante –en absoluto a la altura de su propuesta gastronómica, de su esfuerzo tras los fogones-, una de las cocinas más honestas y meritorias que he probado en mucho tiempo.


Empeño que, en mi visita de hace unos días, se materializó en:

Una resultona pizza de calabacín, tomate y mozarela como aperitivo.

Una excelente panceta servida sobre un plato ligeramente caliente y acompañada de pan con tomate recién tostado.

Unos notables chipirones con romesco, crema de calabaza y confitura de limón.

Un buen risotto de setas y pollo.

Unas mejorables, principalmente debido a las notas excesivamente grasas de la salsa que las napaba, manitas de cerdo crujientes con compota de manzana.

Una más que meritoria versión del cheesecake: excelente la crema de queso, notable el polvo de galleta y mejorable la confitura de fresa.

Y un siempre apetecible, aunque no a la altura del servido en el Comerç 24 o en la Mifanera, pan con chocolate aceite y sal.

En definitiva, un restaurante que, además de ser toda una inspiración, un referente para aquellos jóvenes cocineros temerosos de dar el gran salto, permite que cualquier hijo de vecino pueda dar los primeros pasos, y con algo de suerte enamorarse, por la gastronomía de calidad.

Bodega: Novellum 2007 (Tinta de Toro). Bodegas Rejadorada. DO Toro

Precio: 30 €

En pocas palabras: Calidad, honestidad… y una relación calidad-precio casi insuperable.

Indicado: Para los que amamos la gastronomía, valoramos la personalidad tras los fogones y admiramos la valentía de un puñado –todavía pocos- restauradores.

Contraindicado: Para los que la firma lo es todo.

Galileu 159, Barcelona
93 490 65 35

6 comentarios:

  1. He andado inquieto por saber que calificativos ibas a usar para describir a este restaurante. Vivo cerca y suelo ir a menudo al mediodia y de vez en cuando de noche. Muchos de sus platos me recuerdan a los de mi madre, en mezcla, en sabor, en textura. Platos no muy complicados pero bien hechos. Y si, creo que has acertado, sencillez, honestidad y un punto de Borja.
    La unica pega que tengo es el precio, se que esto es muy relativo. Tu lo ves calidad-precio insuperable, no me extraña viendo a que tipo de restaurante estas acostumbrado. Sin embargo, hablando con un amigo del barrio que tambien suele ir, coincidimos en que esta subido de precio, no mucho, pero si un poco. Nosotros tenemos en cuenta otro parametro, calidad-cantidad-precio. Por ejemplo, esos dos calamarcitos que has presentado y que con ese pequeño toque citrico son una delicia para mi paladar, los consideramos caros.

    Me alegro que hayas salido de la tonica iterativa de cierto tipo de restaurante y que tus incursiones a sitios mas modestos te agraden. Y como bien se intuye para una buena cocina no hace falta grandes decorados ni grandes pretensiones.

    Un saludo.

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  2. Me alegro, apreciado Anónimo, de que mis calificativos sobre la cocina que se practica en el restaurante Àtica sean de tu gusto.

    Y siento discrepar sobre su relación calidad-cantidad-precio, pues te aseguro que soy de los comen mucho (mi abuelo solía decirme que era más barato comprarme un traje que invitarme a comer), y salí del Àtica más que saciado.

    Un saludo,

    eduard

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  3. Qué bien que te haya gustado!
    El Ática de Borja es de la misma hornada de cocineros del Coure, Hisop...aunque tuvo que empezar de una manera más modesta.

    Por cierto, hoy ha salido la noticia que cierran el Drolma. Uno de los "grandes" que se va, construirán 2 suites en el lugar del restaurante.

    Un saludo,

    Mónica

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  4. ¡Y mucho!

    Lo había leído, lo que desconocía es que fuesen a destinar el espacio a suites.

    Un saludo y, de nuevo, gracias por descubrirme el Àtica.

    eduard

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  5. Hola Eduard... Avui vull posar un contrapunt al post...:). Vaig anar fa
    temps a Atica i li vaig donar dues oportunitats. El vaig publicar al blog
    deixant-lo relativament be, més que res per no fer sang de temes que van
    més enllà del menjar i la RQP (que em van semblar be) i també per respecte
    a la senzillesa del lloc.

    En la primera ocasió (jugava el barça) estavem sols inicialment... En poca
    estona va entrar una taula que es deduia seria sorollosa i just al costat
    ens les van instal·lar (amb tot el local buit).

    Jo que soc de conversa, vaig pensar "mala sort" i vaig tornar un altre
    dia... La mateixa situació... al cap d'una estona arriba un "amic" d'ells
    (per les formes vaig deduir que cuiner) amb la seva parella i també just
    al costat... Soroll, crits, "confiances" i agreujat pel fet de que el
    propietari (suposo el tal Borja.. però no pregunto mai noms..:)..) es va
    afegir a la juerga incorporant-se a la taula d'ells ubicada al costat
    nostre, fins al punt de que vam acabar lo més ràpid possible i vàrem fugir
    del lloc decidint que mai més.

    I es que no en hi ha prou en cuinar be, sinó que calen dos dits de front
    per evitar aquestes coses.

    Dedueixo també (i no ho dic pas per tu) que si un arriba explicant que té
    un blog i que parlarà d'ell, són dels que comencen a "actuar".

    I ho dic per la "passió" que li tenen alguns blogaires del món de la
    cuina, que pel que escriuen "fins i tot filosofen amb el tal Borja"...:).

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  6. Bona nit, Ricard,

    Com bé apuntes, la cuina no ho és tot en restauració, i tot i que jo també vaig "patir" un ambient sonorament carregat, dista molt del que descrius i, suposo que, per aquest motiu, el record que tinc del Àtica és ben dolç.

    Com que segur que en breu repetiré ja us explicaré si aquest petit gran restaurant no cau en allò de que "segundas partes nunca fueron buenas".

    Per últim, dir-te que no vaig presentar-me fins al final del àpat, així que no crec que la meva faceta de blocaire infuís positivament en la qualitat del sopar.

    Salutacions,

    eduard

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