lunes, 21 de junio de 2010

Arola Arts

O cuando el binomio Arola-mar no alcanza el estrellato.

El marco, la segunda planta del Hotel Arts que ofrece unas privilegiadas vistas al mar y a la gigante escultura de un pez volador –por su forma no puede ser una ballena-, lo tiene.

La sala, de marcado carácter informal pero con estudiados destellos de lujo y presidida por una magnífica bodega acristalada, resulta sumamente atractiva.

Al servicio, atento, y dirigido con un estilo ciertamente sui generis –dicho desde el cariño que sabe que le profeso- por parte de mi tocayo Eduard “Eddy” Arola, nada hay que reprocharle.

De los fogones, en los que sin duda se nota la mano de Sergi Arola, van surgiendo pequeñas joyas.

Entonces, ¿por qué uno abandona este restaurante con sensaciones encontradas?

Porque aunque a Akelarre le baste, poner la mayoría de los huevos en la cesta del marco nunca es la mejor opción.

Porque la informalidad, a pesar de los destellos de lujo, no ha de cobrarse a precio de caviar. Sirva esta línea para denunciar todos aquellos restaurantes que sirven Beaujolais a precio de Grand Cru.

Porque a pesar de que a mi me encanta, el estilo de Eddy es todo menos ortodoxo.

Porque las joyas, como he dicho, son pequeñas, esto es, se limitan a la cocina en miniatura que compone la oferta de los entrantes y los postres.

No obstante, cuanto he escrito debe tamizarse, pues al percibir en los que queremos un enorme potencial solemos ser extremadamente severos en nuestras valoraciones al efecto que puedan coronar esa cumbre que sólo a ellos está reservada.

La experiencia del pasado domingo, y a pesar de ser una de las mejores que recuerdo en la casa de los hermanos Arola, se ajustó casi a la perfección al marco recién descrito.

La comida dominical dio comienzo con los correctos aperitivos de la casa: “pa amb tomaquet” y guacamole con unos bastoncillos de aceitunas.


Discurrió a través de unos platillos excelentes:

Una ensalada de centollo y buey de mar en la que el producto era un prodigio de la naturaleza.

Un turrón de foie y café que demuestra la maestría de Sergi en la preparación del hígado del pato.

Unas patatas bravas que son todo un clásico que nunca pasará de moda.

Unas notables, aunque tal vez fue el entrante menos lucido, croquetas de ibérico.

Unos raviolis de rabo de buey, papada y foie, de entrada en boca intensa, recorrido profundo y sutil recuerdo final.

Una yema de huevo a baja temperatura acompañada con jugo de jamón y espárragos blancos que hacía perfectamente las veces de hilo conductor hacía el plato principal.

Plato principal que interpretó un rape, pasado en su cocción, acompañado por un correcto parmentier de ajos tiernos y su propio jugo.


Por suerte, con los postres se retomó la senda que habían trazado los entrantes.

Como primer postre, un trío de helados, aunque en puridad habría que llamarlo un trío de frescos. ¿La razón de ello? Pues porque a pesar de tener forma de polos, eran unas ligeras ganaches de varios chocolates, eso sí, algo frías, recubiertas por una fina lámina de cobertura del los mismos chocolates. Las tres combinaciones eran: chocolate blanco y frutos rojos, chocolate con leche y almendras, y chocolate negro y tierra de cacao. Excelentes los tres frescos.

La magnífica rúbrica al ágape la puso el Momento dulce: una crema de chocolate blanco acompañada por un excelente toffee, helado de maracuyá y sorbete de manzana verde.

En definitiva, es incuestionable que en Arola Arts concurren las virtudes para hacer de este establecimiento un referente en Barcelona, ahora sólo falta que quieran ponerlas en liza, pues, como le decía el tío Ben a Peter Parker: “un gran poder conlleva una gran responsabilidad”.

Vino: 12 Volts 2007. Bodega 4 Kilos. Vinos de la tierra de Mallorca

Precio: 75 €
Calificación: 14,5/20

Indicado: Para comenzar a sucumbir al encanto Arola.

Contraindicado: Para los que un ratio calidad-precio poco ajustado es un escollo insalvable.

Hotel Arts
Calle Marina 19-21
93 483 80 90

6 comentarios:

  1. No puedo estar más de acuerdo. Me encanta Arola Arts, pero su RCP está más pensada para los huéspedes pudientes del espectacular hotel que lo aloja que para el resto de usuarios.

    Por cierto, tengo un post pendiente de una visita de hace un par de semanas en la que salí encantado de su berenjena aliñada, con el toque de brasa justo y un acertado contrapunto de piñones tostados.

    Un saludo !

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  2. Es una verdadera lástima que en Arola Arts prefieran a los extranjeros pudientes que fidelzar a los autóctonos con unos precios más acorde con la experiencia.

    No obstante, la calidad de algunos platos (de mi última visita me quedo con el foie y los raviolis) y el marco seguirán siendo un buen reclamo para que, menos de lo que quisiéramos, los sigamos visitando.

    Un saludo,

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  3. Una tomadura de pelo...sin mas.

    Muy generosos tus comentarios, demasiado en este caso.

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  4. Creo que es un sitio para tener en mente (claro que con sus pros y contras).

    El marco es ideal en primavera-verano pero coincido en que la experiencia gastronómica varía sustancialmente según la elección de los platos.

    Por supuesto, se ha de valorar el conjunto porque éste se refleja en el precio (existe la opción de ir sólo a tomar algo).

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  5. Eddie Arola es de lo más maleducado que me he encontrado en tiempo. VERGÜENZA AJENA

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  6. Te agradecería, apreciado Anónimo, que mostrases en este foro esa buena educacción cuya falta tu denuncias.

    Un saludo,

    eduard

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