Si ayer le hincábamos el diente a un restaurante que no figura, y, mal que me pese, difícilmente figurará entre los “favoritos” del Valle de Arán, hoy le toca a un restaurante que si bien es todavía un absoluto desconocido en el Valle -puede contar sus servicios con los dedos de las dos manos- seguro que, en breve –a más tardar estas Navidades- estará en boca de todos.
A qué puede deberse la rotundidad de mis palabras, seguramente os preguntáis.
¿A una sólida propuesta gastronómica? Sí, pero no.
¿A un cuidado diseño del local? Seguro.
¿A unos precios competitivos? Seguro que no.
¿A un bautizo acertado? Restaurante Itinere a mi me lo parece.
¿A un esmerado servicio de sala? Por el momento, le concedo el beneficio de la duda.
¿A su emplazamiento? Un sí rotundo.
Sí, falta algo, y no solo algo, sino tal vez el elemento más determinante en el éxito del restaurante Itinere: su firma, pues es la estilográfica de Ricard Camarena, el chef del estrellado restaurante Arrop de Valencia -¡Enhorabuena Ricard por el merecido reconocimiento que te ha llegado en esta última edición de la Guía Roja y que supuso una de las pocas alegrías de esa infame noche!-, la que rubrica la propuesta gastronómica del restaurante Itinere.
Restaurante Itinere que, como su nombre indica, no tendrá patria ni bandera y así, en la época invernal tendremos que buscarlo en Baqueira (de diciembre a Semana Santa) y en la estival (el resto del año) en Menorca. ¡Qué bien conocen los responsables de este proyecto por donde se mueven los bolsillos amantes del lujo que ofrece este restaurante –sirva de ejemplo el hecho que se trata del único restaurante del Valle que ofrece Champagne Krug (casi 150€ la botella en tiendas especializadas) por copas-!
(Me comenta uno de los responsables del proyecto que, bajo este nombre, pero en este caso de una forma no itinerante, Ricard ofrecerá a vecinos y turistas de Nueva York su cocina. ¡Suerte!)
Situándonos de nuevo en nuestro lado del charco, esto es, en el Itinere de Baqueira, y detallando algunas cosas ya apuntadas, es de justicia aplaudir el cuidado diseño del restaurante, con capacidad para 100 comensales, y dotado de una amplia y acristalada cocina a la vista -¡Ojo con lo que hacemos en la cocina, que se ve todo!- dirigida por el segundo de Ricard en Arrop, y que estará “desterrado” en el Valle hasta que del restaurante Itinere pueda decirse eso de: viento en popa a toda vela…
En lo que se refiere a la propuesta gastronómica del restaurante Itinere –de cierta inmadurez, comprensible pero también reprochable, por el escaso rodaje que acumula- debe señalarse que actualmente se ofrecen solo tres menús. Uno de arroces solo disponible al mediodía y dos menús degustación (uno algo más extenso que el otro) disponibles todo el día. Nuestra elección –el menú corto (pues nos gustaban más sus platos) pero ampliado- nos permitió degustar los siguientes platos:
Una excelente espuma de brandada de bacalao.
Tras la que se nos ofreció un pobre servicio de panes (resecos) y aceite, del que solo se salvaba la coca de pan.
Seguidamente se nos ofreció un capuccino de setas con espuma de queso que, por su intensidad excesiva, tanto de la crema de setas como del queso –supongo que debido a su temperatura-, no encajaba en su rol de aperitivo. En vez de abrir el apetito lo cerraba.
En primer entrante lo encarnó una sosa ensalada de pollo de corral con aguacate. Impropia la simplicidad –que no sencillez: la cara que brilla de la misma moneda-, a pesar de la excelente textura del pollo, del plato e inaceptable que tanto la ensalada como el aguacate estuviesen oxidados.
La sucedió una ensaladilla rusa con bogavante, perfecto en su cocción. A pesar de que desde la cocina me apuntan que es uno de los platos del repertorio Arrop que más éxito tiene, a mi sigue sin convencerme la supuesta complementariedad entre el bogavante y las aceitunas y una crema de pimiento rojo.
Muy sabrosa la coca de esturión con mostaza, beicon, cebolla, pimiento y una crema de frutos secos.
Y también muy bueno el último entrante, aunque se echaba en falta algo de bechamel, que, como ya os podéis imaginar, interpretaba un canelón, eso sí, de olla aranesa. ¡Bravo por el guiño al territorio!
Aunque si algo de esa noche mereció un sonoro aplauso fueron los segundos.
Increíble la merluza, en su punto y de una calidad espectacular, con crema de patatas y “salsa verde”, judías verdes al dente y cebollitas caramelizadas.
Y, aunque no al nivel de la merluza, también más que meritorio el bacalao confitado, translúcido, como siempre debería ser pero casi nunca sucede, y acompañado por unas alcachofas, unas habitas y un excelente huevo rebozado.
Afortunademente el nivel de los postres se asemejó más al de los platos principales que al de los entrantes y así pudimos disfrutar de un buen babá al ron con sorbete de mandarina y gajos de mandarina y naranja.
Y de una muy buena tarta tatin –con lo que a mi me gustan templaditas, incluso calentitas, y últimamente todo el mundo se empeña en servirlas frías: ¡Dichosas neveras!- acompañada por una insuperable crema de caramelo y un buen helado de vainilla.
En definitiva, estoy convencido que con algo de rodaje la mayoría de los desajustes que en la noche del pasado viernes advertí en el restaurante Itinere encontrarán solución, aunque sirva de aviso para navegantes: sin bajar del autobús o solo con el nombre no se ganan los partidos.
Vino: El Rocallís 2006 (Incrocio Manzoni). Can Ràfols dels Caus. DO Penedés
Precio: 75 €
Calificación: 14/20
Indicado: Para disfrutar de una cena en el ambiente más lujoso y vanguardista del Valle de Arán.
Contraindicado: Para los que no soportan “las franquicias” de los grandes de la cocina.
Residencial Val de Ruda, Galería Comercial, Baqueira.
973 116 611
Una gran apuesta y, coincido contigo, seguro que exitosa.
ResponderEliminarMuy bien también el guiño al territorio con el esturión, excelentes los pescados (aunque diría que el bacalao estaba más salado de lo que debería), prescindible a mi gusto la ensaladilla y fantástica la sala.
Eduard, si estuviste el viernes 3/12/2010 creo que sería el primer día que el restaurante abría al público. Entiendo que ciertos desajustes son normales e indudablemente la cocina es más que prometedora. En la primera semana de apertura ya ofrece platos excelentes y ninguno reprobable, a mi entender. Excelente materia prima, buen y nuevo, sobre todo en el Valle, tratamiento del producto; magnífica e innovadora bodega (no has dicho nada sobre ella, por cierto), las instalaciones excelentes, deslumbrantes y bien pensadas (el cuarto de juegos para los niños, por ejemplo) -en este sentido, las mejores del Valle con diferencia-, el servicio debe mejorar (me consta que están en ello). Por lo que atañe a los precios, no estoy de acuerdo contigo, Eduard. Aunque se sitúan en el nicho medio-alto del mercado, esta misma semana después de cenar y comer en diversos restautantes de Baqueira, en particular, y del Valle, en general, puede comprobar que Itínere presenta la mejor relación calidad-precio, ya que cobrando lo mismo que los otros o incluso menos (en algunos platos), ofrece siempre producto fresco y pescados salvajes, insisto a diferncia de otros que los dan de psicifactoria como salvajes, aunque se note a la legua -qué diferencia de rodaballo entre el de Itínere y el que sirve un afamado y clásico restaurante de Baqueira. Por cierto, tienen una buena oferta de licores y destilados, especialmente whiskis y ginebras, estas últimas muy bien preparadas y con buen surtido de tónicas para combinar.
ResponderEliminarEn lo que respecta a Ricard Camarena y Arrop, tengo entendido que no va a funcionar como una franquicia de este último sino que éste está ayudando en el arranque del restaurante.
Estoy contigo en el aporte de novedad al Valle y en que estas Navidades será un éxito.
Un saludo, Vicent.
Hola Vicent,
ResponderEliminarEs perfectamente comprensible que en los primeros servicios se produzcan algunos desajustes, tanto en sala como en cocina, y no hay que ser especialmente severos con ellos, no obstante, tampoco sería justo obviarlos solo por el hecho de que el restaurante a penas haya dado sus primeros pasos (comprendo que ciertos detalles requieren de práctica, pero servir una ensalada oxidada es algo intolerable desde el primer día).
Acepta mis disculpas por no referirme a la magnífica bodega del restarante, pero acepta en este sentido también un pequeño reproche por los precios de los vinos .
Sin duda, en Itinere se trabaja con una materia prima de primer nivel (probablemente la mejor del Valle), pero la excusa de que otros sirvan pescados de piscifactoría como salvajes (otros que comienzan por E, por ejemplo), no me sirve como argumento para avalar la calidad-precio del restaurante (sería como lo del tuerto en el país de los ciegos).
Sin duda, me fijé en la magnífica selección de licores del restarante, y me hubiese encantado poder disfrutar de ellos, pero alcohol y coche no son buenos amigos.
Por último, agradecerte el interés por este blog y anunciarte que, seguro, estas Navidades nos veremos por Itinere y estoy convencido que mi segunda crónica sobre el restaurante será mucho más positiva.
Un saludo,
eduard
Sin duda muchos son los motivos para desplazarse al Valle durante estas fechas, de momento parece que Itinere no es uno de ellos, pero como bien dices si bien se merece en tu caso una segunda oportunidad, yo aprovechare las fiestas navideñas para catarlo, a ver si tengo mejor suerte.
ResponderEliminarTé molt bona pinta... i m'ha fet especial gràcia que el vi fos el El Rocallís 2006. Conec aquest vi més que res per la curiositat del raïm (Incrocio Manzoni)que és un empelt (no sé si es diu així) de Pinot i Riesling. En pocs llocs es troba i tot i que m'agrada bastant, no està entre els meus preferits.
ResponderEliminarEstimado Anónimo,
ResponderEliminarComo acertadamente apuntas, son incontables los motivos para visitar el Arán, y si bien el restaurante Itínere, en términos ESO, necesita mejorar, yo lo situaría ya entre los cinco mejores restaurantes del Valle.
Tal vez no por relación calidad-precio -éste es un bien escaso en el Valle- pero sí por su sala, su bodega -destacada también por el amigo Ricard- y, por platos como la merluza o la crema de caramelo que, sin duda, ya justifican poner a Itinere en la lista de pendientes de todo amante de la gastronomía.
Un saludo,
eduard
Hola Ricard,
ResponderEliminarCom bé has observat, tot i que imperdonablement jo no en fes cam referència, el celler del Itinere -carta i espai- són més que mereixedors d'una sonora ovació. Això sí, amb preus també sonors.
Eduard
Si te sirvieron la ensalada oxidada, me parece imperdonable. Mi ensaladilla estaba fresca y exquisita. Por lo que respecta a los precios, pienso que todo debe ponerse en comparación y en relación y aunque aludas a los ciegos, a los tuertos y al rey, las cosas son así: destacar el que da fresco y salvaje frente al que da congelado, en algunos casos, y de piscifactoría, en otros, al mismo precio es una verdad como un templo, y, por cierto, al que yo me refería no empiza por E. En lo concerciente a los vinos, está en la media de los buenos restaurantes del Valle y, en algunas referencias, mucho más barato, ejemplo: Agustí Torrelló Kripta (me llamó especialmente la atención); además, con una carta mucho más interesante e innovadora (quíen tiene Egly Ouriet o Jaqueson o Billecart?, yo en el Valle no los he visto. y para mi eso denota preocupación y atención al cliente).
ResponderEliminarDesconozco si es uno de los cinco mejores restaurantes del Valle, Eduard, tu en esto tienes mucho más criterio pero cuando vaya a Aran seguro que reservaré en Itínere.
Salut, Vicent
Y harás bien, Vicent, pues en Itinere disfrutarás de una magnífica velada.
ResponderEliminarPor supuesto que en cuanto a los precios el elemento relacional es la clave, pero la relación yo no la establezco con la mayoría de los restaurantes del valle (el país de los ciegos) sino con restaurantes como Coure, Caldeni, Alkimia...
Respecto los vinos, y con el riesgo de hacerme un poco pesado con la metáfora, de nuevo, si solo tomamos como referencia el país de los ciegos, Itinere sale bien parado, igual que saldrían todos los restaurantes de España si los comparásemos con nuestros vecinos franceses. Ello no quita que las referencias de la bodega, como bien apuntas, por arriesgadas, diferentes, etc. merezcan un sonoro aplauso.
Un saludo,
eduard
Jo fa temps que no vaig per la Vall d'Aran, però l´últim cop que hi vaig ser em va agradar molt el Zurbaran, a Bossost. Fan una cuina de qualitat i vaig sortir content. Aquests me,ls apunto per a una futura visita.
ResponderEliminarHola Xavi,
ResponderEliminarEl Zurbaran no el conec, però donada la teva recomanació, l'apunto a la meva llista de pendents. Moltes gràcies,
eduard
Eduard, he tornat a la Val d'Aran i he tornat a Itínere. I la segona visita vaig fer l'aposta a tot o a res: el sopar de Cap d'Any i vaig guanyar: ostra lleugerament escabatxada amb poma, l'ensaladilla, tataki de tonyina, ou cuït a baixa temeperatura amb tòfona,corder amb estofat de bolets, sorbet de iogurt amb fruïts rojos, tarta Tatin, torrons, etc., Belondrade y Lurton, El Sequé, Gramona III Lustros, bones copes,....El preu? El millor de la Val amb diferència -i tornem a les comparacions- 140.-€, que nos és poc, però mira altres per on roden. Altre dia vaig anar al migdia a dinar arròs, magnífic, i ben ajustat, 27.-€, a banda la beguda. Jo crec que Itínere paga la pena i amb tu estic, de que hi és un dels millors restaurants de la Val, salut. Vicent.
ResponderEliminarBon any, Vicent!
ResponderEliminarMagnífica benvinguda a l'any nou la que et vas regalar a l'Itinere (plats que fan entrar gana ja a aquestes hores del matí i una molt bona selecció de vins), i com bé apuntes a un preu molt "competitiu" per ser a la nostra estimada Vall i la nit de caop d'any.
Com deixo escrit al post (i a l'article al diari el Segre del passat diumenge), no tinc cap dubte que l'Itinere es pot situar com un dels millors restaurants de la Vall, no obstant, també crec que el risc de certa autocomplaença i de certa relaxació en busca de l'exigencia donada la zona "pija" on es troba, existeix.
Espero poder durant el mes de gener o, com a molt tard, febrer, regalar-me una segona visita a l'Itinere.
Salutacions,
eduard
Cris y josué son unos monstruos, con este último en la cocina no me estraña que la merluza saliese impecable.
ResponderEliminarMuchas gracias por tu comentario, Davinci.
ResponderEliminarSin duda, la merluza, así como la crema de caramelo o la branadada fueron antológicas.
Un saludo,
eduard